Archivada la investigación por corrupción que el PP usó como excusa para romper el Gobierno de la tercera ciudad de Galicia
El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha ganado su primera gran batalla judicial después de casi cuatro meses gobernando la tercera ciudad de Galicia con el apoyo de solo dos concejales. El juzgado número 3 de Ourense acaba de decidir el sobreseimiento provisional de la investigación abierta contra el regidor de la ciudad por prácticas relacionadas con la corrupción. La denuncia había sido presentada por varios concejales de Democracia Ourensana, el partido que lidera el propio Jácome, y a ella se agarró a principios de septiembre el Partido Popular para abandonar el Gobierno municipal con la excusa de que habían perdido la confianza en su socio de gobierno. En aquel momento todos dieron por hecho que el alcalde ofrecería su dimisión pero Jácome optó por lo contrario: resistir y acusar a quienes le rodeaban de traidores.
La decisión judicial es provisional, la causa podría reabrirse en cualquier momento, pero supone un triunfo para un político atípico que ha apostado por la resistencia en una provincia en la que el poder del Partido Popular que lidera José Manuel Baltar parece infranqueable. Durante los meses en los que el juzgado ha analizado la pertinencia de las denuncias, el barón del PP ourensano abrió la mano para acoger con sillón y salario a José Manuel Caride, quien hasta esa fecha había sido amigo, abogado y principal apoyo del alcalde que pretendía derribar. Caride fue designado para una de las vicepresidencias de la Diputación de Ourense que gobierna el PP y se le otorgó una salario de 54.000 euros anuales. La cosa duró apenas un par de meses meses ya que Baltar tuvo que deshacer su premio al ser advertido de que la operación podría suponer un caso de transfuguismo de manual.
En medio de todo el sainete, el Partido Popular y el PSOE nunca consiguieron ponerse de acuerdo para pactar una moción de censura que derribase a Jácome. En este punto el PP pretendió quedarse con la alcaldía a pesar de que la fuerza más votada había sido el PSOE. Intervino el presidente de la Xunta, con escaso mando en la provincia de Ourense, y lo hizo para asegurar que el problema de Ourense se solucionaba en una tarde. Nadie se tomó ese tiempo y, mientras tanto, Jácome siguió resistiendo.
La decisión judicial que acaba de conocerse sitúa al polémico alcalde ourensano en el punto que él desea: volver a negociar con el PP, deshacer el divorcio y crear el relato que explique la vuelta a casa de quienes le intentaron quitar el bastón de mando. Sin causa abierta en los tribunales, el tablero político de la tercera ciudad de Galicia vuelve a su punto de inicio: Jácome necesita al PP para poder gobernar y Baltar necesita a Democracia Ourensana para mantener el mando de la Diputación Provincial.
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