BNG y Partido Socialista pasan a la ofensiva contra el Gobierno en funciones de Alberto Núñez Feijóo. Al menos en lo que se refiere a la situación epidemiológica y a la reacción de la Xunta, a la que acusan de “improvisar” frente a los rebrotes de coronavirus. No solo. También critican la “opacidad” en lo referente a los rastreadores de contagiados -Sanidade afirma que son más de 6.000, algo que niegan los profesionales del Sergas- y los nacionalistas han llegado a solicitar la declaración “del estado de emergencia sanitaria” en Galicia.
Mil quinientos cinco casos activos y un ritmo de expansión de más de cien al día desde hace una semana contrastan con la escasa exposición del presidente gallego en funciones. Al contrario que durante el estado de alarma y el confinamiento, cuando las competencias del Ejecutivo de Feijóo estaban limitadas por el mando único y este mostraba ubicuamente su disconformidad, ahora ha pasado a un segundo plano. La Xunta tiene las competencias pero su jefe prefiere seguir desviando responsabilidades hacia arriba -el Gobierno central- o hacia abajo -los ayuntamientos. O abroncar a la juventud por, supuestamente, incumplir las medidas de seguridad antiCOVID.
“El Gobierno gallego no está actuando con criterios claros y homogéneos”, clamó este martes la portavoz nacional del Bloque, Ana Pontón, “llevamos meses reclamando un protocolo a la Xunta y a día de hoy no existe”. De hecho, conselleiros de distintos ramos se esfuerzan más en pedirlo a los ministerios que en elaborarlo. “La Xunta está a verlas venir y pide que el Gobierno central le resuelva la situación”, añadió el diputado socialista Julio Torrado, “vemos que los que antes pedían la descentralización de competencias ahora están llorando a Madrid”.
Pero Feijóo dosifica sus apariciones. Superado el 12 de julio con su cuarta mayoría absoluta consecutiva y con la investidura fijada para el 3 de septiembre, lo demás puede esperar. Es esta actitud la que Pontón calificó de “temeraria”. “El presidente debe dejar de ponerse de perfil y tomar decisiones”, enfatizó, entre ellas declarar de nuevo la emergencia sanitaria. Y aclarar, de una vez por todos, qué sistema está usando el Sergas para rastrear el virus entre la población. “Falsea la realidad cuando habla de 6.000 rastreadores, ya que está incluyendo todo el personal de atención primaria. Actúa con opacidad”, señaló la líder nacionalista. Coincidió con ella el diputado del PSdeG Julio Torrado: “Nadie sabe cuántos hay, con qué criterios se selccionaron o cómo es su coordinación, ”y eso que son la figura más importante en la lucha contra el coronavirus“.