Una inmigración “enriquecedora” pero “ordenada, que busque la integración pero que respete la integridad territorial, el ordenamiento jurídico y los derechos y libertades de los territorios de acogida”. Esa ha sido una de las peticiones que este domingo lanzó en la Catedral de Santiago el presidente del Parlamento de Galicia, el popular Miguel Santalices, actuando como delegado regio en la ceremonia religiosa anual de conmemoración de la traslación del Apóstol Santiago.
La traslación recuerda la leyenda del traslado de los restos del Apóstol Santiago tras su decapitación desde el puerto de Haifa, próximo a Jerusalén, hasta Galicia, donde previamente habría predicado en vida el palestino discípulo de Jesús. Desde 1642 la Casa Real española está presente, a través de su jefe o de una persona que lo represente, en la Catedral de Santiago para conmemorar esa leyenda con una ofrenda o “invocación”. En los años con una especial carga simbólica, como los jacobeos, suele estar presente un miembro de la Casa Real, mientras que en otros como este lo hace a través de un representante, que en esta ocasión ha vuelto a ser el presidente del Parlamento de Galicia y que en otros años es el presidente de la Xunta (Alberto Núñez Feijóo estaba presente este domingo entre los asistentes a la ceremonia) o el alcalde de Santiago.
En años anteriores, tanto en esta ofrenda como en la que también se celebra cada 25 de julio, el día de Santiago, la Casa Real o sus delegados pusieron en manos del Apóstol La solución de problemas políticos como la corrupción, la sostenibilidad del Estado de Bienestar o la unidad de España.
Este año, con varios partidos de la derecha alertando de los supuestos riesgos de la inmigración, entre ellos el PP de la nueva dirección de Pablo Casado, quien criticó a los migrantes que no respetan las costumbres occidentales, Santalices dedicó un momento central de su intervención a esa temática. Tras recordar la tradición emigrante gallega, el popular destacó que las últimas décadas de progreso económico han permitido revertir esa situación y que España se convirtiese en lugar de llegada de inmigrantes, algo que consideró “beneficioso” para la economía y “enriquecedor” en lo cultural. Fue ahí cuando el político popular hizo votos por que esa inmigración sea “ordenada, que busque la integración pero que respete la integridad territorial, el ordenamiento jurídico y los derechos y libertades de los territorios de acogida”.
La invocación de Santalices como delegado regio comenzó deseando “larga vida a su majestad y a la familia real, que la prudencia y el acierto lo acompañen”, para continuar con un elogio de la Constitución y de sus 40 años de vigencia. En su discurso el popular dedicó espacio al “desafío secesionista, un quebrantamiento democrático que sitúa a nuestro país ante el mayor reto de las últimas décadas”. También alertó contra las pseudociencias y apeló a combatir mejor la violencia contra las mujeres, entre otras cuestiones.