El PP se arrincona en el “no” a la investigación política del accidente de Angrois cuatro años después
El 27 de julio de 2013, tres días después de que el descarrilamiento de un tren Alvia en el barrio compostelano de Angrois provocara la muerte de 80 personas y heridas a otras 144, el presidente de la Xunta negaba en rueda de prensa con los entonces ministros de Fomento e Interior, Ana Pastor y Jorge Fernández Díaz, que lo sucedido hubiese sido un accidente de la “alta velocidad española”. El tren y la línea que habían sido presentadas como tal dejaban políticamente de serlo y quien lo insinuara estaría favoreciendo “intereses de algunos países” que en esos meses competían con compañías de España por contratos ferroviarios en el ámbito internacional.
Tres días después AGE y BNG planteaban la primera reclamación formal de una comisión de investigación política sobre lo sucedido. Era necesario “esclarecer las causas técnicas, humanas y políticas” del accidente, decían sobre una reclamación que permaneció solo en el ámbito partidario unos pocos meses. Desde ese otoño las víctimas pasaron a encabezar una reclamación que el reciente cambio de criterio del PSOE parece estar a punto de hacer realidad en el Congreso de los Diputados, dejando al PP más arrinconado que nunca en el “no” a investigar tanto en Galicia como en Madrid.
Hasta ahora el bloqueo de los conservadores a la investigación política siempre había estado acompañado por reticencias semejantes del PSOE, manifestadas la mayoría de las veces con un voto de abstención y, cuando el juego de mayorías pudo propiciar la aprobación, directamente en la negativa. La postura fue de práctica inmovilidad tanto en las jornadas posteriores al accidente, cuando trascendió que en la línea y en el tren había sido desconectado el sistema de frenado automático ERTMS, como durante los meses siguientes a pesar de la revelaciones como el aviso no atendido del jefe de maquinistas de Ourense a Renfe sobre la peligrosidad de la curva 20 meses antes del accidente.
El inmovilismo continuó sin apenas matices en los dos grandes partidos estatales hasta el pasado 2016, cuando la reapertura de la instrucción judicial que había sido cerrada con el maquinista como único imputado -previamente habían sido excluidos del proceso todos los cargos estatales antes implicados- y el duro informe de la Agencia Ferroviaria Europea que certificó la ausencia de independencia en la investigación oficial del siniestro los obligó a cambiar poco a poco su discurso. Pasaron, fundamentalmente, a estar a favor de nuevas pesquisas técnicas pero siguieron en el “no” a la investigación política, que tenía como telón de fondo el temor a que esa comisión acabara salpicando a sus respectivos ministros de Fomento: José Blanco, en cuyo mandato se encargaron los trenes y se abrió la línea, y Ana Pastor, titular del Ministerio cuando Renfe puso en servicio los trenes Alvia híbridos como el siniestrado, Adif autorizó que circularan con el frenado automático desactivado y en el momento del accidente.
Una petición de las víctimas
Esta fue la dinámica en la que se desarrollaron las votaciones que, tanto en el Parlamento de Galicia como en el Congreso, derivaron en vetos a la investigación. En el caso del Parlamento gallego el PP sustentó los sucesivos bloqueos -el último, el pasado febrero, de nuevo con abstención socialista- en una supuesta falta de competencias que contradice el Reglamento parlamentario. En el Congreso los populares fueron más allá y descalificaron la solicitud como “miserable” y “absurda” cuando la formuló En Marea y el PSOE se abrió a debatirla, aunque finalmente la rechazó. En ambas Cámaras coincidieron en reiterar un argumento: abrir una investigación parlamentaria del accidente responde a una petición solo de los partidos de la izquierda, que intentan “politizar”, en palabras de Feijóo. Ha sido también el presidente de la Xunta quien en los últimos días ha profundizado de nuevo en esa tesis: ante la más que probable aprobación de la comisión por el cambio del PSOE considera que esa aprobación supondría “mezclar una investigación que realiza la Justicia con una investigación política” y eso “solo perjudica las víctimas”.
Estos comentarios del presidente han vuelto a sembrar la indignación en la Plataforma Víctimas Alvia 04155, el colectivo más activo de personas afectadas por el accidente. Se sienten indignadas, señalan en declaraciones a este diario, por que dirigentes como Feijóo presenten como una “manipulación política” lo que no es más que una traslación al ámbito parlamentario de sus propias reivindicaciones. A su juicio, “lo que sí fue un uso político de las víctimas” fue la decisión tomada por la Xunta justo un año después del accidente, cuando contra el criterio de las víctimas trasladó al 24 de julio el acto de entrega de las Medallas de Galicia, que el Gobierno había concedido a las personas afectadas por el accidente, a los equipos de emergencias que las habían socorrido y al vecindario de Angrois. A las puertas de aquel evento, celebrado en la Cidade da Cultura, se quedaron los miembros de la plataforma que, recuerdan, fueron “recibidos con antidisturbios” que les impidieron el acceso. Recordar ese momento, afirman, es para ellos la mejor “respuesta” que pueden ofrecer a la sistemática negativa del PP a apoyar la comisión de investigación.
El próximo 24 de julio, cuatro años después del descarrilamiento, las víctimas regresarán nuevamente a Santiago y lo harán en esta ocasión con una manifestación desde la estación de tren de la capital gallega hasta la Praza do Obradoiro. El objetivo, como en los anteriores aniversarios, es recordar a las personas fallecidas pero también “reivindicar la creación de una comisión de investigación parlamentaria y otra técnica”. La Plataforma Víctimas Alvia 04155 dirigió invitaciones a unirse a la movilización a diversos grupos políticos. Entre ellos, al PP de Santiago en la persona de su portavoz, Agustín Hernández, conselleiro de Infraestructuras en el momento del accidente, que el pasado junio recordaba a preguntas de la prensa que él mismo tuvo la “desgracia de ser testigo” de las consecuencias del accidente y, respondiendo a los recelos de Feijóo sobre la investigación política, apuntaba que en decisiones como esta los dirigentes políticos deben demostrar que también tienen “corazón”.
Al ser cuestionado en días pasados sobre si responderá a esa invistación el que fuera alcalde de la capital gallega entre 2014 y 2015 aseguró no tener nada que “añadir” a sus consideraciones sobre el accidente, pero avanzó que no prevé responder afirmativamente a la petición de la plataforma. “Conmigo nadie va a contar para hacer uso político de un drama como el de Angrois, nadie”, afirmó. La Plataforma Víctimas Alvia 04155 confirma que al margen de esa declaración a la prensa no han obtenido respuesta alguna del líder de los populares compostelanos sobre esa marcha. El gobierno local ratifica, por su parte, que tanto para la movilización como para el resto de actos el Ayuntamiento de Santiago ya se ha puesto un año más “a disposición” de las víctimas con apoyo logístico y cesión de instalaciones en el Auditorio de Galicia para reunirse.