La Consellería de Educación rectifica la decisión de que el profesorado se mantenga en su puesto de trabajo durante la suspensión de las clases decretada con el objetivo de contener el coronavirus. Pero no revoca la orden, sino que deriva a la dirección de los centros la decisión. “Se establece la presencia del personal docente que determine el equipo directivo”, dice la nueva orden de la Consellería de Educación.
El cambio se produce después de la protesta de los sindicatos de Educación, cuyos representantes se presentaron esta mañana en las instalaciones de la Xunta para reclamar una reunión. Critican que las decisiones se hayan tomado de manera unilateral, rechazando, dicen, las ofertas de los sindicatos de reunirse para coordinar las medidas.
El malestar del colectivo viene por la obligación de permanecer en sus puestos de trabajo, con las aulas vacías, sin que se tenga en cuenta su riesgo de contagio. Este cambio, sin embargo, tampoco convence a los representantes del profesorado. El sindicato mayoritario, CIG-Ensino, muestra su “total oposición” a la nueva instrucción “que deriva la responsabilidad a los equipos directivos”. “La responsabilidad es de los políticos, que son incapaces de tomar una decisión tan fácil como mandar a los profesores a casa”, dice Suso Bermello, de CIG-Ensino.
Su sindicato llamó esta mañana a la rebelión del profesorado y pidió a los claustros que no realicen un control de los profesores que no se presenten en los centros de enseñanza.
La central sindical considera que es una irresponsabilidad que la Xunta de Galicia siga sin ser clara sobre la presencia de los profesores en su puestos de trabajo, en claustros de 50 o 100 personas, “sin tareas que hacer” y con las clases vacías. “Lo que sea necesario hacer se puede realizar igual desde casa, sin necesidad de ir al centro educativo”, apunta. Bermello señala que mantener el riesgo de contagio en el ámbito laboral de los profesores puede dar lugar a una “prolongación inmediata” de la suspensión de las clases durante dos semanas. La asistencia del alumnado es voluntaria este viernes pero desde el lunes los centros cierran sus puertas, tanto para clases como para actividades extraescolares.
Las medidas de la Xunta para este período de 14 días sin clases contemplan que el profesorado programe a través de medios telemáticos y haga seguimiento de actividades que el alumnado pueda realizar desde casa. “Es una farsa”, califica Bermello, “porque no hai posibilidades técnicas para hacerlo. Lo único que quiere la Consellería es dar la sensación a las familias de que sigue habiendo una programación”. Así, explica que no hay más plataforma telemática disponible que mandar correos electrónicos al alumnado con el “efecto terrible e arbitrario que tiene no poder garantizar que todos los alumnos tengan acceso a Internet”.
En este sentido, señala las diferencias de acceso a la cobertura de Internet y condicionantes económicos y sociales que harían “avanzar a una parte del alumnado frente a otra que no lo hará”. Además, resalta las dificultades de aplicar este sistema en ciclos de Infantil y Primaria. “¿Qué clase de teletrabajo puedes hacer con niños de cero a diez años?”, pregunta.
A este malestar se suma la manera en que los centros y el profesorado se enteraron del cierre, por los medios de comunicación, y en medio de la jornada, sin información que facilitar a las familias y al alumnado. CIG-Ensina critica que la Xunta no haya contado con los sindicatos representados en la mesa del sector para coordinar y consensuar medidas de acción.