La Xunta alquila quirófanos de la privada para cirugías urgentes ante el colapso por la COVID
La apuesta de convertir quirófanos en unidades de críticos por COVID ha obligado a la sanidad gallega a buscar el apoyo de los hospitales privados para dar salida a parte de las cirugías urgentes que la Xunta no consigue atender en los centros públicos. A partir de este lunes los cirujanos de la sanidad pública empezarán a trabajar en quirófanos privados. Se trata de una solución de urgencia para las operaciones que requieren un mayor tiempo de estancia en las unidades de reanimación (REA).
El Complexo Hospitalario de Ferrol, al borde del colapso de sus unidades de UCI por COVID, empezará a enviar a sus cirujanos al Hospital Juan Cardona, un centro privado que depende de la Fundación Santo Hospital de Caridad. La Xunta lo confirma en respuesta a preguntas de este periódico: “Esta semana que entra, los especialistas quirúrgicos de nuestra área en las especialidades de cirugía general y digestiva, urología, ginecología y otorrinolaringología comenzarán a trabajar en el hospital Juan Cardona”. Se trata de un alquiler de quirófanos, que incluye los servicios de postoperatorio que requieran los pacientes una vez intervenidos. Los cirujanos son aportados por los hospitales de referencia del Servizo Galego de Saúde (Sergas).
El Gobierno gallego pagará alrededor de 500 euros por alquilar cada sesión de quirófano. Se trata de unas tarifas previstas en los conciertos firmados por la administración gallega con las entidades privadas, en los que ya estaba previsto el uso de sus instalaciones con cirujanos públicos. Según las tablas de tarifas a las que ha accedido esta redacción, la Xunta pagará poco más de 250 euros por cada día de estancia en UCI, un precio muy por debajo de las tarifas que se abonan en otras comunidades autónomas.
La subcontratación de quirófanos que arranca este lunes en Ferrol está prevista para otras áreas sanitarias de Galicia, ante el colapso en las unidades de críticos que la Xunta niega. Según ha podido saber elDiario.es, los contactos entre las gerencias de las áreas sanitarias y las direcciones de los centros privados han sido constantes en las últimas semanas para preparar el plan de derivaciones. Hace semanas que se está trabajando en una idea que supone enviar médicos del Servizo Galego de Saúde a los centros privados para operar a pacientes que ya no tienen espacio en los hospitales que dependen del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, entregado a convertir todo en una trinchera contra la COVID, incluyendo la transformación de quirófanos en zonas de críticos ante la falta de camas disponibles.
El plan, según ha podido confirmar esta redacción, incluye la realización de cirugías oncológicas. Sobre este particular la Asociación Española Contra el Cáncer en Galicia (AECC) se muestra satisfecha. “El cáncer no puede quedarse relegado. Es una pandemia silenciosa”, aseguran desde este organismo. Los informes con los que trabaja la AECC señalan que los diagnósticos oncológicos han descendido un 21% durante la pandemia en todo el estado. El plan de la Xunta pretende dar salida a los pacientes que ya han sido diagnosticados y que han visto cómo su intervención se ha ido retrasando sin remedio durante los meses más duros.
La nueva estrategia del Gobierno de Feijóo contrasta con la puesta en marcha durante la primera ola de la pandemia. En aquel momento, se ordenó que la privada se pusiera al servicio de las necesidades públicas para atender casos de COVID. En plena tercera ola, la apuesta ha sido la contraria: los hospitales públicos se quedaron solos en la lucha contra el virus y la privada solo ha sido llamada a última hora para atender otras patologías ante la falta de manos y espacios en los hospitales del Sergas.
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