En los Presupuestos de la Consellería de Educación de 2009 había fondos para 35.045 docentes. En el proyecto de cuentas públicas para 2014 se presupuestan 34.948 plazas, 97 menos. No obstante, las estadísticas oficiales del departamento que dirige Jesús Vázquez señalan que en el mismo período han estado trabajando en la enseñanza pública 1.201 profesores y profesoras menos, 1.221 incluyendo los colegios concertados. Esta reducción de efectivos se produce mientras el recorte presupuestario de la Consellería se acerca ya al 15%. Pero, como en todo océano, existen islas: en este caso, la marea de recortes parece dejar indemne al profesorado de religión.
Esta es, cuando menos, la conclusión que cabe extraer al observar los presupuestos educativos del Gobierno gallego para los últimos años. En las plantillas incluidas en esa documentación económica, Educación refleja un cuadro de maestros y profesores de religión –mayoritariamente católica, con apenas un 1% de alumnado evangélico– idéntico desde la llegada del gabinete de Alberto Núñez Feijóo a la Xunta: 975 trabajadores y trabajadoras, de los que 580 desarrollan su labor en Primaria y 395 en la ESO. La mayoría están contratados a jornada completa y solo 68 a media jornada y se han librado, además, de los incrementos horarios de los últimos años.
Aunque las estadísticas anuales de la Consellería indican que no todas las plazas presupuestadas están cubiertas –en el curso 2013-2014, por ejemplo, la Dirección General de Centros y Recursos Humanos estima que hay 845 de estos docentes en los colegios e institutos–, lo cierto es que hay una diferencia fundamental entre este profesorado y el resto de ámbitos de la educación en Galicia: el dinero. Las partidas presupuestarias aportadas cada año apenas han variado desde 2009 y se mantienen intactas desde 2012.
En los últimos Presupuestos del bipartito, elaborados antes del tijerazo general en los sueldos del personal público decretado por el Gobierno central, el presupuesto para profesorado de religión era de 30,1 millones de euros. En el primero año de Feijóo, 2010, la partida aumentó levemente, hasta 30,2 millones. Un año más tarde hubo también un ligero incremento, llegando a los 30,7 millones de euros. Ya en 2012 el importe bajó hasta 29,3 millones, y así ha permanecido en 2013 y también en el proyecto presupuestario para 2014. La reducción con respecto a 2009 es de solo un 2,6% y el montante total supera levemente, por ejemplo, a la financiación de los comedores escolares, que contará el próximo año con 28,8 millones.
El mantenimiento del dinero para el profesorado de religión, designado directamente por los obispados sin tener que superar las oposiciones del resto de los profesionales de la enseñanza pública, se produce en un contexto de abruptas caídas presupuestarias en otros ámbitos de la Consellería, tales como el fomento del gallego, que ya ha perdido un 67% de su dotación. Mientras tanto, el alumnado que acude a las clases de religión ha caído en torno a un 8% en el período analizado –el pasado curso eran unos 207.000 alumnos y alumnas.
En los Presupuestos de laConsellería de Educación de 2009 había fondos para 35.045docentes. En el proyecto de cuentas públicas para 2014 sepresupuestan 34.948 plazas, 97 menos. No obstante, las estadísticasoficiales del departamento que dirige Jesús Vázquez señalan que enel mismo período se ha reducido el número de profesores yprofesoras en la enseñanza pública 1.201, y de 1.221 incluyendo loscolegios concertados. Esta reducción de efectivos se producemientras el recorte presupuestario de la Consellería se acerca ya al15%. Pero, como en todo océano, existen islas: en este caso, lamarea de recortes parece dejar indemne al profesorado de religión.
Esta es, cuando menos, laconclusión que cabe extraer al observar los presupuestos educativosdel Gobierno gallego para los últimos años. En las plantillasincluidas en esa documentación económica, Educación refleja uncuadro de maestros y profesores de religión –mayoritariamentecatólica, con apenas un 1% de alumnado evangélico– idénticodesde la llegada del gabinete de Alberto Núñez Feijóo a la Xunta:975 trabajadores y trabajadoras, de los que 580 desarrollan su laboren Primaria y 395 en la ESO. La mayoría están contratados a jornadacompleta y solo 68 a media jornada y se han librado, además, de losincrementos horarios de los últimos años.
Aunque las estadísticasanuales de la Consellería indican que no todas las plazaspresupuestadas están cubiertas –en el curso 2013-2014, porejemplo, la Dirección General de Centros y Recursos Humanos estimaque hay 845 de estos docentes en los colegios e institutos–, locierto es que hay una diferencia fundamental entre este profesorado yel resto de ámbitos de la educación en Galicia: el dinero. Laspartidas presupuestarias aportadas cada año apenas han variado desde2009 y se mantienen intactas desde 2012.
En los últimosPresupuestos del bipartito, elaborados antes del tijerazo general enlos sueldos del personal público decretado por el Gobierno central,el presupuesto para profesorado de religión era de 30,1 millones deeuros. En el primero año de Feijóo, 2010, la partida aumentólevemente, hasta 30,2 millones. Un año más tarde hubo también unligero incremento, llegando a los 30,7 millones de euros. Ya en 2012el importe bajó hasta 29,3 millones, y así ha permanecido en 2013 ytambién en el proyecto presupuestario para 2014. La reducción conrespecto a 2009 es de solo un 2,6% y el montante total superalevemente, por ejemplo, a la financiación de los comedoresescolares, que contará el próximo año con 28,8 millones.
El mantenimiento deldinero para el profesorado de religión, designado directamente porlos obispados sin tener que superar las oposiciones del resto de losprofesionales de la enseñanza pública, se produce en un contexto deabruptas caídas presupuestarias en otros ámbitos de la Consellería,tales como el fomento del gallego, que ya ha perdido un 67% de sudotación. Mientras tanto, el alumnado que acude a las clases dereligión ha caído en torno a un 8% en el período analizado –elpasado curso eran unos 207.000 alumnos y alumnas.