Uno de los asuntos más controvertidos de la nueva ley educativa, la LOMCE, es que la materia de religión va a ser de oferta obligatoria –excepto en el Bachillerato– y, además, va a computar a la hora de realizar las notas medias, lo que para los sindicatos educativos puede traer consigo un “efecto llamada”, dado que habitualmente su dificultad es escasa. Tal vez este efecto de la conocida como ley Wert puede paliar una de las preocupaciones de la Iglesia católica en el ámbito educativo, la pérdida sistemática de alumnado en esta materia. Galicia en este ámbito no es una excepción; el alumnado que recibe enseñanza religiosa en la escuela pública no deja de caer pero, no obstante, la Xunta mantiene el cuadro de profesorado que lo imparte prácticamente intacto, también en plena crisis económica.
El Ministerio de Educación acaba de publicar la edición 2014 de su anuario, que incluye datos correspondientes al curso 2011-2012. Este documento muestra una caída generalizada del estudiantado que asiste a las clases de religión en todos los niveles educativos. Así, en Educación Primaria el seguimiento de la religión católica perdió quince puntos en diez años, pasando de un 90,6% en el curso 2001-2002 al 75,2% del 2011-2012. En el caso de la ESO hace una década iban a religión el 63,2% de los y de las estudiantes y ahora lo hacen casi veinte puntos menos, el 43,4%. En el caso del Bachillerato la caída es también de casi veinte puntos, pasando de un escenario en el que prácticamente la mitad iba a religión, el 48,5%, a que solo lo haga el 26,7% de los chicos y chicas que cursan Bachillerato en centros públicos.
Fuente: Ministerio de Educación
Este descenso continuado de alumnado no implicó, a pesar de todo, que la Consellería de Educación haya reducido el cuadro de profesorado de la materia, financiado por las arcas públicas pero elegido directamente por la Iglesia sin proceso de oposición ninguno. Mientras la escuela pública gallega en su conjunto ha perdido, según datos oficiales, 1.200 docentes desde 2009, en los Presupuestos Generales de la Xunta para 2014 aparece un cuadro de profesores y profesoras de religión idéntico al existente cuando el PP llegó al Gobierno: 975 trabajadores y trabajadoras, de los que 580 desarrollan su labor en Primaria y 395 en la ESO. La mayoría están contratados a jornada completa y solo 68 a media jornada y se han librado, además, de los incrementos horarios de los últimos años.
Aunque no todas las plazas presupuestadas están cubiertas, lo cierto es que el profesorado de la enseñanza religiosa se libra también de otro de los grandes males de la educación en esta crisis, los recortes presupuestarios. Mientras que las partidas educativas han perdido en conjunto alrededor de un 15% desde 2009 y han seguido sufriendo recortes entre 2013 y 2014, las de religión apenas han sufrido variaciones. Así, en las últimas cuentas del bipartito el profesorado de religión estaba dotado con 30,1 millones y en las de 2014, con 29,3 millones, igual que en 2012 y 2013. Esto implica una reducción de apenas un 2,6%, con un montante total que está por encima, por ejemplo, de los 28,8 millones de euros con los que se financia los comedores escolares.