Partidos de oposición, sindicatos, asociaciones en defensa de la lengua y colectivos sociales de todo tipo se han aliado para exigir a la Xunta de Galicia un cambio de rumbo en lo que respecta al gallego y concreción en el pacto sobre la materia que el conselleiro del ramo anunció hace meses. Con el objetivo de hacer visible la presión y organizados en torno a la plataforma Queremos Galego, han convocado una concentración este domingo, 17 de noviembre, a los 12 de la mañana en la Praza da Quintana de Santiago de Compostela. Son 167 entidades que, asegura el portavoz de Queremos Galego, han notado un aumento de la preocupación social por la salud del idioma tras la publicación del informe del Instituto Galego de Estatística (IGE) que indicaba como en 15 años del PP el número de niños que no saben hablar gallego se multiplicó por tres.
“Los desprecios contra el gallego acontecidos en estos 15 años [de gobiernos del Partido Popular] no pueden repetirse”, advirtió Marcos Macera, portavoz de Queremos Galego, en la presentación del acto del 17 de noviembre. El primer gabinete de Alberto Núñez Feijóo asumió en 2009 las tesis ultra contra la lengua gallega y aprobó el primer retroceso de su enseñanza en la escuela pública desde la caída del franquismo. El propio Alfonso Rueda, sucesor de Feijóo al frente de la Xunta en 2022, participó en una manifestación contra el gallego impulsada por asociaciones negacionistas del gallego y en la actualidad no duda en hacerse ecos de aquellos posicionamientos. Sin embargo, su conselleiro de Cultura e Lingua, José López Campos, expresó ya en mayo su intención de recuperar el consenso que los populares rompieron entonces y ha iniciado contactos con la izquierda. Es sobre esta tentativa sobre la que 167 organizaciones políticas, sindicales y sociales reclaman concreción y un calendario de actuaciones.
Y entienden que esto solo resulta posible a partir del Plan Xeral de Normalización Lingüística. Este documento, redactado tras consultar con la sociedad civil y aprobado por unanimidad de las tres fuerzas parlamentarias -PP, PSdeG y BNG- en 2004-, contiene 400 medidas dirigidas a que, explicó Maceira, “la gente que quiera vivir en gallego pueda hacerlo”. Pero la asunción de Feijóo y Rueda de la dirección de la derecha significó también el boicoteo del mismo, nunca explícitamente derogado. “El pacto nacional [gallego] por la lengua existe”, consideró Maceira, “es el Plan Xeral de 2004 y se tiene que aplicar, con actualizaciones, lógicamente”. BNG y Partido Socialista ya se han expresado en similares términos. La Xunta no lo ha aclarado. Y tampoco ha respondido a dos solicitudes de reunión enviadas por A Mesa pola Normalización Lingüística, quizás la principal asociación de la comunidad en defensa del gallego.