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Últimas horas en la vida de Samuel: reconstrucción del asesinato que levantó a España contra la violencia homófoba

Gonzalo Cortizo

7 de julio de 2021 15:05 h

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Samuel Luiz fue asesinado en A Coruña al filo de las tres de la madrugada del pasado 3 de julio. Era la tercera noche de discotecas abiertas en Galicia, tras casi un año clausuradas con motivo de la pandemia. A la hora del crimen, los establecimientos de copas del paseo marítimo de la ciudad echaban el cierre tras una noche de fiesta. Samuel y su amiga Lina salieron del Pub Andén, pegado al célebre Playa Club. Sus agresores habían estado en otro establecimiento cercano, la sala Moom. La policía ha detenido a tres personas: dos hombres y una mujer, jóvenes y nacidos en Galicia. Lo que sigue es la reconstrucción de los minutos que rodearon el asesinato.

02:40: Samuel abandona el Pub Andén junto a su amiga Lina

Samuel y su amiga Lina abandonan el Andén, local en el que habían estado celebrando la vuelta al ocio nocturno tras las restricciones de más de un año con motivo de la pandemia. Caminan por las inmediaciones del paseo marítimo y deciden hacer una videollamada con una amiga de ambos.

A esa misma hora los agresores ya han salido de otro local cercano, la Sala Moom. No tardarán en encontrarse con Samuel y Lina.

02:50: los agresores y la víctima se encuentran

Tras recorrer 600 metros el grupo que acabaría agrediendo mortalmente a Samuel se encuentra con él y con su amiga. Según las primeras pesquisas policiales, está integrado por tres chicas y cuatro chicos muy jóvenes. Uno de ellos increpa a Lina por estar usando su teléfono móvil y se encaran al entender que les está grabando. Samuel sale en defensa de su amiga y aclara que solo están haciendo una videollamada pero los agresores reaccionan con un primer golpe que acaba con el joven en el suelo.

Es en ese momento en el que se produce el único diálogo que medió entre los asesinos y la víctima, según el relato de Lina a la Policía y a diversos medios de comunicación:

– Para de grabarnos si no quieres que te mate, maricón

Samuel respondió:

– ¿Maricón de qué?

Lo siguiente fue el primer golpe que acabó con el joven en el suelo. En ese momento, según informan los testigos, un joven que pasaba por la zona se acerca al tumulto y separa a Samuel de sus agresores. Es entonces cuando el joven le pide a su amiga que intente recuperar el teléfono que sus atacantes le habían arrebatado. Lina abandona la escena para recuperar el teléfono y pierde a su amigo de vista.

En ese momento se sucede la segunda agresión. Tras un forcejeo durante unas decenas de metros Samuel vuelve a caer al suelo. Un grupo de siete personas, según denuncian los testigos, le patea en el suelo durante varios minutos. Según explica Lina, mientras le golpean el grupo grita “maricón de mierda”. Cuando consigue llegar al punto donde está su amigo se lo encuentra ensangrentado, boca arriba e inconsciente.

03:00: llegan los testigos. Samuel ya está en el suelo

Pablo (57 años), Marco (50 años) y Begoña (50 años) caminan por la Avenida de Rubine, una calle que confluye con el paseo marítimo. Pablo es quien oye golpes cuando aún no tiene acceso visual al lugar del crimen y se aproxima para ver qué está sucediendo. Mientras llega al lugar donde se encuentra el cuerpo de Samuel observa como el grupo agresor abandona el lugar del crimen.

En conversación con elDiario.es, lo relata del siguiente modo: “No había casi nadie por la calle y vi como un grupo escapaba del lugar. No corrían, iban a paso muy rápido. Ojalá hubiera distinguido a alguno”.

Cuando llega a la altura de la víctima, Pablo y sus acompañantes comprueban que la situación es crítica: “Me encontré al chaval boca arriba. Marco, yo y la amiga de Samuel lo ponemos en posición fetal y le damos los primeros auxilios hasta donde sabemos”. Begoña es quien llama a la policía y se activa el protocolo de envío de asistencia en ambulancia.

En esos primeros minutos Marco se encarga de intentar frenar la hemorragia que sufre Samuel y para ello se sirve de su jersey: “La cosa estaba muy mal. Cuando le agarré la cabeza vi que no paraba de expulsar sangre. Tenía varias brechas en el cráneo”. A partir de este punto el relato de las dos personas que atendieron al joven asesinado en el suelo contrastan con la que ofrecen los informes policiales. Ellos afirman que la primera ambulancia tardó “40 minutos en llegar”. La Xunta asegura que el tiempo de respuesta fue de ocho minutos entre la primera llamada y la llegada de la primera de las dos ambulancias que atenderían al joven. El primer informe policial, redactado por la policía local de A Coruña, también alude a que el tiempo de respuesta fue de minutos. Mientras, en el suelo del paseo marítimo de A Coruña, a los primeros que intentaron salvar la vida del joven coruñés el tiempo se les hacía eterno.

03:13: aparece la primera ambulancia

Llega la primera ambulancia, según el registro del Servizo Galego de Saúde. Se trata de una unidad de soporte vital básico, equipada con un desfibrilador y con dos técnicos sanitarios. Empiezan las primeras maniobras profesionales para intentar salvar la vida del joven.

Llega el prime coche de Policía Local. Los agentes aparecen por la Calle Buenos Aires y en el lugar de los hechos toman declaración a Lina, la amiga de Samuel y a las tres personas que le asistieron en el suelo.

Ese primer texto policial fue redactado a las 05:10 minutos por un inspector de la policía local y tres agentes del cuerpo. El documento apenas valora las circunstancias del asesinato y se limita a recoger la versión de un testigo que asegura que la agresión empezó con una discusión entorno a un teléfono móvil y que los agresores le recriminaron a Samuel que les estaba grabando, “emprendiéndose a golpes con este”.

03.20: llega la segunda ambulancia

Llega la segunda asistencia sanitaria. En este caso se trata de una ambulancia de soporte vital avanzado. En esta segunda unidad viaja un médico licenciado y con especialidad en reanimación. Toman el relevo a los trabajos que siete minutos antes habían iniciado sus compañeros. Continúa la lucha por salvar la vida del joven que permanece tendido en el asfalto.

La Policía Nacional es la última en llegar al lugar de los hechos. Una circunstancia que los testigo ubican en torno a las 03:35 de la madrugada.

Mientras los agentes realizan sus pesquisas, los sanitarios siguen trabajando en el interior del vehículo medicalizado. La situación de Samuel es crítica y a esa hora los sanitarios consideran que el joven no se encuentra en condiciones de ser trasladado a un centro hospitalario.

03:45: una llamada desde la otra punta de la ciudad

La Sala Operativa del 092 recibe una llamada desde la Avenida da Sardiñeira. Al otro lado del teléfono un joven de 21 años se identifica como testigo del asesinato y solicita la presencia de los agentes para que le tomen declaración. La patrulla TANGO 100 se desplaza hasta el lugar y una vez allí el testigo les dice que conoce a los agresores, especifica en qué barrio viven y aporta el apellido por el que uno de ellos es conocido en la zona.

Entre el lugar del crimen y el punto en el que el testigo hace la llamada hay una distancia de 2,1 kilómetros. Un paseo a pie de aproximadamente media hora.

04:05: los médicos ordenan el traslado al hospital

Tras más de una hora de lucha por salvar la vida de Samuel sin moverlo del suelo, los médicos deciden que es el momento de subirlo a la ambulancia medicalizada e intentar trasladarlo al hospital para continuar las labores de reanimación.

04:11: la ambulancia llega al CHUAC

La ambulancia llega al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) a las 04:11, según los registros del Servizo Galego de Saúde (SERGAS). La situación médica de Samuel es crítica. Según la información ofrecida por el diario La Opinión de A Coruña la muerte se certifica a los pocos minutos de su llegada al centro hospitalario.

04:40: todo el mundo se va

Los testigos y los agentes abandonan el lugar del asesinato. No volverán a verse hasta el día siguiente en la comisaria de Lonzas, en donde prestarán declaración por segunda vez. Marco y Lina lo hacen el sábado. Pablo y Begoña, el domingo.

Vídeo y gráfico: Javier Rodríguez