Tres veinteañeras protagonizan el cartel que trae Poesía o Barbarie, uno de los proyectos de poesía escénica más fresco y sonado de Madrid, para la Noche de los Libros: Paloma Chen, Amalia Buitrago y Ecléctica serán las autoras que reciten sus versos desde la Real Casa de Postas este mismo viernes, a las 20:45 horas.
La poesía, para creadoras como Ecléctica, una slammer actualmente en competición, es una forma de expresarse: “Simplemente sale, y de la misma forma que sale, hay gente que le impacta al recibirla. Es algo que te atraviesa y no puedes controlar muchas veces”. En el caso de Amalia, campeona de Poetry Slam Madrid 2020 y poeta con un libro publicado con la editorial L'écume Incendiaria, le sirve para mandar un mensaje que percibe que “tiene que saberlo el resto”.
Paloma Chen, ganadora del II Premio Nacional de Poesía Viva LdeLírica y con un poemario debut publicado por Letraversal, lo considera como una parte muy importante de su vida: “Una manera de expresar mi creatividad. No solo como un sustantivo o género, también es un adjetivo, puedo hacer cosas poéticas con la palabra, la performance, con cierta manera de vivir que puede ser poética”.
Tres mujeres que viajan a borde de un barco repleto de versos, a veces con rimas, y que navegan a través de sus respectivos obstáculos entre sus carreras correspondientes: Paloma Chen, con su trayectoria como activista y periodista; Ecléctica, más allá de la prosa, tiene su especialidad de Ciencias Políticas; Amalia es bióloga.
El público no ha tardado en agotar las entradas en menos de tres días para poder descubrir sus narraciones el sábado, donde participarán en este formato de slam poetry como propuesta del colectivo Másquepalabras, que llevan Poesía o Barbarie y, paralelamente a esta iniciativa, también desarrolla otras actuaciones mensuales.
Un cajón de sastre donde caben muchas cosas, así define el slam poetry la propia Ecléctica. Con tres minutos, el juego del 'aplausómetro', y una penalización en caso de que se pase de tiempo, este género va más allá. “Hay gente muy diversa, no es lo mismo ir al de Lavapiés, de Fuencarral, se cree que es una caja muy cerrada y hermética, pero abarca un montón de cosas”, describe Ecléctica. Amalia percibe que este formato ha conseguido ser un altavoz para la gente que no escucha poesía, por medio de “una aleatoriedad” que hace bajar los pies en tierra: “No es un concurso donde nos peleemos sino una plataforma donde compartir y que hace que el público se sienta protagonista. Hay poesía de humor, se puede escribir cuando no se está triste y el slam lo demuestra”.
“Las otras dos poetas son expertas en el slam poetry, un género que llega desde Estados Unidos como espacio seguro para personas negras, asiáticas, mujeres, para expresar limitaciones de forma oral que va más allá de los cánones establecidos dentro de lo poético. Es algo más de la calle. Me interesa esta oralidad, creo que es muy chulo recitar y sentir la energía, ver la respuesta y su reacción”, confiesa Paloma Chen.
Esta autora diferencia su lado periodista, su lado poeta, su lado de escritora. “Pero no creo firmemente en las diferencias, a veces el trabajo está muy interrelacionado”, por lo que enriquece sus versos por medio de sus vivencias, con visibilidad a la cultura china y una implicación antirracista presente en su trayectoria.
Desde siempre es una cuestión muy personal que le inspira, tal y como ella misma comparte: “Es importante, no tanto reivindicar pero sí hablar de los orígenes de mi familia y hacer conciencia antirracista. Es muy necesaria, sigue faltando. Falta poesía en general, pero más falta antirracismo en todo. Llevo trabajando en ello por los últimos años, el poemario y los recitales están atravesados por ello”.
Reflejar la realidad de cada cual en su trabajo forma parte de sus poemarios. Normalmente, Ecléctica, quien confiesa haberse retirado temporalmente de la competición para seguir escribiendo desde otro enfoque, recita desde el enfado: “Demuestro mi inconformismo por medio de mis poemas, o bien juego con el sarcasmo y mi enfado es más un ‘claro que sí, mi rey, lo que tú quieras’. Mi carta de la temporada pasada fue jugar con política, enfado, humor, siempre desde la picardía y cinismo. Algo vacilona”. Amalia percibe tal enfoque como algo “necesario de cara al feminismo” y la recuerda como una de las figuras destacables “no de víctima, si no de ‘no vengas a venderme la moto, porque ya me he aprendido mis derechos', mucha gente vino con ese discurso y chapó”.
Ecléctica va más allá: “Durante un tiempo sí que trabajé desde el feminismo, pero en esa ocasión buscaba algo más amplio”.
Poesía y versos de un pueblo
Bajo la esperanza de que la poesía alcance la misma repercusión que el resto de géneros literarios, estas artistas remarcan que “se hace por y para el pueblo”.
Otros consideran la poesía como algo elitista, porque, al principio, era un género al que muy poca gente podía acceder: el vocabulario que se empleaba y, en voz de Ecléctica, sus palabras eran muy complejas: “La cuenta pendiente que tuvo la gente en su momento era que marginaba. El slam baja la poesía del Olimpo y demuestra que es para todo el mundo”.
Amalia Buitrago coincide con este mismo punto, en el que el gran género “se está nutriendo de una ola a la que se subió y ahora queda esa espuma que, cuando desaparezca, se verá quien queda nadando en el mar y quien era un verdadero pasajero. La poesía se hace por y para el pueblo, el formato que toma más allá de la rima y ha hecho que se empiece a poner a ojos de la gente, que sea aceptada”. Ella misma hace hincapié en que, al igual que la educación parte de una línea evolutiva de la tiza al ebook, “la poesía también ha cambiado y se ha convertido en algo que no se queda en una ola, sino en un tsunami constante que va bañando”.
“La poesía es un género minoritario a nivel de consumición del público, entiendo que creo que se mueve bastante, hay muchos eventos y mucha gente implicada. Pero, quizá, falta público”, confiesa Paloma Chen. Esta poeta destaca la falta de una programación de eventos relacionados con este elemento tan desarrollado entre el aliento del pueblo: “Estoy muy agradecida porque haya surgido esta oportunidad, son espacios muy importantes los que ofrecen colectivos como Poesía o Barbarie. Después de tanto trabajo, falta visibilidad, pero poco a poco. Veo que se está moviendo, pero a escala mainstream se da muy poco y hay más foco para las novelas”.
"Me parece muy problemático el vivir en una sociedad donde no vemos a personas migrantes, racializadas y diversas, porque nos está dando un mensaje constante de que, entonces, nosotras no creamos y no somos artistas", Paloma Chen
Si el propio género está más desplazado de la esfera mainstream que el resto, por parte de aquellas vivencias que se salen de lo hegemónico escasea en su representación por todo lo alto, tal y como lo resalta Paloma Chen.
Falta mucho, así lo indica: “Si revisas el programa entero, no sé cuántas personas racializadas hay más allá del típico perfil de poeta y novelista. Me parece muy problemático el vivir en una sociedad donde no vemos a personas migrantes, racializadas y diversas, porque nos está dando un mensaje constante de que, entonces, nosotras no creamos y no somos artistas”.
Por ello, la propia Paloma ha participado en las campañas contra la xenofobia como la resultante del odio que muchas personas asiáticas recibían a raíz de la pandemia. Con No soy un Virus participó como periodista publicando artículos en El Salto y como activista.
“El racismo antiasiático no es una explosión, siempre ha habido mucho rumor y prejuicio, racismo contra la comunidad asiático que parece sutil con otras personas”, y por ello, dio voz y contenido en esta iniciativo junto a otros artistas que ella misma señala como referentes e influencias: Putochinomaricón y Gazpacho Agridulce, “que utilizan otros lenguajes con los que sentirse muy identificada en su manera de expresarse”. A nivel poético, ella destaca como referentes a Gio Collazos, Karessa Malaya, junto a más compañeros y compañeras. “Es muy necesaria la visibilidad, la voz y nuestros discursos. Las personas más diversas estamos enriqueciendo la sociedad”, resalta.
Los fragmentos favoritos de cada poeta, a su vez, también enriquecen las ganas que su próxima audiencia espera hasta escucharlas en directo. Sirva una de las creaciones favoritas de Amalia para demostrar lo que esta artista trae entre sus manos para este sábado.
“Nací frágil, pero ácida. Como una quemadura, y convertí en poesía todo el bien que no me hicieron. Decidme, por favor, si eso no es un arte", Amalia Buitrago
“Tengo muchas cosas nuevas, poemas que acunan el verso leído y algún formato oral, no enfadado pero con un puntito de rebeldía y que llama por la importancia que puede tener de cara a la sociedad. Y siempre llevaré conmigo a Germinando, creo que tiene unos poemas muy sentidos, me definen como mujer porque los escribí como yo niña”, añade.
Identificada con la naturaleza como estudiosa de la botánica y su evolución natural, la bióloga tiene en su recámara los versos que, nunca mejor dicho, crecían dentro de ella: “Todos seguían un crecimiento desde la poesía más infantil, a la adolescencia y hasta ahora, cuando quiero creer que soy más madura. Siento que voy germinando, por ello tiene cinco capítulos desde la semilla, el crecimiento, hay una plaga por las adversidades que atraviesa la planta antes de florecer, ese último capítulo”.
Durante esa misma noche, Paloma Chen recitará algún poema nuevo que ha estado escribiendo, para cumplir con su costumbre de trabajar algo nuevo de cara a cada recital y, según indica, ver cómo se siente la energía del público. Y, por supuesto, no faltarán sus creaciones de Invocación a las mayorías silenciosas: “Es un poemario bastante equilibrado donde he reflejado la voz que yo siento a nivel personal, no está intentando representar a nadie pero que a su vez intenta luchar y resistir. Puede ser muy político y colectivo”.
Fluye sin intentar ir más allá de representarme a sí misma por medio de la poesía, así lo expresa la autora: “Pero, a su vez, se abren puertas de luz por las que hijos e hijas de migrantes y personas racializadas, o personas que se sienten siempre en terceros espacios, puedan ver que se puede crear cosas que merecen la pena a partir de eso”.
En honor a ello, explica que su creación favorita es Obstenidad, traducido al chino por una compañera suya: “Le tengo mucho cariño, es el poema favorito de mucha gente, creo que condensa muy bien todo lo del poemario. Por una parte, mi familia. Por otra, un deseo vinculado a atravesar fronteras para que los seres humanos no nos tengamos que definir ni por nuestro aspecto ni por nuestra documentación”.
"Tengo terror de mis padres migrantes, siempre con la mirada puesta en la huída", Paloma Chen en 'Obstenidad'
Ecléctica, por otro lado, confiesa que llevará “picardía, una actitud rebelde y un poco chula”, una prueba de su personalidad como poeta y que coincide con esa libertad que ella misma recita en su verso favorito. Algo que utiliza y con lo que decide dejar atrás al conocido síndrome del impostor del que tampoco se libran las poetas.
“No voy de pobre, de bohemia, de marginada, de rebeldía. Pero libertad son muchas más cosas que una palabra vacía”, Ecléctica
Así confiesa su mejor consejo la propia Ecléctica: “A lo mejor estás escribiendo una puta mierda, pero si tú estás cómoda con esa puta mierda qué más dará. Será una puta mierda pero es una puta mierda, hay que diluir un poco los límites de lo que está bien, de lo que está mal, eso es la clave. Cada creación es propia y única”.
Estas tres mujeres, con una visión y una poesía que puede contrastar entre sí a ojos de muchos, no fueron elegidas por casualidad, Másquepalabras propone un reflejo de lo que las autoras más jóvenes traen ahora con su proyecto Poesía o Barbarie: “Para esta Noche de los libros en las que los eventos traen a una poesía más tradicional, tal y como enfocamos en el nuevo proyecto de Un cuarto en llamas, buscamos unos referentes que nos impactaran. Creíamos que estas tres voces podían tener un hilo común, a pesar de ser diferentes y teniendo cada cual su propia proyección”.
Un cuarto en llamas surge como nuevo espacio para la comunidad joven, “aún en pañales”, a la espera de su inauguración en mayo, parte de la idea de un espacio cultural de creación artística y poética, abierto especialmente a los jóvenes, con talleres, eventos y un hueco para que “la gente se sienta segura y libre, donde prime la horizontalidad y pueda animarse, quedarse a escribir, leer, hablar” dentro del Centro Cultural Conde Duque en Madrid.
“Tenemos un evento mensual en el Teatro Barrio. El próximo 30 de abril lo traemos con Claudia González Caparrós, Perla Zúñiga, Iñaki C. Nazabal, y Borja Picó, como parte de estos actos mensuales de Poseía o Barbarie que suele juntar a cuatro artistas bajo una realidad que representa diferentes vertientes, para atraer, también, a todo tipo de público”, añaden desde el colectivo. Y es que, para aquellas personas que se hayan quedado sin su entrada para este viernes 22, podrán disfrutar del espectáculo poético que traen, como cada mes, por la promoción de la autoría contemporánea que lleva reuniendo a más de 15.000 personas entre su público desde 2014.
A Paloma Chen le gusta considerarse más escritora que poeta: “Es imprescindible nutrirse y leer mucha poesía, leer de todo. Hay que ir a recitales, ir al cine, al teatro, de todas estas facetas artísticas te puedes traer algo a lo tuyo”. Efectivamente, Ecléctica indica que, si se lee algo, igual no gusta ese poeta, igual no gusta esa corriente, pero el género narrativo es amplio y va más allá. “La forma más fácil y accesible está en los slam y en los eventos”, anima la autora, de cara a los próximos eventos marcados desde el Teatro del Barrio de Madrid.