Cine, surf y Madrid: la combinación imposible que un festival ha llevado a la cresta de la ola
Como el melón con jamón o la pizza con piña, hay combinaciones inesperadas que (aunque sea con polémica) acaban resultando en éxitos igualmente imprevisibles. La de cine, surf y Madrid es una de ellas. En su 6ª edición, el Madrid Surf Film Festival viene a refrendar que la simbiosis entre estos tres elementos es sorprendentemente perfecta.
El certamen se divide en dos partes: por un lado una serie de películas proyectadas en el Teatro Luchana entre el lunes 17 y el miércoles 19 de octubre. Más adelante, el sábado 22, una jornada más deportiva en el Honna Surf Hub de Alcorcón, que alberga Citywave, la primera ola artificial de la capital. Un recinto perfectamente habilitado para la práctica de este deporte en el que tendrán lugar además otras actividades complementarias.
Para Chema Cavero, su responsable, el Madrid Surf Film Festival no es ninguna excentricidad, más bien justo lo contrario: se trata del resultado natural de un camino. Con toda la calma y la coherencia del mundo explica en declaraciones a Somos Madrid el origen y el desarrollo de la idea.
La iniciativa surge de otro lugar con más tradición surfera, Tenerife, donde Cavero coordina el Canarias Surf Film Festival desde hace seis años. Con este bagaje, se percató de que en Madrid, pese a no tener mar, “hay muchos surferos que han acabado aquí por amor, trabajo u otros motivos”. Cree que en una ciudad tan grade y tan consumidora de cultura “cualquier proyecto cultural hecho bien y con cariño tiene bastantes papeletas para tener éxito”.
Sobre el hecho de unir la pasión surfera con el cine, explica que se trata de una comunidad “con mucho arte a su alrededor”. Puede parecer un tema muy concreto para llenar una programación cada año, pero nada más lejos de la realidad: “Mucha gente nos pregunta de dónde sacamos tantas películas, pero es que simplemente nos llegan. Cada edición tenemos excedente, con lo cual debemos hacer una selección”.
La oferta cinematográfica la componen en su mayoría documentales. Cavero cuenta que suelen alejarse un poco del enfoque puramente deportivo para centrarse en “el artístico, el histórico o el medioambiental”, aunque en el comité de selección siempre se sienten atraídos por “piezas audiovisuales potentes”.
En el equipo del festival están muy contentos con la respuesta del público ya desde la primera edición, donde consiguieron vender todas las entradas y hasta hubo espectadores en lista de espera. Los tres primeros años tuvo lugar en Matadero, y con el traslado a Chamberí la respuesta de la comunidad surfera en Madrid, así como la de todo el público en general, no ha decaído.
El certamen vive un nuevo impulso con la apertura de Citywave en el complejo de ocio y entretenimiento X-Madrid, ubicado en Alcorcón. “Ellos se centran más en la parte deportiva y la nuestra es más artística, pero creo que son dos de los pocos proyectos en Madrid referentes al surf y debíamos hermanarnos”. El espacio acogerá el día final del Madrid Surf Film Festival, que será un poco distinto. El cine se echa a un lado para dejar sitio a seminarios, conciertos, sesiones de yoga y, por supuesto, a la práctica del surf.
Las joyas imprescindibles del año
Aunque anima encarecidamente a descubrir toda la programación, Chema Cavero destaca algunas obras imprescindibles para cualquier amante del surf y el cine. Habla de Daida Back to the Ocean, del canario Pablo Ramírez. Este documental sigue a Daida Ruano Moreno, 18 veces campeona del mundo de windsurf, centrándose en el cáncer de ovario que padeció y que consiguió superar.
Otra de sus recomendaciones es Sweet Adventure, de Peter Hamblim. Cavero la define como una película “loca y tarantiniana”. Un viaje a El Salvador convertido en una propuesta desenfadada, imaginativa y llena de humor que viene a demostrar la variedad de visiones con las que es posible aproximarse a un deporte como el surf.
En el Teatro Luchana y en el Honna Surf Hub ya está todo listo para que el cine, el surf y las propuestas culturales en general se vuelvan a dar la mano. Solo falta que de nuevo la audiencia, como Cavero y su equipo, como los deportistas que protagonizan estas historias o los cineastas que decidieron relatarlas, se atreva con las olas más inesperadas y desconcertantes, las que una vez superadas acaban resultando más reconfortantes.
0