Plutón ha sido solo la primera parada de la nave New Horizons. Después de su encuentro estival con el planeta enano (aunque es el primo de Zumosol del cinturón de Kuiper), tiene que continuar su camino. Como el anillo cósmico al que pertenece está punteado por cientos de rocas heladas de menor tamaño, la NASA ha tenido que hacer una selección para decidir los siguientes destinos.
Gracias a las imágenes tomadas en 2014 por el telescopio espacial Hubble, los científicos de la agencia espacial estadounidense escogieron cinco de estos objetos. Sin embargo, no hemos conocido la identidad del próximo objetivo de la sonda – todavía “potencial” – hasta hace solo unos días: se llama 2014 MU69 y orbita a miles de millones de kilómetros de Plutón.
De momento, para hacernos una idea del aspecto de su pequeño pariente, solo podemos recurrir a las recreaciones artísticas de la NASA y echarle un poco de imaginación. Además, según los responsables del proyecto, New Horizons se ha tomado un respiro tras el acercamiento, así que tardará un tiempo en brindarnos nuevas fotografías.
Esto no significa que se hayan terminado las novedades visuales: la agencia ha hecho público recientemente un vídeo de veintitrés segundos que resume el cara a cara con el planeta enano. Su creador, el científico Stuart Robbins, ha explicado cómo ha modificado y combinado informáticamente las imágenes proporcionadas por las cámaras de la sonda para montar la película. Unas capturas (entre las que se incluye la del corazón plutoniano) que ya habían sufrido un largo viaje y no pocos cambios.
A Plutón, con todo el equipo a cuestas
Solo durante su acercamiento a Plutón el pasado 14 de julio, las cámaras de la New Horizons hicieron cientos de capturas. El equipo de imagen que transporta está integrado por tres instrumentos: “LORRI [‘Long-Range Reconnaissance Imager’] es una cámara, Alice es un espectrómetro y Ralph es una combinación de ambos tipos de aparatos”, explica a HojaDeRouter.com Alan Stern, investigador principal de la misión.
El ingenio homónimo a un personaje de 'Los Simpsons' pesa poco más de 20 kilogramos y utiliza la energía equivalente a una bombilla. Gracias a su cámara multiespectral y al espectrómetro que incorpora, Ralph capta la luz visible y parte de la infrarroja. El dispositivo nos brindó la primera imagen a color de Plutón y su luna Caronte, tomada desde unos 114 millones de kilómetros de distancia.
“Nadie mira en tiempo real dónde apuntan las cámaras ni les dice cuándo disparar”, nos explica Andy Cheng, máximo responsable científico de LORRI e investigador en el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins. Tampoco serviría de mucho, ya que existen unas cuatro horas y media de desfase entre Plutón y nuestro planeta, el tiempo mínimo que tardaría una señal en viajar entre ambos cuerpos.
“Si uno de los instrumentos enviara un mensaje a la Tierra para avisar de una posible captura interesante y le diéramos la orden de disparar, tomaríamos la fotografía con al menos nueve horas de retraso”, afirma el experto.
Por eso, las cámaras están programadas para hacerlo automáticamente según el guion diseñado por el equipo de la misión. Sus órdenes (escritas en un programa informático) especifican hacia dónde apuntar a cada momento, las condiciones necesarias y el número de disparos. “Escribir todo los comandos para el acercamiento, decidir las observaciones y los momentos precisos ha requerido un gran esfuerzo, y estamos orgullosos del resultado”, señala Cheng.
Tanto Ralph como LORRI, que captura imágenes en alta resolución en blanco y negro, almacenan las fotos en formato digital. Las guardan en una de las memorias sólidas de la nave (tiene dos, de ocho 'gigas' cada una), “algo muy parecido a lo que hace una máquina normal en la Tierra”, indica Cheng. Después, el principal procesador de la sonda comprime, reformatea y ordena la información para enviarla a la Tierra.
Del espacio a tu pantalla
Los datos viajan en paquetes a través de ondas de radio, “un proceso parecido a enviarlos por internet”, describe el responsable de LORRI. La señal se recibe en las antenas de las tres estaciones de la Red de Espacio Profundo de la NASA, ubicadas en Madrid, Goldstone (EE.UU.) y Canberra (Australia).
Dada la larga distancia a la que se encuentra la sonda y la altura de su mayor antena, que escasamente supera los dos metros, la transmisión es lenta. La ingente cantidad de datos recogidos durante su visita a Plutón viajan a una velocidad de entre uno y dos 'kilobits' por segundo, así que los investigadores estiman que el envío tardará unos 16 meses en completarse.
“Los datos recibidos no están en ningún formato de imagen estándar y no pueden abrirse como una fotografía normal”, nos cuenta Cheng. La información llega en forma de archivos binarios comprimidos, a los que acceden a través de internet utilizando protocolos que garantizan la seguridad de las transferencias.
Una vez procesados y descomprimidos, y tras haber visualizado las fotografías, el equipo decide el tratamiento que requieren en función de su objetivo. “Pueden servir para hacer un mapa, medir el brillo, observar características de un cuerpo o medir relaciones espaciales”, enumera.
También pueden combinar los datos tomados por ambas cámaras. Por ejemplo, la famosa fotografía del corazón de Plutón es el resultado de unir la información aportada por LORRI y por la cámara multiespectral de Ralph.
Mientras que el primero obtiene la imagen en blanco y negro, los filtros de color del segundo proporcionan la información necesaria para colorear la fotografía. Su espectómetro “rompe la luz en las diferentes longitudes de onda, así podemos determinar los verdaderos tonos”, indica Stern.
Por último, aplican correcciones para eliminar el ruido y otras distorsiones. “Después de estos retoques básicos, rotamos la fotografía para poner el norte en la parte superior, ajustamos el brillo, el contraste y la enfocamos”, afirma el investigador del APL. El corazón del planeta ya está listo para ser admirado por los terrícolas.
“El grupo encargado de LORRI está formado por unas diez personas, pero hay casi un centenar en el equipo científico de imagen”, señala Cheng. Todos ellos tendrán que seguir con el trabajo: en el álbum de fotos espacial de la misión aún quedan muchas páginas en blanco.
-----------------------------------------------------
Las imágenes que aparecen en este artículo son propiedad de la NASA y Ball Aerospace and Techologies Corporation