Si las mayores fortunas del mundo, los que manejan los hilos del poder económico, se reúnen a puerta cerrada en un lugar recóndito y el común de los mortales no sabe absolutamente nada de lo que allí ha sucedido, lo normal es que proliferen las teorías de la conspiración.
Es exactamente lo que sucede desde 1954 con el Club Bilderberg, un foro al que anualmente asisten entre 120 y 150 personalidades de la política, las finanzas y la comunicación para tomar decisiones cruciales que, según muchos, son las que de verdad mueven el mundo.
Todo es discreción, secretismo y opacidad alrededor de Bilderberg. El escenario escogido, que varía en cada edición, se convierte en una fortaleza protegida por tierra, mar (si lo hubiera) y aire. Todas sus ponencias y deliberaciones son a puerta cerrada, no se permite el acceso a los medios (excepto los directores y editores que se cuentan entre los invitados) y no se publican conclusiones.
Hasta hace unos años, la lista de invitados también permanecía oculta. Se producían filtraciones, los reporteros más aguerridos se saltaban las medidas de seguridad, y al final se acababan conociendo algunos nombres. Pero la mayoría salían de allí como habían entrado: en el más absoluto anonimato.
¿Hasta dónde llega la influencia del Club Bilderberg? (Foto: djandyw.com en Flick)
Finalmente, el propio club decidió publicar los nombres de los asistentes. Era una forma de evitar suspicacias en años electorales, cuando los candidatos a presidir potencias como los Estados Unidos podían sentir la tentación de dejarse caer por Bilderberg y negociar unos cuantos apoyos cruciales.
El cónclave sólo tiene un puñado de miembros fijos, los que pertenecen a su comisión ejecutiva, pero los hay que repiten cada año. Bill Gates, señora e hijos, solían estar entre ellos, aunque llevan unos cuantos años sin aparecer en la lista oficial.
Son los 'sospechosos habituales', a los que se han ido sumando una larga lista de empresarios del sector tecnológico, a medida que los debates han ido incluyendo cuestiones relacionadas con las nuevas tecnologías o la ciberseguridad.
En Copenhague (Dinamarca) deben estar ya las alrededor de 140 personas que han confirmado este año su asistencia al evento, que comienza hoy jueves 29 de mayo y se prolongará hasta el domingo 1 de junio. No hay fotos ni vídeos que lo demuestren, al menos de momento, pero entre ellos hay a ciencia cierta un buen puñado de actores del sector tecnológico.
Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, abrió la veda en 2008, repitió experiencia en 2010, 2011, 2012 y 2013, y vuelve a estar este fin de semana entre los participantes del Club Bilderberg. En YouTube hay varios vídeos criticando su presencia en los encuentros, aunque también hay quien asegura que la plataforma de vídeos, propiedad del todopoderoso buscador, llegó a censurar alguno. Por ejemplo este, publicado por el locutor de radio Alex Jones, en el que aparece siendo increpado por un grupo de manifestantes.
En la lista oficial de invitados aparecen otros magnates tecnológicos, como Reid Hoffman, cofundador y presidente ejecutivo de LinkedIn, que ya acudió en 2011 y 2012; Craig Mundie, asesor de Microsoft, que estuvo en 2010, 2011, 2012 y 2013; o Peter Thiel, primer consejero delegado de PayPal y uno de los inversores iniciales de Facebook.
En 2011, la representación de la red social más poderosa del mundo fue mucho más directa. En la lista oficial de asistentes, en la que también estaba Thiel, aparecía además Chris Hughes, uno de los cuatro fundadores. Previamente, entre 2008 y 2010, la voz de la empresa había sido Donald E. Graham, consejero delegado del Washington Post y miembro del equipo directivo de Facebook.
En 2011 y 2013 anduvo también por St. Moriz (Suiza), donde tuvo lugar el encuentro, el fundador y consejero delegado de Amazon, Jeff Bezos, que este no se encuentra entre los invitados.
Las telecomunicaciones también suelen estar bien representadas en Bilderberg, aunque este año solo repite uno de los habituales: el ex consejero delegado de Telecom Italia, Franco Bernabé. El español César Alierta, máximo responsable de Telefónica, ha vuelto a caerse de la lista - la última vez que acudió fue en 2010, según la lista oficial de invitados de aquel encuentro. Quién si estará en Copenhague es Risto Siilasmaa, presidente de la junta de accionistas y consejero delegado en funciones de Nokia.
Por otro lado, los amantes de las conspiraciones - con o sin razón - seguirán teniendo argumentos para pensar que las prácticas de ciberespionaje de Estados Unidos reveladas por Snowden estarán sobre la mesa en Bilderberg, si es que no nacieron o se debatieron allí antes de su puesta en práctica.
Además de los ya citados representantes de las grandes tecnológicas estadounidenses, entre los asistentes se encuentran, como ya es tradición, el que fue hasta enero director de la NSA, Keith Alexander; y Alex Karp, consejero delegado de la polémica Palantir Technologies, la gran desconocida de los documentos revelados por Snowden y una de las más involucradas en todo el turbio asunto.
Y hasta aquí se puede leer. De lo que los magnates tecnológicos deciden en el seno del Club Bilderberg poco se sabe y mucho se especula. Las teorías de la conspiración están a golpe de clic. Si quieres prestar oídos, solo tienes que buscar... en Google.