Dos años después del 'boom' de Ello: “No me interesa vencer a Facebook”

¿Recuerdas Ello? Su nombre ya apenas se menciona y parece que los usuarios se han olvidado de esta red social, pero hace un par de años se convirtió de la noche a la mañana en una superestrella, el fenómeno del que todo el mundo hablaba. Tal fue su popularidad repentina que llegó a ser descrita como el 'Facebook killer' o el ‘antiFacebook’.

Como tantas estrellas fugaces de internet, los fundadores de Ello vivieron un éxito repentino y efímero pero pronto dejaron de llamar la atención del público masivo y los medios de comunicación. Sin embargo, aunque olvidada por muchos, esta red social no está muerta. “Lo hicimos lo mejor que pudimos y estoy muy orgulloso de lo que somos ahora”, cuenta a HojaDeRouter.com Todd Berger, uno de los fundadores y actual CEO de la empresa.

Ahora, la compañía quiere volver a sus orígenes: una red social creada por artistas y para artistas. “Nació de un deseo de hacer un lugar mejor en internet para que la gente creativa publique, comparta, conecte y descubra”, nos cuenta Berger.

En la actualidad, Ello es un espacio donde se reúnen creativos, diseñadores, músicos, ilustradores, fotógrafos, escritores y arquitectos. Un lugar donde los profesionales artísticos comparten sus obras y sus pensamientos. Sin embargo, la red social también era algo más. En 2014, como uno de sus principales estandartes, figuraba la crítica contras las grandes compañías como Facebook y su invasión de la privacidad. “Tu red social pertenece a los anunciantes”, decía su manifiesto, que aún sigue vigente. “Los anunciantes compran tus datos para poder mostrarte más anuncios. Tú eres el producto que se compra y se vende. Creemos que se puede hacer mejor”.

Fue precisamente la denuncia del modelo de negocio de los gigantes tecnológicos lo que catapultó a Ello al estrellato. Facebook contaba con una política muy restrictiva de nombres —era obligatorio revelar la identidad real—, lo que impedía el anonimato en la Red. Esta norma afectaba especialmente a ciertos colectivos como los transexuales, que deseaban mantener su identidad oculta. La denuncia en Twitter de la 'drag queen' Sister Roma se hizo viral y provocó un gran movimiento de rechazo contra la web de Zuckerberg y un trasvase de usuarios a Ello, donde cada uno se podía registrar con el nombre o el apodo que quisiese.

A partir de ahí, la pequeña red social pasó de tener una comunidad de 100 personas a recibir 4.000 usuarios por hora que partían de Facebook. El éxito fue tal que las invitaciones para acceder a Ello (en fase 'beta', no estaba abierto a todo el mundo) se vendían en eBay. Actualmente, la red ha abandonado esa barrera de entrada y cualquiera pueda registrarse.

La repentina popularidad sorprendió a los propios fundadores, que no estaban preparados para recibir tantas visitas ni se consideraban a sí mismos como una alternativa a la compañía de Zuckerberg. “No me interesa vencer a Facebook”, afirma el fundador. “Los medios de comunicación eligieron llamarnos el 'Facebook killer' y nuestro CEO anterior escogió seguir ese camino. Yo estoy llevándonos de vuelta a las raíces de Ello”.

Lo cierto es que la comparación resultaba excesiva. Mientras Facebook era una de las empresas más grandes del mundo, con cientos de ingenieros y unos recursos multimillonarios, Ello contaba con siete trabajadores que, además, compaginaban su trabajo con otros empleos. La empresa tenía menos de 40.000 dólares (alrededor de 36.000 euros) en el banco. En definitiva, un utópico David contra Goliat que tenía visos de masacre.

El propio Berger ve imposible competir con la plataforma de Zuckerberg sin sumergirse en el negocio de la venta de datos y, en consecuencia, atacar la privacidad de los internautas. “Ello no se dedica a recolectar datos personales ni a publicar anuncios no deseados”, aclara. “Esto seguirá siendo una parte fundamental de nuestro ADN”.

A pesar de lo repentino y no buscado de la popularidad, los fundadores afirman que supieron capitalizar el momento de fama. “Recaudamos el dinero suficiente para construir un negocio”, explica. “Pero, en retrospectiva y si hubiera estado estado a cargo en ese momento, habría hecho de manera diferente muchas cosas”.

Los fundadores eran conscientes de que el aluvión mediático estaba creando unas expectativas desaforadas: Ello estaba diseñado para ser una pequeña comunidad de artistas, no para recibir un éxodo de usuarios de Facebook. “Sólo porque algo reciba una cantidad masiva de atención en los medios y genere un gran revuelo no significa que tenga éxito”, razona.

Vuelta al punto de partida

“Nadie en nuestro equipo quería replicar lo 'mainstream'”, afirma Mark Gelband, director de 'marketing' y uno de los primeros inversores de Ello. “Nosotros mismos hemos crecido con la subcultura y lo alternativo, y estamos mucho más interesados en desafiar los estándares sociales que en convertirnos en uno de ellos”.

El objetivo es volver al plan original casi con las mismas mentes pensantes que empezaron la aventura. Además de Berger, siguen trabajando Lucian Föhr y Paul Budnitz. El reto para ser rentables pasa por ganar dinero sin utilizar los datos de los usuarios ni cobrarles. Aparte de mostrar contenido patrocinado, una de las soluciones ha sido añadir un botón de compra para que los usuarios puedan adquirir las pinturas, esculturas y todo tipo de obras que comparten los artistas en la red social, con un formato de publicaciones muy parecido al de Instragram.

Además de obtener ingresos a través de la tienda digital, quieren cerrar pronto sus primeros acuerdos con marcas. Entre los planes se contempla ofrecer espacios para las ofertas de empleo, concursos y diversas publicaciones corporativas. “Éstos se harán de maneras que aún no se han visto en otras redes, donde los anuncios se atascan en los flujos de las personas”, promete.

Ahora tienen claro el camino y la experiencia les ha enseñado a situar su compañía en el contexto adecuado. “Todavía no veo a Ello como un éxito”, admite Berger, “pero sí creo que Ello tiene el potencial de ser enormemente exitoso”. Alejarse de la sombra de Facebook puede ser su bendición.

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Todas las imágenes de este artículo son propiedad de Ello