Se vende privacidad: una tienda de tecnología contra el Gran Hermano
Su ojo artificial graba la calle morada e identifica a los viandantes como bultos naranjas y amarillos. Un dron, provisto de una cámara térmica, vigila gracias a esa técnica la vía pública. Sin embargo, detecta a un transeúnte sin cabeza. Es incapaz de reconocerle. El viandante está a la última en moda para proteger la privacidad y lleva puesto un hiyab invisible para la máquina voladora. Una prenda que evita la mirada de los indiscretos drones que ha comprado por 550 dólares (480 euros) en una tienda 'online', la Privacy Gift ShopPrivacy Gift Shop.
En este exclusivo comercio también se puede añadir al carrito una interpretación algorítmica de la camiseta 'I Love NY', especialmente diseñada para evadir el reconocimiento óptico de caracteres, una funda para bloquear las comunicaciones inalámbricas de nuestro móvilfunda e impedir que nos rastreen o carteles que defienden la privacidad y aspiran a ser obras de arte.
Al fin y al cabo, detrás de esta tienda virtual hay un artista real, aunque sin rostro en su perfil de Twitter. “A pesar de que la lucha contra la vigilancia masiva es una lucha constante, veo nuevas oportunidades. Contra la adversidad, se fortalece la creatividad”, explica Adam Harvey, el fundador de esta singular tienda de regalos, a HojaDeRouter.com.
A Harvey le inquietó la ausencia de privacidad en internet mucho antes de que Edward Snowden confirmara al mundo el espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA). La aprobación de la recientemente reformada Ley PatriotaLey Patriota, el polémico texto aprobado tras los atentados del 11-S que otorgó amplios poderes al gobierno para vigilar a los ciudadanos, le hizo convertirse en un activista. “En ese momento [...] discutir algo relacionado con la privacidad era calificado como ser un paranoico”, asegura este diseñador.
NO TE GUSTA EL RECONOCIMIENTO FACIAL? MAQUÍLLATE
No le importó ser tachado de rarito. Como tesis del Programa de Telecomunicaciones Interactivas que estudió en la Universidad de Nueva York, Harvey presentó un proyecto singular: CV DazzleCV Dazzle, un maquillaje de colores que no combate los signos del envejecimiento, sino un conflicto mayor: el invasivo reconocimiento facial de las máquinas.
Al igual que los barcos británicos y americanos utilizaban la técnica del 'dazzle painting' para confundir al enemigo durante la I y II Guerra Mundialtécnica del 'dazzle painting', también nosotros podemos peinarnos y pintar nuestro careto para evitar que desde Facebook hasta las cámaras instaladas en algunas modernas iglesias sepan quiénes somos.
La técnica de Harvey se ha hecho especialmente popular, sobre todo desde que saliera a la luz que la NSA coleccionaba cual cromos imágenes de millones de rostrossaliera a la luz que la NSA para identificarnos. Algunos han acudido a fiestas contra la vigilancia camuflados con su sistemafiestas contra la vigilancia, un periodista de The Atlantic lo ha usado varios días para extrañeza de sus conciudadanos y hasta el asesor científico de la serie 'Minority Report' se ha inspiradoasesor científicose ha inspirado en su idea para elucubrar sobre el camuflaje del 2065.
Tras diseñar su línea de ropa antidrones (sudadera con capucha incluida), crear su accesorio OFF Pocket para que nuestro 'smartphone' no se chivenuestro 'smartphone' no se chive (que consiguió después producir gracias a una exitosa campaña en Kickstarter) o investigar cómo ocultar una manzana al escrutinio de Google ImágenesGoogle Imágenes, Harvey asegura que recibió una petición de una agencia de inteligencia para que publicara sus proyectos en un documento clasificado.
La consulta le hizo preguntarse quién podría estar interesado en su trabajo y quién podría beneficiarse de él. Así que imprimió la carta y la presentó en el New Museum de Nueva York. A este museo de arte contemporáneo le encantó su propuesta: crear allí una tienda itinerante de privacidad. Él sería quien se aprovechara de su propio trabajo.
SI EL GOBIERNO QUIERE CONTROLARTE, MONTA UNA TIENDA
“La inteligencia artificial está hecha de ti. Está hecha de tus datos personales. Tú ayudas a crear el producto”, señala Harvey, criticando que alimentemos las redes de Google o Facebook sin tener acceso a su funcionamiento o a sus datos. “Sin embargo, a cambio no obtienes el beneficio. Solo consigues el producto”.
Desde que él mismo convirtió su lucha contra la privacidad en una mercancía para que los ciudadanos tengan el poder, su tienda ha viajado de Nueva York, donde Harvey se ha dedicado al diseño en la incubadora de artistas asociada al New Museum, a Viena, Tel Aviv y Ámsterdam. Ahora mismo, el comercio solo abre sus puertas en internet.
Asegura haber vendido decenas de hiyab y OFF Pockets, aunque un solo burka de níquel metalizado para burlar a los drones, tal vez porque cuesta la friolera de 2.500 dólares (2.200 euros). “He sido capaz de llegar a una nueva audiencia con el formato de tienda de regalos. Me gusta mostrar mi trabajo en este contexto. Para mí, se trata de crear un espacio amable y accesible para las ideas arriesgadas”.
Además de estar fabricando nuevos diseños para la Privacy Gift Shop, que llegarán con algo de retraso a la temporada otoño-invierno, Harvey es profesor de Estratosfera de VigilanciaEstratosfera de Vigilancia en la Universidad de Nueva York y está preparando un Informe de Tendencias de Vigilancia que va a presentar en el décimo Simposio Anual de Seguridad y Protección que celebra en noviembre la Comisión Europea.
Cree que muchos ciudadanos se han preocupado por la vigilancia de la NSA, pero pocos se paran a pensar que Google entrena sus algoritmos con nuestra información privadaentrena sus algoritmos. Por eso desafiar a los gigantes tecnológicos con sus invenciones se ha convertido en su modo de provocar la reflexión. Y ya de paso, ganar algo de dinero poniendo la protección de la privacidad en venta.
'WEARABLES' PARA OCULTAR MIS PENSAMIENTOS
Harvey no es el único que ha explorado cómo los 'wearables' pueden protegernos de la tecnología en lugar de monitorizarnos constantemente. Este artista participó recientemente en un evento sobre estos dispositivos estos dispositivoscelebrado en el centro de arte neoyorquino Eyebeam. Allí coincidió con Lisa Kori Chung, una diseñadora que ya piensa en la vigilancia del mañana.
Kori Chung ha creado Anti-NIS AccesoriesAnti-NIS Accesories, una gama de extravagantes accesorios, como un tocado o un antifaz, para defender nuestra cabeza del posible espionaje a través de neuroimágenes. ¿Podrá la ropa del porvenir no solo impedir que las máquinas reconozcan nuestra identidad sino además proteger nuestra privacidad emocional e intelectual?
Aunque aún no sabemos si las cámaras de videovigilancia empezarán a espiar nuestro pensamiento dentro de unos años, Kong abre con su obra un polémico debate. “Mediante la exploración de futuros que no deseamos ver, podemos entender mejor qué tipos de futuros son deseables”, asegura esta diseñadora.
Hasta una cooperativa de arquitectos austriaca se inició el año pasado en el mundo de la moda para la privacidad, creando una túnica acolchadatúnica acolchada que no gozaría de éxito en las pasarelas pero que permite, gracias a sus fibras metálicas, evitar que localicen nuestro teléfono o tableta ocultando los dispositivos en sus bolsillos.
¿Se creará un movimiento 'wearable' de resistencia tecnológica? Harvey cree que la resistencia es una forma de conocimiento, y ese es el primer paso que se debería dar. “Necesitamos aprender a tomar decisiones más inteligentes sobre cómo se recogen y procesan nuestros datos y quién se beneficia de ello”, concluye este diseñador. El saber siempre ha sido poder. Si un dron sobrevuela mi calle de noche, mejor ser consciente de que puede estar mirándome con su visión infrarroja.
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Las imágenes que aparecen en este artículo son propiedad de Adam Harvey