Miquel Barceló, pintor: “Admiro a gente políticamente incorrecta como Picasso, no me gusta cancelar”

Alejandro Alcolea

Madrid —
14 de noviembre de 2024 15:50 h

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“Hermoso dueño de la vida mía, / mientras se dejan ver a cualquier hora / en tus mejillas la rosada aurora, / Febo en tus ojos y en tu frente el día […]”. Inspirado por el famoso soneto Hermoso dueño de la vida mía de Luis de Góngora, Miquel Barceló decidió escribir el suyo propio para contar las claves poéticas de su obra y de una vida enteramente entregada a la naturaleza y a la pintura. 'De la vida mía' es su primer autorretrato escrito, la autobiografía de uno de los artistas contemporáneos españoles más destacados a escala internacional.

Originalmente escrito en francés y recientemente traducido al castellano y al catalán, este libro de memorias acerca a la voz del pintor mallorquín, que habla sobre sus recuerdos de niñez, anécdotas, pensamientos, conversaciones y mayores pasiones. A través de su pintura, sus dibujos y una larga serie de textos cuenta su relación con el mar, los animales y Felanitx, el pueblo de Mallorca donde nació en 1957.

En 'De la vida mía', editado por Galaxia Gutenberg, están sus amigos y sus referentes, su fascinación por África y por el arte prehistórico. Se trata de un viaje donde también recorre sus distintos talleres y formas de trabajar en Mallorca, en París y en Mali, así como su relación con diferentes soportes y técnicas artísticas como la pintura, la escultura y la cerámica. 

“Seguramente sea cierto que aprendemos lo importante antes de los diez años. Tengo la impresión de que, en pintura, a los diez ya había hecho casi todo lo que luego he rehecho y sigo rehaciendo”, relata Barceló en el primer capítulo de esta obra, donde reflexiona desde sus orígenes hasta llegar a los trabajos monumentales en la Catedral de Mallorca, en la sede de la ONU en Ginebra o en la Biblioteca Nacional de Francia en París. Actualmente está trabajando en el encargo de tres tapices para la reapertura de la catedral de Notre Dame, donde representará temas y personajes del Antiguo Testamento.

Actualmente está trabajando en el encargo de tres tapices para la reapertura de la catedral de Notre Dame, donde representará temas y personajes del Antiguo Testamento

“Escribir una autobiografía se parece mucho a pintar un cuadro, son muchas capas de vida y de correcciones, también un ejercicio de memoria”, ha explicado Miquel Barceló en Madrid, durante la presentación del libro que le encargaron hace veinte años y que “no sentía poder asumir” porque, en “aquel momento”, no le “parecía asumible”, ha expresado.

Asimismo, durante la presentación, el artista ha dicho que le gusta leer la vida de otros artistas, como Tàpies, y que no está a favor de la cancelación de artistas del pasado. “Admiro a gente políticamente incorrecta, como Picasso. Es un conflicto que tenemos todos por admirar a malas bestias. Pero no me gusta lo de cancelar, hay que abrir las ventanas”, ha añadido.

El fotógrafo Jean Marie del Moral le conoció en París el año 1985, mientras el artista preparaba en su estudio una exposición para una galería de Nueva York. “Su energía excepcional, su amplio conocimiento cultural y su amor por la pintura y el arte le han llevado a construir una serie de obras impresionantes que parten de un gran sentido de libertad, pero, al mismo tiempo, del respeto por los grandes maestros de la pintura”, expresa a elDiario.es.

Miquel Barceló es uno de los grandes artistas retratados por este fotógrafo en diferentes momentos de su trayectoria, en el marco de un proyecto que registra a más de 250 creadores del último medio siglo. “A partir de lo clásico y de lo moderno, del mundo marítimo y del vegetal, Miquel [Barceló] ha creado un lenguaje propio que se ha hecho universal y que ya es reconocible para todos”, enfatiza del Moral.

A partir de lo clásico y de lo moderno, del mundo marítimo y del vegetal, Miquel [Barceló] ha creado un lenguaje propio que se ha hecho universal y que ya es reconocible para todos

En su juventud estudió en la Escuela de Bellas Artes y Oficios en Palma en 1974, un año en el que ya había realizado su primera exposición individual en la Galería Picarol de Mallorca. Más tarde comenzó Bellas Artes en Barcelona, pero lo abandonó para dedicarse de pleno a la creación artística. A finales de los setenta se acerca al espíritu del arte conceptual, vinculado al grupo Taller Llunàtic en Palma, hasta que en su primer viaje a París descubre el art brut y el expresionismo abstracto norteamericano.

Apenas una década después irrumpió en la escena internacional en la Bienal de Sâo Paulo de 1981 y en la Documenta VII de Kassel en 1982. En ese momento su pintura figurativa de tendencia expresionista comienza a relacionarse con la nueva pintura expresionista alemana y la transvanguardia italiana. Algunas de las obras que produjo en esa época forman parte de la colección del museo de arte contemporáneo de su tierra, Es Baluard Museu. El director del museo mallorquín, David Barro, explica que “los primeros años ochenta en España fueron dominados por una pintura que será posteriormente denostada y retirada de los discursos críticos de los noventa. Barceló emerge entonces como paradigma de la euforia de la pintura”. 

A partir del estallido de su obra en los ochenta, Barceló comenzó a trabajar en exposiciones para instituciones y museos a lo largo y ancho del mundo como el CAPC de Burdeos, el IVAM, de Valencia, el Jeu de Paume, el Centre Pompidou y el Museé du Louvre de París, La Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma, el Museu d'Art Contemporani de Barcelona o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid o el National Museum of Art Osaka de Japón.

A partir del estallido de su obra en los ochenta, Barceló comenzó a trabajar en exposiciones para instituciones y museos a lo largo y ancho del mundo como el Museé du Louvre de París, La Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid

El escritor y comisario de arte Enrique Juncosa, amigo del pintor desde sus inicios, ha sido testigo de su trayectoria y ha trabajado con él en diferentes proyectos artísticos desde que le conoció en la mítica galería 4 Gats de Palma durante los años setenta. “La primera retrospectiva que hicimos juntos fue en la Whitechapel de Londres. A partir de ahí hice exposiciones sobre sus dibujos, su experiencia en África o sus cerámicas. He intentado hacer proyectos diferentes a lo largo del tiempo, aprovechando que conozco su obra desde siempre”, explica a elDiario.es.

Se trata de una larga relación entre el artista y el comisario, que siguen trabajando juntos y pronto presentarán una muestra en el Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa, además de un poemario de Enrique Juncosa que incluirá una serie grabados de Miquel Barceló, que esperan publicar durante la próxima primavera. “Es un artista arriesgado y muy directo que siempre está buscando algo diferente en su obra, por eso consigue llegar a tanta gente con lo que hace”, concluye Juncosa.

Es un artista arriesgado y muy directo que siempre está buscando algo diferente en su obra, por eso consigue llegar a tanta gente con lo que hace

La destrucción del paisaje

Como amante y retratista de los paisajes naturales y de los animales, Miquel Barceló describe en su libro los cambios recientes en la isla de Mallorca, atravesada por la pérdida de la tradicional vida agrícola y sus valores culturales tras la llegada de la terciarización de la economía española y su explotación turística, recientemente criticada en manifestaciones multitudinarias por sus efectos medioambientales y económicos.

“En 1957, mi pueblo era muy parecido al de 1857 y no muy distinto al de 1757. Sin embargo, en 1982, ya nada era igual”, explica en el libro, donde lamenta que “a partir de la década de 1970 vimos crecer torres de hoteles y campos de golf; todo se desorganizó, la agricultura, la ecología, un desastre, sólo quedaban las viñas”. “He visto especies marinas desaparecer. El Mediterráneo ha sido destruido”, explica.

Durante la presentación en Madrid, el pintor ha contado que siempre ha estado implicado en todos los grupos ecologistas y de acción en Mallorca y en Barcelona. “Es un problema que solo ha empeorado. Se mueren los árboles y la fauna, es una hecatombe visible”, ha destacado. 

A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y distinciones, entre los que cabe destacar el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003) y la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (2020), además de haber sido investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Sin embargo, durante algunos momentos la fama le ha resultado perturbadora. “Al principio me fui hasta Malí para escapar de la fama. Un pintor lo que quiere es pintar y se necesitan muchas horas al día para ello. Esto lo entendí muy pronto”, ha concluido.