Decenas de mallorquines 'ocupan' una playa para reivindicar estos espacios frente a la saturación turística

Esther Ballesteros

Mallorca —
1 de junio de 2024 18:05 h

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Bajo el lema 'Ocupem les nostres platges' ('Ocupemos nuestras playas'), decenas de residentes en Mallorca se han concentrado en la playa de sa Ràpita, una de las más afectadas por la saturación turística de la isla, para protestar contra la masificación de estos espacios y reivindicarlos como propios. “Tiene narices que ir a las playas se tenga que convertir en un acto reivindicativo”, lamentan desde el movimiento Mallorca Platja Tour, recientemente impulsado con el objetivo de hacer visible el malestar de los residentes ante la problemática que atraviesan a la hora de poder disfrutar de la costa isleña.

La iniciativa fue hecha pública inmediatamente después de que la portavoz parlamentaria de Vox en Balears, Manuela Cañadas, manifestara esta semana que los residentes no pueden “pretender ir a las playas en julio o en agosto tranquilamente, como hace años”.

Frente a tales palabras, el movimiento surgido como reacción asevera que los mallorquines deben “desacomplejarse en el sentido más amplio de la palabra”. “Claro que podemos ir a las playas, es más, debemos ocupar las playas mallorquinas como hechos desde niños. Ir a leer, a hacer un 'capfico', a tomar el sol, a pasar el día con una sandía. No hay nada más mallorquín que disfrutar de nuestras playas en verano”, señalan.

El grupo no tiene portavoz, dado que, tal como explican quienes forman parte del mismo, se trata de “un movimiento horizontal que ha nacido para hacer patente la situación de los residentes” en la isla “durante los meses de verano” así como para recriminar que “algunos políticos se han olvidado que trabajan para los ciudadanos de esta tierra, de donde son representantes, y no para las personas que vienen de visita”.

La acción de este sábado en Sa Ràpita ha servido además, según han expresado desde 'Ocupem les nostres platges' -difundido como Mallorca Platja Tour en la red social X-, para comenzar a preparar una acción “simbólica y festiva” el próximo 16 de junio. “No tenemos más expectativas posteriores, el único objetivo es hacerse eco de la situación que sufren los mallorquines y residentes en Mallorca”, aseguran: “Sólo queremos mover conciencias y que este verano podamos visitar nuestras playas como se ha hecho siempre”.

La protesta se ha llevado a cabo tras las históricas manifestaciones celebradas el fin de semana pasado contra la masificación turística y la carestía de vivienda y en medio del renovado debate sobre las consecuencias del turismo masivo y la necesidad de buscar un equilibrio económico y medioambiental.

En Balears, la industria turística, que representa más del 45 % del Producto Interior Bruto (PIB), cuenta con más de 200.000 trabajadores y genera más de 16.000 millones de euros en ingresos anuales. El año pasado, el archipiélago marcó un récord histórico de 17,8 millones de turistas. Sin embargo, los residentes acusan una saturación que cada año roza límites extremos, sumada, además, a una lenta agonía: un imparable crecimiento poblacional con serias repercusiones en materia sanitaria, educativa y de vivienda así como sobre el consumo de energía y de agua.

El impacto del desarrollo turístico y la actividad humana en las islas, constantemente amenazadas por el ladrillo y el asfalto, ha causado un acelerado proceso de degradación que prevé agravarse en los próximos años fruto del impacto del cambio climático.