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Ibiza, al límite en sus recursos hídricos: “El agua ahorrada en invierno se derrochará en verano”

La desaladora de Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Esther Cabezas

Eivissa —
29 de diciembre de 2024 21:13 h

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Los grupos ecologistas de Eivissa tildan de insuficiente el acuerdo que han llegado la Conselleria balear del Mar y Ciclo del Agua, el Consell Insular y los cinco ayuntamientos de la isla. A la reunión, en la que también estuvieron presentes el director general de Recursos Hídricos, Joan Calafat, y el gerente de ABAQUA, Emeterio Moles, no fue invitada ninguna entidad ecologista o conservacionista, a pesar de las reclamaciones que estas asociaciones vienen haciendo desde hace años con respecto a la gestión del ciclo del agua en la isla y de las propuestas que han elevado a las autoridades basadas en el análisis de la situación.

“Ya está bien que se muevan, pero me temo que muchas cosas importantes para la gestión del agua en la isla se van a quedar fuera”, explica Joan Carles Palerm, de la entidad ecologista GEN GOB, en conversaciones con elDiario.es. “Al final todo va a depender de si llueve o no llueve. Esa es la realidad. Este verano, si no llueve, habrá restricciones de agua”, explica el biólogo, a pesar de la reunión que se ha producido solo una semana después de que el presidente del Consell ibicenco, Vicent Marí, lanzara la voz de alarma, solicitando medidas urgentes para que los cortes no se produzcan.

El resultado de la reunión ha sido la firma de un protocolo de actuación, que tendrá tres años para su evaluación, a partir de la fecha de la firma. El objetivo es “proteger los acuíferos de la isla” implementando medidas como la sustitución del agua subterránea por agua desalada en los meses de invierno –las desaladoras funcionan ya al 110% de su capacidad en verano– por parte de los municipios o el impulso de agua regenerada en usos agrícolas, urbanos y ambientales. Según un comunicado remitido por la Conselleria del Mar y el Ciclo del Agua, estas medidas servirán para proteger las aguas subterráneas de “la sobreexplotación, la intrusión salina y la carencia prolongada de lluvias”. 

“Todo esto está bien porque tenemos las desaladoras para el consumo urbano” y así podemos guardar el agua de la lluvia, relata Palerm, que, sin embargo, no tiene nada claro el uso de aguas regeneradas para el riego de las explotaciones agrícolas. “Para regar el campo con agua regenerada, primero tenemos que asegurar que el agua que se depura tiene la calidad suficiente. No se puede regar con agua salada. Hoy por hoy, esto no es posible porque el agua de las depuradoras tiene un grado de salinidad muy alto debido a la instalación de depuradoras privadas de las que disponen muchos establecimientos como hoteles” y algunas fincas en rústico, comenta.

Para regar el campo con agua regenerada, primero tenemos que asegurar que el agua que se depura tiene la calidad suficiente. No se puede regar con agua salada. Hoy por hoy, esto no es posible porque el agua de las depuradoras tiene un grado de salinidad muy alto debido a la instalación de depuradoras privadas de las que disponen muchos establecimientos como hoteles

Joan Carles Palerm GEN-GOB Eivissa

En este sentido, el protocolo firmado sí establece que los ayuntamientos deben regular, inspeccionar y sancionar a quienes están arrojando estas aguas con gran porcentaje de salmuera al alcantarillado, que es la causa en estos momentos, según el GEN GOB, de que la calidad del agua que sale de las depuradoras “no sea apta para el riego agrícola” o cualquier masa vegetal. 

El protocolo firmado por todas las administraciones, además de fiar los resultados a que llueva y se regeneren los acuíferos, “no tiene en cuenta la situación actual”, explican las entidades ecologistas. Se está empezando la casa por el tejado. “El cambio climático no se está teniendo en cuenta. Ya llevamos unos años de sequía, y aunque curiosamente solo se declara la prealerta, las previsiones son que vamos a seguir así”, explica Palerm. “Si la situación no cambia, por mucho que se consuma de las desaladoras en urbano, en rústico seguirá habiendo problemas de abastecimiento porque no habrá agua subterránea”, asegura.

El cambio climático no se está teniendo en cuenta. Ya llevamos unos años de sequía, y aunque curiosamente solo se declara la prealerta, las previsiones son que vamos a seguir así. Si la situación no cambia, por mucho que se consuma de las desaladoras en urbano, en rústico seguirá habiendo problemas de abastecimiento porque no habrá agua subterránea

Joan Carles Palerm GEN GOB Eivissa

“El agua ahorrada en invierno se derrochará en verano”

“Habría que ver cuánta agua se gasta, dónde se gasta esta agua de los acuíferos y en qué. Esto no está previsto en lo que se ha firmado y es fundamental”, concreta Palerm. La cuestión que plantea es que no servirá de nada ahorrar el agua subterránea en invierno, “la que llueva”, si en verano se derrocha y no hay un control sobre sus usos. “La cuestión fundamental sería actuar sobre la demanda y regularla, si no, no se está haciendo nada”, insisten desde el GEN GOB. De hecho, ya en la temporada turística de 2024 la situación se volvía crítica.

La extracción descontrolada de agua para su venta a través de camiones cisterna produjo el desabastecimiento y la subida descontrolada de los precios del elemento líquido. “Buena parte de ese agua se va a cosas innecesarias, a mansiones en el campo y riegos de jardines que son innecesarios. Lo normal sería ver qué se puede regar y qué no en suelo rústico. Habría que regular qué tipo de jardines, porque en Eivissa tenemos muchas villas de lujo que disponen de jardines tropicales que requieren de grandes cantidades de agua. Habría que eliminar el césped. Hay gente que tiene centenares de metros cuadrados de césped en Eivissa en pleno agosto”, exclama el biólogo. 

Buena parte de ese agua se va a cosas innecesarias, a mansiones en el campo y riegos de jardines que son innecesarios. Lo normal sería ver qué se puede regar y qué no en suelo rústico. Habría que regular qué tipo de jardines, porque en Eivissa tenemos muchas villas de lujo que disponen de jardines tropicales que requieren de grandes cantidades de agua. Habría que eliminar el césped. Hay gente que tiene centenares de metros cuadrados de césped en Eivissa en pleno agosto

Joan Carles Palerm GEN GOB Eivissa

La consecuencia de ello es el uso de miles de toneladas de agua que se consumen a diario por parte de estas propiedades y que pueden llegar, según declara un conductor de uno de los camiones cisterna suministradores a este medio, al equivalente a 10 camiones diarios. Cada cisterna puede transportar más de 10.000 litros de agua. Si no se regulan estos consumos, y el protocolo no dice nada al respecto, el agua que los residentes ahorran en invierno irá a parar a estos usos que nadie controla.

“Hay que establecer políticas de regulación de la demanda. Para qué se pide el agua y quién la pide. Para ello, hay que hacer ordenanzas nuevas a la vez en todos los municipios. Esto serviría para dentro de, por ejemplo, 8 años, pero no para ahora. No está regulado lo que puede usar una vivienda. No sabemos cuál es la situación. No se ha hecho ningún estudio”, especifica Palerm. “Hay que tomárselo en serio. Vamos a un futuro con menos agua por el cambio climático y, para ello, hay que trabajar sobre la demanda”, insiste.

Asimismo, desde Amics de la Terra aseguran que es incoherente que cada año se den más autorizaciones para abrir más pozos. “La mayoría son para segundas residencias. No hay criterios. Siguen construyendo. El año pasado el Consell d'Eivissa dio 18 autorizaciones para bioclimatizaciones. Aún no está claro cómo realizan estas instalaciones el uso del agua del subsuelo y cómo se devuelve este agua a los acuíferos. No hay controles posteriores, con lo que no se sabe nada”, denuncia. Otra de las cuestiones que inciden negativamente en el gasto de agua en rústico es que no se dispone de suficientes celadores para controlar las perforadas. “Todo esto hay que hacerlo y el protocolo no habla de ello”, puntualiza Palerm.

Fuentes de la Conselleria del Mar y Ciclo del Agua aseguran que se establecerán sistemas de control y seguimiento para garantizar el cumplimiento de las medidas y evaluar de forma continua el estado de los acuíferos. Entre ellos se encuentran la implantación de sistemas de digitalización de pozos para controlar el caudal extraído de los mismos, “que están previstos para mediados de 2026”, según fuentes de la Conselleria.

Por otro lado, las medidas que el Consell solicita al Govern, para paliar la falta de agua y que el próximo verano la ciudadanía no tenga que sufrir restricciones, no se acompañan con sus propias políticas. En estos momentos, la máxima institución insular prevé la modificación en su Plan Territorial Insular (PTI) para aumentar la construcción en suelo rústico en Eivissa en un 15%. “Las medidas que toma el Consell van en la línea contraria. Esto es lo legal, habría que sumarle todo lo ilegal. Si no hay agua ahora, habrá menos en unos años con más construcción”, concretan desde el GEN GOB. Asimismo, el decreto ley de Simplificación y Racionalización Administrativa, aprobado por el Govern recientemente, amnistía multitud de construcciones ilegales en suelo rústico.

“El Govern debería invertir 10 millones de la ecotasa en el agua”

Aunque desde el GEN GOB aseguran que las desaladoras no son una mala solución para el consumo urbano, desde Amics de la Terra puntualizan que su funcionamiento no es sostenible. “El consumo energético es muy elevado y esto afecta negativamente al cambio climático”, que en todo el territorio balear y, concretamente, en la isla de Eivissa, ya se está haciendo palpable con varios años de sequías, explica Hazel Morgan, integrante de esta organización.

Morgan critica también la realización de grandes obras, como la balsa de sa Rota que acumula el agua para el posterior riego agrícola, y de grandes infraestructuras como las desaladoras. “Hay que solucionar primero los problemas que existen. Por ejemplo, controlar qué pozos hay y para qué se usan. Es absurdo que hemos llegado a este punto y siguen sin hacer el trabajo que deberían hacer de detección de fugas, de control de pozos. No se soluciona el tema de fondo que es la gestión y control del ciclo del agua”, explica.

Mediante el protocolo firmado, los ayuntamientos se comprometen a tratar de mejorar el rendimiento de la red pública de agua ycontrolar y vigilar” las privadas para reducir las fugas. El rendimiento de las canalizaciones de suministro de agua de Sant Joan y Sant Antoni, que son, según el presidente del Consell d'Eivissa, las más eficientes, se sitúan en el 93% y el 92%, respectivamente, y en el 80% en el caso de Vila. Sant Josep y Santa Eulària se sitúan en un 70,6% y un 74%, respectivamente, según ha publicado el Diario de Ibiza. Vicent Marí especificaba en el mismo medio que, no obstante, se sigue mejorando y efectuando obras, aunque reconocía que estas llevan tiempo, calculando que la mejora anual en la red en cuanto a fugas es, aproximadamente, de un 5%.

La ecologista asegura que es positivo que las administraciones hablen entre sí, “pero no son compromisos, son solo para expresar voluntades”. “Hay que evitar que se hagan más desaladoras, también por sus emisiones de CO2. Se está olvidando totalmente el cambio climático en Eivissa”, asegura a elDiario.es. “Todas las actuaciones se olvidan de esto. Es más fácil construir algo que actuar en controles más pequeños”. Se refiere, por ejemplo, al control de fugas en las redes, que siguen siendo muy elevadas. “Ahí tenía que ir el dinero de la ecotasa y no en la renovación del Palacio de Congresos”, puntualiza. El Govern invertirá 10 millones de euros de la tasa turística en esta nueva construcción.

Por otro lado, los cinco ayuntamientos de la isla aseguran que están trabajando todo lo posible para el ahorro máximo de agua, que es una de sus prioridades. El Ayuntamiento de Sant Josep afirma que sus competencias llegan solo al consumo en urbano: “No tenemos competencias en agua en suelo rústico, es un asunto de la Dirección General de Recursos Hídricos”. El Ayuntamiento de Eivissa, cuyo término municipal es en su mayoría urbano, dice que tiene prevista la inversión procedente del Impuesto Turístico de 1.900.000 en un proyecto para reducir la salinidad de la red de suministro.

Por su parte, en Sant Joan, los presupuestos para el próximo año contemplan inversiones en la mejora de infraestructuras y un proyecto para dotar al Port de Sant Miquel de agua desalada, mediante una tubería que unirá el depósito de agua con dicha zona turística. Se da la circunstancia que, aunque las zonas urbanas del municipio se suministran con agua procedente de las desaladoras, la zona del Port de Sant Miquel, en la que se encuentran hoteles y restaurantes, se abastece hasta el momento con agua de pozo. “Desde el ayuntamiento estamos comprometidos con una gestión sostenible del agua y continuamos en la misma línea para continuar mejorando”, aseguran fuentes del Consistorio.

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