Las autoridades alemanas han recalificado este viernes a España como zona de alto riesgo de contagios de COVID-19, según la actualización de las recomendaciones de viaje al extranjero anunciadas por el Instituto Robert Koch (RKI) de virología.
Ello implica que los viajeros quedarán en cuarentena al ingresar en Alemania por un periodo de 10 días, que puede reducirse a cinco si al quinto día se presenta un PCR negativo. Quedan eximidos de cuarentena quienes muestren un certificado de vacunación completa o de haberse recuperado de la COVID.
Las autoridades alemanas ya colocaron a España como zona de riesgo simple en julio, categoría que no implicaba en la práctica consecuencias para los viajeros.
La nueva regulación entrará en vigor el próximo martes, día 27, de acuerdo con la actualización de los datos del RKI difundida este viernes. Entran asimismo en esa calificación, y también a partir de ese día, los Países Bajos.
Preocupación por el aumento de casos
La nueva valoración se produce en medio de la creciente preocupación entre las autoridades alemanes por el aumento de infecciones en el propio país.
Hace unas semanas se había logrado rebajar el nivel a los cinco casos en siete días, pero a partir de ahí empezó a subir de nuevo, de manera hasta ahora leve, pero continuada. Ese viernes, la media nacional se situó en los 13,2 casos.
El máximo nivel a escala de un “Land” se registra ahora en la ciudad-estado de Berlín, con 21,5 casos. A partir de una incidencia acumulada de 35 casos se empiezan a adoptar medidas especiales restrictivas a escala territorial.
Estos niveles están muy por debajo del pico, que se alcanzó en diciembre, con 196,7 casos semanales por 100.000 habitantes. Por entonces quedó prácticamente paralizada la vida púbica, desde restauración a la cultura y los comercios no esenciales, situación se que prolongó hasta mayo, en que se procedió a una reapertura cautelosa.
Tanto la cancilller Angela Merkel como su ministro de Sanidad, Jens Spahn, y los expertos del RKI han advertido estos días del peligro de un nuevo aumento exponencial, que se plasmaría a partir de otoño.
Aproximadamente un 48,5% de la población tienen la pauta completa y un 60% ha recibido al menos una dosis. Sin embargo, el ritmo de vacunación ha disminuido y aumentado, por contra, los contagios entre los jóvenes.