La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) cerrará antes de que termine 2021 su sede en Hong Kong, un paso “motivado por la ley de seguridad nacional” que impuso Pekín el pasado año y que ha supuesto un recorte de libertades en el territorio semiautónomo.
En un comunicado remitido este lunes a la prensa, Amnistía Internacional indica que “la decisión, tomada con pesar, ha estado motivada por la ley de seguridad nacional de Hong Kong, que ha imposibilitado de manera efectiva el trabajo de las organizaciones de derechos humanos en Hong Kong de forma libre y sin miedo a graves represalias por parte del Gobierno”.
Según el texto, la rama local de la organización en Hong Kong dejará de estar operativa el próximo día 31, mientras que la oficina regional se cerrará antes de que termine el año.
La sede local se centra en las campañas de concienciación sobre los derechos humanos en la excolonia británica, mientras que la oficina regional lleva a cabo investigación y labores de defensa de los derechos humanos en Asia oriental, el sudeste asiático y el Pacífico.
La organización indica que “todo el trabajo de la oficina regional continuará llevándose a cabo desde nuevas ubicaciones”.
“Durante mucho tiempo, Hong Kong ha sido una base regional ideal para organizaciones internacionales de la sociedad civil, pero la reciente focalización en grupos locales de derechos humanos y sindicatos es un síntoma de la intensificación de la campaña de las autoridades para deshacerse de todas las voces disidentes de la ciudad”, dice la presidenta de la junta directiva de AI, Anjhula Mya Singh Bais.
“Cada vez nos es más difícil seguir operando en un entorno tan inestable. El ambiente de represión y de perpetua incertidumbre –apostilla Bais– creado por la Ley de Seguridad Nacional hace imposible saber qué actividades pueden llevar a sanciones criminales”.