Anna Myroniuk, cofundadora del 'Kyiv Independent': “Espero más valentía de los medios occidentales”
Despidieron a toda la redacción del periódico en el que trabajaban en octubre de 2021, tan solo unos días después de que saltase la noticia de que Rusia estaba acumulando tropas cerca de la frontera con Ucrania. Entonces, Anna Myroniuk y otros dos compañeros decidieron lanzar un nuevo periódico y, prácticamente, toda la antigua redacción se sumó al proyecto.
El 23 de febrero, un día antes de la invasión, el Kyiv Independent tenía 27.000 seguidores en Twitter. El 1 de marzo, una semana después, llegó al millón. Hoy, 100 días después del estallido de la guerra, tiene más de 2,1 millones y se ha convertido en una importante fuente de información en todo el mundo sobre lo que ocurre en Ucrania porque publican en inglés.
Myroniuk, que lleva tatuadas en el brazo un par de espigas de trigo –símbolo de Ucrania que da el color amarillo a su bandera–, habla apasionada sobre su historia, la del periódico que fundó hace menos de un año y sobre la dificultad de cubrir una guerra que le toca tan de cerca.
¿Cómo nació el Kyiv Independent?
Era 8 de noviembre de 2021 y toda la redacción del Kyiv Post, un periódico en inglés con 26 años de historia, fue despedida. Yo también. No se nos notificó y simplemente un día nos dijeron que teníamos que coger nuestras cosas e irnos.
Pero hay una historia anterior. A mediados de octubre, una alta directiva de un medio de Odesa propiedad del mismo dueño que el Post y que no es precisamente un buen ejemplo de medio independiente anunció por Facebook que iba a lanzar una versión en ucraniano del Kyiv Post. Nosotros, como redacción, percibimos este polémico nombramiento como una forma de presión. Expresamos nuestras preocupaciones y esperábamos algún tipo de negociación pero la reacción del dueño, Adnan Kivan, fue despedirnos a todos.
Paralelamente, en ese momento el periódico estaba recibiendo fuertes presiones de autoridades ucranianas, especialmente de la oficina de la fiscal general, que no estaba muy contenta con nuestra cobertura sobre su trabajo. En Ucrania la fiscal general es nombrada por el presidente y forma parte de su círculo político. Entonces, el nombramiento fue la respuesta a esas presiones y un intento de tener a una persona muy leal para controlarnos. La expansión a la versión en ucraniano solo fue una cortina de humo.
El nuevo dueño compró el Kyiv Post en 2018 para mejorar su imagen
¿El dueño del periódico había cambiado?
El Kyiv Post ha tenido varios dueños pero el último, Adnan Kivan, lo compró en 2018. Mi percepción es que fue una estrategia para mejorar su imagen. El periódico era muy conocido y respetado y le servía de herramienta para mostrarse como alguien que respeta la independencia de los medios. Durante un tiempo, no nos tocó. Hasta que lo hizo. El despido no fue totalmente una sorpresa y sabíamos que esto podía pasar algún día, pero pensábamos que podríamos posponerlo de forma indefinida.
¿La creación del Kyiv Independent fue una decisión inmediata?
No. Cuando nos despidieron, intentamos negociar. Queríamos presionar al dueño para que vendiese el periódico a otra persona por el nombre, el reconocimiento y la historia que ya tenía. Era una desgracia matarlo de aquella forma tan brutal. Le pedimos también que nos vendiese la marca, pero no quiso.
Intentamos negociar cuatro o cinco días y cuando nos dimos cuenta que no era posible, compramos unas botellas de vino y al día siguiente, tres de nosotros estábamos hablando y pensando qué hacer. Podíamos abrazarnos y despedirnos, pero queríamos permanecer juntos y pensábamos que había una necesidad de tener una publicación decente en inglés en el país. Como habían despedido a toda la redacción, teníamos listo todo un sistema para empezar. Teníamos toda la operación, aunque no teníamos nombre. Prácticamente, todo el mundo se quedó y se sumó al proyecto. Y algunos volvieron más tarde [añade entre risas].
La gente nos mostró su apoyo y lanzamos una campaña de crowdfunding. Primero, empezamos con una newsletter cuando ni siquiera teníamos una página web y lo segundo fue un pódcast. De hecho, la página nos la hizo gratis una empresa de tecnología en solo tres días porque les gustaba el proyecto y ahora nos están haciendo otra mejor. Es un buen ejemplo de cómo todo el mundo se unió a nuestra causa.
¿Pensaba que Rusia iba a invadir? ¿O fue una sorpresa?
Yo era de las personas que no esperaba una guerra a gran escala. Yo pensaba que habría una escalada en el Donbás. Aunque había un refuerzo de tropas rusas en el norte, creía que era solo una amenaza. No parecía real que algo así explotara al lado de mi casa.
¿Dónde estaba?
Me había acostado como a las dos de la mañana porque estaba con un proyecto con otro medio. Recuerdo que ese día Zelenski se dirigió al pueblo ruso para intentar frenar a Putin, pero el presidente había hecho muchos discursos similares, así que me fui a la cama pensando que este era uno más.
Las explosiones me despertaron a las cinco de la mañana. Tenía una mochila preparada con algo de ropa y un kit de emergencia. Lo cogí y entonces hubo una explosión enorme al lado de mi edificio. La casa tembló. Corrí al balcón y vi una enorme nube de humo. Me fui a pie porque ya había un atasco enorme en las carreteras. Vivo a las afueras de Kiev y tenía que ir a la ciudad. Un colega me recogió y fuimos a un lugar seguro donde había un buen sótano para escondernos, de la época de la Segunda Guerra Mundial.
Al mismo tiempo, estábamos trabajando y actualizando constantemente la página web mientras buscábamos un refugio. Dentro no había conexión, así que teníamos que escondernos y salir para escribir y volver al refugio.
Cuando eres un extranjero que llega a informar a otro país es más fácil porque después vuelves a casa, pero cuando informas de atrocidades por ejemplo en la ciudad de tu madre es más difícil porque tienes todas esas memorias de antes de la guerra
¿Cómo ha gestionado la vida personal con la profesional estos meses?
Creo que, en este momento, ninguno de nosotros tenemos vida personal. Estamos centrados en el trabajo y en los extraños días que podemos descansar un poco, intentas no leer las noticias todo el rato. Cuando eres un extranjero que llega a informar a otro país, es algo más fácil porque luego vuelves y estás en casa. Pero, cuando informas de atrocidades en la ciudad en la que vive tu madre, por ejemplo, es más difícil y raro porque tienes todas esas memorias de antes de la guerra y tienes que ponerlas a un lado.
En definitiva, puedes gestionar algo que tienes y como no tengo vida personal, no tengo problemas gestionándola [risas].
Su madre vivía en Bucha entonces, ¿no?
Sí. Afortunadamente pudo salir el 10 de marzo por los corredores negociados. Tuvo suerte. Hace poco fui a su casa para enviarle unas cosas que se había dejado en casa y me di cuenta de que su edificio está como a un kilómetro del lugar en el que varias personas fueron asesinadas. Ese kilómetro le separó de una posible muerte.
Cuando empezó la guerra, yo creía que mi madre estaba en un lugar seguro. Nunca hubiera pensado en Bucha como lugar de esas atrocidades. Es un pueblo nuevo, tranquilo y con mucha gente desplazada de Crimea y del Donbás, incluida mi madre, que se ha visto desplazada en dos ocasiones por culpa de Rusia.
Recuerdo que, cuando los rusos tomaron una población cercana a Bucha, llamé a mi madre y le dije que se estaba poniendo peligroso y que probablemente tendría que salir, pero ella no quería, me dijo que creía en el ejército ucraniano. Como persona que ya había vivido el perderlo todo y el desplazamiento, no quería irse y para ella fue una decisión muy difícil. Fue de las pocas personas en su edificio que se quedó en Bucha. Cada día se hacía más peligroso y en ese momento estaba escribiendo una historia sobre tres voluntarios de mi edad que fueron asesinados por un vehículo de infantería ruso en Bucha. Querían llevar comida a uno de los refugios. Mientras lo escribía no podía parar de pensar en mi madre viajando en un vehículo que fuese atacado por Rusia, pero ella seguía negándose a salir.
Un día salió del refugio a comprar comida y el edificio de la tienda fue bombardeado. Después me llamó y me dijo que estaba bien, pero a la mañana siguiente volvimos a hablar y me confesó que no estaba bien, que estaba en shock, y que ya no podía salir aunque viniese alguien a buscarla. Darte cuenta de que tu madre tiene frío, que se le está acabando el agua y la comida… fueron los peores días de mi vida.
Dado que se ha vuelto algo tan personal para todos ustedes, ¿les ha resultado difícil mantener los estándares periodísticos?
Sí, es difícil, pero creo que mi opinión personal y mi profesión van en paralelo y no se cruzan. Una vez que eliges ser periodista, tienes que aceptar que pones tus opiniones a un lado y te centras en los hechos. Por ejemplo, yo estaba entrevistando a un hombre que salía en coche de Kiev con su familia y un francotirador ruso mató a su mujer de un tiro en la cabeza. Después le dispararon a él y a uno de sus hijos en las piernas. Cuando se fueron, rusos de otra unidad llegaron y le permitieron llamar a sus padres para que vinieran a recogerle. El hombre les preguntó que cómo le garantizaban que no les iban a matar cuando llegasen y los soldados le dijeron que le daban su palabra y que, cuando llegaran, se darían la vuelta y dejarían sus armas a un lado. Y lo hicieron. Estos soldados hicieron algo humano y como periodista, obviamente, lo puse en la historia porque es importante.
Hagan lo que hagan los rusos, no es sobre ellos, es sobre nosotros y tenemos que ser profesionales y respetar nuestras creencias y valores. No debería afectarte porque debes recordar lo que es importante para ti. Creamos el periódico para ser un ejemplo de periodismo decente e independiente.
¿Se enfrentan a mucha propaganda de las autoridades ucranianas?
Por supuesto que en situaciones de guerra se dan estas cosas. De hecho, tenemos una lista de autoridades ucranianas de las que no nos fiamos. Esas personas están difundiendo exageraciones, por decirlo de alguna manera. Veo mucha propaganda.
¿Qué opina de la cobertura de los medios occidentales?
Hay muchos ejemplos de información muy buena, pero me enfado y me frustro mucho cuando veo expresiones como “conflicto de Ucrania”, cuando realmente es la guerra de Rusia contra Ucrania. El conflicto en Ucrania está causado por algo y ese algo es una invasión de Rusia.
Al principio de la guerra, por ejemplo, muchos medios publicaban imágenes de soldados rusos entrando en la ciudad y decían que no lo podían verificar… A veces hay cosas obvias y tienes que llamarlas por su nombre. La reticencia de algunos medios occidentales a llamar a las cosas por su nombre es frustrante. Con el tiempo ha mejorado, pero mi preocupación es que, cuando se reduzca la atención mediática, perdamos ese entendimiento.
Este conflicto es muy sencillo: un país invade a otro. No hay otros actores. No es Siria. Por eso, espero que los medios occidentales no se confundan porque no hay con qué confundirse. Que lo pongan en sus artículos. Espero más valentía de esos medios para que describan las cosas tal y como son.
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