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Anna Zhekova, la periodista pionera que ha retratado Moldavia

Anna lleva un ramo de flores al memorial de los soldados caídos en la Segunda Guerra Mundial

Diego Herrera

18 de julio de 2021 21:57 h

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Al sur de las tierras negras de Moldavia se encuentra la región autónoma de Gagauzia. Allí empezó a trabajar Anna Zhekova, una periodista de ahora 81 años y que fue una de las primeras personas en escribir en un periódico en la lengua local.

Gagauzia goza un estatus especial dentro de la República de Moldavia desde 1994 tras la lucha de sus vecinos después de la caída de la Unión Soviética en 1991. En esta región vive la minoría étnica gagaúz que procede de Dobrija (Bulgaria) y que habla en gagaúz, una lengua túrquica. 

Zhekova nació en la capital, Comrat, en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando el territorio era parte de Rumanía. La periodista ha sido narradora y parte importante de la historia de su tierra. “He vivido en Rumanía, la URSS y ahora en la autonomía gagaúz de la República de Moldavia”, dice.

Anna recuerda su juventud y añora los tiempos soviéticos porque, dice, para ella la vida era más fácil. Zhekova tuvo la oportunidad de estudiar y se licenció en Biología en la Universidad de Chisinau, aunque esta no acabó siendo su profesión. Entre 1962 y 1964 ejerció en una rama de su profesión como piscicultora en Krasnodar, en el sur de Rusia, y en Krasnoyar, en Siberia.

A su vuelta a la capital gagaúz trabajó como maestra de Biología y Química en una escuela, en 1965. Ese año la vida de Anna cambió. “Los alumnos no me hacían caso, hacían lo que querían y yo no aguantaba más, me cansé y dejé el trabajo”, dice.

Al ver que no encajaba como profesora comenzó a buscar otras opciones laborales y encontró su lugar como periodista en diciembre de ese mismo año en el periódico La palabra de Lenin, un diario del barrio de Comrat en Gagauzia. El redactor jefe le concedió un mes de prueba y comenzó cobrando 60 rublos (0,68 euros). En aquella época ese salario era suficiente para vivir. “Parece que 60 rublos es poco, pero en aquella época era mucho dinero, con un rublo podíamos comprar, por ejemplo, seis panes”, explica. Entonces fue una de las primeras personas que escribió en un periódico en la lengua local.

El primer encargo que Zhekova recibió rozaba la linea entre el humor y la noticia. “Me mandaron escribir sobre una gallina que ponía muchos huevos en el koljos –granja colectiva soviética- de Cioc-Maidan (Gagauzia)”, dice entre risas.

Moldavia hoy

La realidad laboral actual en Moldavia es muy diferente, apenas hay trabajo en el país y si lo hay son salarios muy bajos. Los jóvenes emigran a Rusia, Turquía y Alemania para poder tener un salario digno. En 2004, eran 3,3 millones de habitantes en la República de Moldavia; en 2020, son 2,64 millones. De esa cifra una gran cantidad de personas pasa medio año fuera del país trabajando.

La emigración ha sido la gran protagonista en las elecciones celebradas en el país en el último año. Una población cansada de la corrupción, la falta de avances sociales y económicos y obligados a emigrar ha decidido cambiar el rumbo del país.

La diáspora ha sido quien ha llevado esa balanza hacia Europa y Maia Sandu es la protagonista de este cambio. Ella fue la fundadora del Partido Acción y Solidaridad –con una visión más proeuropea– y se proclamó vencedora en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. Esta victoria supuso un paso importante en la deriva del país que se corroboró definitivamente el 11 de julio, con la victoria en las elecciones parlamentarias de Igor Grosu, candidato a primer ministro del Partido Acción y Solidaridad, con el 52% de los votos. En esta ocasión, la diáspora también jugó un papel importante con 209.000 votantes (de ellos, el 86% votó por Grosu).

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