Siete personas han muerto en 23 días de protestas en Bolivia a favor y en contra de Evo Morales desencadenadas tras las elecciones del 20 de octubre entre acusaciones de fraude electoral. Según ha comunicado este martes el Fiscal General, Juan Lanchipa Ponce, el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) ha registrado “dos personas fallecidas en La Paz, dos en Santa Cruz y tres en Cochabamba”. Hasta este nuevo balance, el recuento de fallecidos en medio de la crisis política y social en el país se situaba en tres.
Lanchipa ha hecho un llamamiento “a la población para recuperar la calma y tranquilidad” para que estos hechos “no se repitan más”. La mayoría de estas víctimas han fallecido a causa de impactos de proyectiles de arma de fuego y otras producto de golpes con elementos cortopunzantes. Según recoge Efe, los heridos ascienden a 476.
El balance de la Fiscalía no incluye la muerte del comandante de la unidad de operaciones especiales de la Policía de La Paz, que sufrió un accidente en una autopista de la ciudad cuando acudía a controlar unas protestas. Según versiones policiales, el coronel Herbert Antelo, comandante de la Unidad Táctica Operativa Policial (UTOP) de La Paz, tuvo el accidente al intentar esquivar un cartucho de dinamita y chocar contra un minibús.
Los disturbios comenzaron el pasado 20 de octubre, cuando la oposición denunció la existencia de un fraude en las elecciones presidenciales a favor de Evo Morales. El pasado domingo un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) advirtió de serias irregularidades en el proceso electoral. A pesar de que Morales anunció nuevas elecciones, acabó renunciando tras un golpe militar. Militares y Policías pidieron su dimisión y pocas horas después, Morales anunciaba su marcha para “pacificar” Bolivia. Este martes aterrizaba en México, donde ha solicitado asilo. Allí se encuentra actualmente acompañado del exvicepresidente Álvaro García Linares y la exministra de Salud, Gabriela Montaño.
Dos días después de la renuncia de Morales y horas después de su llegada a México, la senadora opositora Jeanine Áñez se ha proclamado presidenta interina de Bolivia ante un Parlamento donde gran parte del MAS (Movimiento al Socialismo, el partido oficialista) se encontraba ausente. Morales ha denunciado desde el exilio una “autoproclamación” golpista; la incertidumbre ahora está en que la mayoría oficialista no acepte su renuncia y Bolivia tenga un presidente en el exilio y una presidenta provisional en La Paz.
Aviones militares sobrevuelan a baja altura La Paz
En el mismo día en el que Áñez se proclamaba presidenta, aviones militares han sobrevolado a baja altura varias zonas de La Paz y de la vecina ciudad de El Alto. El lunes, las Fuerzas Armadas de Bolivia anunciaron que iban a realizar “operaciones conjuntas” con la Policía Boliviana después de que esa fuerza les informara que había sido “rebasada” por los episodios violentos en urbes como La Paz y El Alto intensificados tras la marcha de Morales.
Los sobrevuelos han provocado nerviosismo en estas ciudades, donde muchos comercios siguen cerrados y el transporte es escaso. En redes sociales, varias personas han subido vídeos y fotos en las que se aprecia un paso inusual de este tipo de aeronaves, que ha tenido lugar mientras se desarrollaba una marcha en apoyo a Morales y en rechazo a la quema de la whipala, una bandera cuadrangular de siete colores que representa a los pueblos indígenas y reconocida como un símbolo patrio.
Un amplio contingente de policías y militares han sido desplegados en el centro de La Paz. También se han producido asaltos y saqueos a sedes de la policía en El Alto, donde queda el aeropuerto internacional que da servicio a La Paz.