- El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, se ha limitado a decir sobre la norma, que también afecta a ciudadanos europeos, que “en la UE no discriminamos por razones de nacionalidad, raza o religión”
Midiendo mucho las palabras, la Comisión Europea ha reaccionado este lunes a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de vetar temporalmente la entrada a los nacionales de siete países de mayoría musulmana. El portavoz de la institución, Margaritis Schinas, se ha limitado a decir que “en la Ue no discriminamos por razones de nacionalidad, raza o religión”.
Bruselas está estudiando cómo va a afectar la medida a los ciudadanos europeos de doble nacionalidad, aquéllos que además de tener un pasaporte de un Estado miembro tengan el de Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán o Yemen. “La situación aún no está clara”, ha dicho Schinas, y la Embajada de la UE en Washington está estudiando la orden que ha firmado Trump con las autoridades estadounidenses. La principal duda está en saber cuál de las dos nacionalidades se tendrá antes en cuenta a la hora de decidir si la personas en cuestión puede o no entrar en Estados Unidos, explican fuentes comunitarias.
La Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, también reaccionó el domingo, a través de su blog. Sin mencionar a Trump, dijo que “seguiremos celebrando cada vez que se retire un muro, y cada vez que se construya un puente. (…) Esta es nuestra historia, nuestra identidad”.
Rechazo de líderes europeos
La tímida reacción de la Comisión Europea llega después del pronunciamiento que este fin de semana han hecho algunos líderes europeos. La canciller alemana, Angela Merkel (que hasta ahora siempre ha evitado contestar a las críticas) habló a través de su portavoz: “La lucha decidida contra el terrorismo no justifica poner bajo sospecha generalizada a personas de una confesión o con un pasado específico”, dijo Steffen Seibert.
Por su parte, el presidente francés, François Hollande, pidió el sábado “una respuesta con firmeza” de la UE a la nueva política de Estados Unidos y en una conversación telefónica con Trump ese mismo día, le exigió “respeto” a la “recepción de refugiados.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, aseguró en su cuenta de Twitter que “Italia está anclada en sus propios valores. Sociedad abierta, identidad plural, ninguna discriminación. Sin los pilares de Europa”.
Su homólogo belga, Charles Michel, declaró estar “en desacuerdo con la prohibición de acceso al territorio de siete países musulmanes. Bélgica no seguirá el ejemplo y pedirá explicaciones por la vía diplomática”.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, también se sumó a las críticas a Donald Trump, pero fue algo más comedido. “Somos conscientes de la posibilidad de que los terroristas potenciales no pueden abusar de los procedimientos de asilo y los servicios de seguridad tienen aquí una tarea importante. Este contexto, deploramos la prohibición [del presidente estadounidense]”, dijo.
El Gobierno español no se ha pronunciado por ahora por la decisión de Donald Trump, mientras que la primera ministra británica, Theresa May, está recibiendo muchas críticas por parte de la oposición, por haberse negado a condenarla abiertamente. Cuando se le preguntó el sábado al respecto, durante una visita a Turquía, respondió que “Estados Unidos es responsable de su política a los refugiados”.
Quienes sí han reaccionado abiertamente han sido más de un millón de británicos, firmando una petición para que el Gobierno del Reino Unido impida la vista oficial a Londres del nuevo presidente estadounidense. Aunque un portavoz de Downing Street ha dicho ya que el viaje (aún sin fecha) se va a producir.
Por ahora, no ha habido ninguna reacción conjunta de los países europeos ante la decisión más polémica de la nueva administración americana y que más caos está generando a nivel internacional. El viernes, en la reunión informal que los líderes europeos celebrarán en Malta, tendrán la oportunidad de hacerlo.