La polémica audición de Cañete como comisario lleva a la Eurocámara a endurecer el escrutinio de candidatos
La polémica audición de Miguel Arias Cañete antes de ser nombrado comisario de Energía y Cambio Climático no ha caído en el olvido. No para algunos. Es el caso del eurodiputado ecologista francés Pascal Durand, que no se contentó con ver apuntalado a Cañete (83 votos a favor, 42 en contra) el pasado 10 de octubre en la votación definitiva del Parlamento Europeo. Durand, abogado de profesión, no entiende que Cañete no tuviera que dar cuenta de la relación de algunos de sus familiares –como su hijo, que renunció a sus cargos, y su cuñado- con empresas petroleras en calidad de administradores; ni de las participaciones del propio Cañete (del 2,5% y que vendió antes de acceder al cargo) en Dúcar y Petrologis Canarias (las dos de suministro de carburantes para barcos) sin que nadie avistara un posible conflicto de intereses. Ni del sobresueldo que incluyó en su declaración de bienes un día antes de la audición.
Por eso el eurodiputado de los verdes franceses incorporó este 6 de mayo en la Comisión de Asuntos Jurídicos, y hará lo propio más tarde en la de Asuntos Constitucionales, una enmienda que apunta, entre otras cosas, a que “las declaraciones de intereses financieros deberán incluir intereses familiares, como así lo recoge el artículo 1.6 del código de conducta de los comisarios”. Una iniciativa motivada por el visto bueno a Cañete a pesar de su estrecha vinculación al área medioambiental, según reconoce el propio Pascal Durand a este medio.
“Es absurdo no obligar a Cañete a incluir la declaración de bienes de familiares con intereses en la cartera a la que él aspiraba”, deplora el ecologista francés, nacido en 1960 en Montreuil. “Las audiciones de comisarios no pueden limitarse a códigos de buena conducta. Tienen que forzar a presentar todos los documentos desde el principio”.
La audición de Cañete fue particularmente dura, y su desarrollo no presagió el holgado resultado que el exministro de Agricultura logró para ser investido, fruto del gran pacto entre socialistas y populares europeos (aunque no incluyó al PSOE esta vez). Durante tres horas del 1 de octubre de 2014, Cañete tuvo que contestar a 45 preguntas, siendo las primeras las más difíciles al ir dirigidas a los intereses de sus familiares. “No considero a mi cuñado un miembro directo de mi familia”, llegó a contestar en una ocasión. En la segunda parte del hearing, más técnica, Cañete demostró haberse aprendido la lección y respondió más relajado.
Sin embargo, para Durand el sistema de control de la Eurocámara (cada comisario es nombrado por miembros de las comisiones parlamentarias relacionadas con su cartera) es insuficiente, y por eso se animó a incluir enmiendas en el proyecto de opinión dirigido por el también francés pero de ideología centrista Jean-Marie Cavada y titulado: Los procedimientos y las prácticas relativas a las audiencias de los comisarios – lecciones del procedimiento de 2014.
“El otro problema con la audición de Cañete es que la Comisión de Asuntos Jurídicos se limita a decir si la declaración de bienes está completa”, critica Pascal Durand. “Dicho de otro modo: Asuntos Jurídicos solo examina si los aspirantes a comisario rellenan correctamente su declaración pero no identifica un posible conflicto de intereses. Y el Parlamento Europeo debería ir más lejos y revelar toda sospecha”.
La nueva enmienda aprobada el miércoles 6 de mayo entiende que dicha comisión “debería de tener auténticos poderes de investigación, incluyendo la opción de reclamar cualquier información extra necesaria para llevar a cabo una valoración en profundidad”. Durante su audición en octubre, Cañete también fue interrogado por las participaciones que vendió una vez fue nombrado por Rajoy para formar parte del equipo de Jean-Claude Juncker en Bruselas. “No tengo intereses personales en cuestiones energéticas”, remachó el entonces candidato.