Mientras el foco informativo está puesto en la guerra en Gaza, la violencia ejercida por los colonos israelíes contra la población palestina en los territorios ocupados ha alcanzado su nivel más alto. En un informe publicado este viernes, la organización independiente Crisis Group denuncia que los gobernantes israelíes han tolerado esta violencia desde hace décadas, pero ésta ha aumentado considerablemente con el Ejecutivo ultraderechista de Benjamín Netanyahu y se ha disparado a partir del pasado 7 de octubre, tras los atentados de Hamás y la subsiguiente ofensiva contra la Franja.
Crisis Group afirma que el Ejecutivo de Netanyahu ha apoyado el proyecto colonial y, desde su llegada al poder a finales de 2022, ha aumentado la confiscación de tierras palestinas en Cisjordania –donde reside medio millón de colonos en un territorio considerado ocupado ilegalmente por la ONU–. También señala que en el Gobierno hay ministros próximos a elementos extremistas del movimiento colono que han apoyado abiertamente los ataques contra los palestinos.
El último se produjo a mediados de agosto, cuando un centenar de colonos israelíes atacaron el pueblo palestino de Jit, en el norte de Cisjordania, mataron a un joven, quemaron olivares, viñedos y casas, y causaron destrozos.
“La violencia de los colonos contra los palestinos ha ido acompañada durante décadas por la expansión de los asentamientos”, destaca el informe titulado “Cortar la violencia de los colonos israelíes desde su raíz”. Muchas veces los atacantes son “bandas de hombres jóvenes fuertemente armados” que insultan, intimidan, acosan, roban cabezas de ganado, cortan árboles y asaltan a los palestinos, entre otros actos.
A veces, la violencia ocurre en respuesta a ataques perpetrados por palestinos, pero “la mayoría busca desposeer a los palestinos, expandir los asentamientos y aniquilar cualquier esperanza de un Estado palestino”, asegura Crisis Group. Esta organización, así como la mayor parte de la comunidad internacional, aboga por la solución de los dos Estados (uno palestino y otro israelí) para poner fin al conflicto en Palestina. Sin embargo, la expansión de los asentamientos y la ocupación de tierras palestinas hace casi imposible llevar a la práctica esa fórmula.
Colonos “envalentonados”
“La violencia de los colonos está en su punto más alto: los colonos israelíes acosan, aterrorizan y matan a palestinos en toda Cisjordania en mayor número y con mayor frecuencia y fervor. Están envalentonados por un Gobierno que quiere profundizar el control sobre Cisjordania y frustrar un Estado palestino”, afirma una de los autores del informe, la investigadora de Israel del Crisis Group, Mairav Zonszein.
Desde el 7 de octubre de 2023, se han registrado más de 1.000 incidentes violentos por parte de colonos, en los que más de 1.300 palestinos han sido expulsados de sus hogares, según el informe. A partir de esa fecha, la violencia de los colonos ha ido a más porque han sido “ayudados” por el Ejército israelí, que les ha dado armas y uniformes para proteger los asentamientos (después de que los milicianos palestinos asaltaran numerosas comunidades judías en el sur de Israel el 7 de octubre); y se han sentido “envalentonados” por un Gobierno de extrema derecha que busca expandir su control sobre Cisjordania.
Crisis Group lamenta que las instituciones y cuerpos de seguridad israelíes han fallado a la hora de controlar a los colonos. “En general, los militares y los oficiales de Policía, cuyo trabajo es investigar los crímenes de los colonos, consideran que su obligación principal es proteger los intereses de los judíos israelíes y lo que definen como la seguridad de Israel”, dice el informe, y agrega: “Rara vez los tribunales condenan a los colonos acusados de actos violentos”.
La organización alerta de que “a medida que el Ejército y la sociedad viran más hacia la derecha, son más comunes los casos de soldados y colonos trabajando juntos”. De hecho, “los colonos de línea dura” –tal y como los denomina el informe– “hoy ocupan puestos que les dan poder sobre los asuntos de Cisjordania. Respaldan la violencia de los colonos presentándola como autodefensa, en una batalla por la tierra a la que dicen que Israel tiene derecho”. De esta forma, el documento se refiere, entre otros, al ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, uno de los más radicales del Ejecutivo y él mismo residente en un asentamiento en la Cisjordania ocupada.
Crisis Group da la bienvenida en su informe a las medidas que han tomado los gobiernos de Estados Unidos y países europeos, que han empezado a sancionar a individuos y entidades relacionados con el movimiento colono radical. “Con estos pasos, las capitales occidentales han ido más lejos de lo que estaban dispuestas a ir anteriormente, señalando a los responsables israelíes que consideran la violencia de los colonos un problema grave que requiere ser abordado urgentemente”, dice el informe. “Pero sancionar a individuos oculta el núcleo del problema y refuerza la narrativa de unos pocos que violan la ley fuera del marco del Estado, quitando la responsabilidad del Gobierno”.