Constantino II, el rey que reconoció el golpe militar de Grecia y acabó exiliado en Londres

EFE

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Constantino II, hermano menor de la reina Sofía y último rey de Grecia, falleció este martes a los 82 años en una clínica privada de Atenas casi una década después de regresar a su país natal tras 46 años en el exilio. Felipe VI y Letizia acudirán al funeral, que se celebrará el lunes en Atenas y al que también asistirá la reina Sofía, hermana del fallecido y, probablemente, Juan Carlos.

Constantino II y su esposa Ana María habían sido expulsados del país tras la caída de la Junta de los Coroneles en 1974, que dio fin a un breve reinado de siete años, y no regresaron a Grecia hasta 2013.

Las controvertidas iniciativas que tomó durante su reinado contribuyeron de forma decisiva a la generación de un rechazo ciudadano que condujo a la proclamación de la república unos meses después de la caída de la dictadura de los coroneles. En 1974 se celebró un referéndum en el que el 69,2% de la población optó por la república.

En el verano del 65, miles de ciudadanos salieron a las calles en todo el país en contra de la monarquía en protesta por la destitución del primer ministro centrista, Yeoryios Papandreu.

Un año antes, Papandreu había conseguido una aplastante victoria en las elecciones generales con la promesa de poner fin a las violaciones de derechos humanos y transformar Grecia –15 años después del final de la guerra civil– en una democracia moderna.

La inestabilidad política duró casi dos años y culminó con el golpe de Estado de los Coroneles, el 21 de abril de 1967. La respuesta incoherente de Constantino hacia los golpistas acentuó el enfado de la población.

Primero reconoció el Gobierno de los golpistas para, ocho meses después, intentar derrocarlos con poca preparación y, desde entonces hasta la caída de la dictadura, abstenerse de toda crítica hacia ellos. Después argumentó que no tenía otra opción porque el palacio estaba rodeado por tanques. Muchos griegos nunca perdonaron al rey por aceptar el golpe.

Tras el fracaso de su intento de acabar con la Junta se instaló con Ana María y sus dos hijos mayores en Roma. Más tarde, la familia real se instaló en Londres, donde nacieron sus tres hijos menores.

Constantino nunca reconoció el resultado del referéndum que proclamó la Tercera República Helénica en 1974, condición que le había impuesto el Estado griego para permitirle regresar a su país natal.

Además, en 1994 el Gobierno socialista de Andreas Papandreu retiró la nacionalidad griega a la familia real y le expropió sus bienes. En 2002 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado griego a indemnizarle con 12 millones de euros por los bienes confiscados.

Hasta 2010, el rey destronado visitaba Grecia de forma esporádica, siempre como invitado en yates privados de armadores griegos, sin aparecer en público.

Su vuelta a Grecia, en un momento en el que la sociedad vivía los peores momentos de la crisis económica, pasó casi desapercibida.