La bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, ha decidido suspender la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional, prevista para la tarde de este martes a las 18:30 hora local. La presidenta del Senado, Eva Copa (MAS), ha tomado esta decisión “a efectos de crear y contribuir a la generación de un ambiente propicio para el diálogo y la consiguiente pacificación del país”.
Medios locales como Página Siete apuntaban a que, en la sesión, el MAS, que tiene una mayoría de dos tercios en la Asamblea, tenía previsto rechazar la carta de renuncia de Morales -aún no votada en las cámaras-.
En una entrevista con la BBC, el líder boliviano había dejado la puerta abierta a su regreso a Bolivia asegurando que “mientras que la Asamblea no apruebe mi renuncia, sigo siendo presidente”. Posteriormente, en una entrevista con Al Jazeera, Morales había pedido que le dejaran terminar su mandato. También Álvaro García Linera, en una conversación con la CNN, se ha declarado “vicepresidente en el exilio” de Bolivia y ha afirmado que está dispuesto a volver “si eso ayuda a pacificar el país”.
En la sesión se iba a tratar el procedimiento para la elección de nuevos vocales electorales y la convocatoria de nuevas elecciones generales. Tanto la presidenta del Senado como del Congreso, ambos del MAS, habían llamado a los representantes del resto de partidos para participar. Según informa El Deber, Unidad Demócrata (UD) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC) habían descartado asistir a la sesión señalando que la intención del MAS era rechazar la renuncia de Morales y García Linera.
Sigue en el aire, de esta manera, la nueva convocatoria electoral. Desde el Gobierno de la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, han dado posteriormente un ultimátum al Legislativo para que en dos días evalúe la convocatoria de elecciones anticipadas, según informa EFE. Si no, harán la convocatoria por decreto.
“Cada día que pasa es un día menos del plazo que tenemos”, ha dicho el ministro interino de la Presidencia, Jerjes Justiniano, sobre el límite constitucional de 90 días que está establecido para llamar a nuevos comicios. Ha explicado también que si vence el plazo se llamará a elecciones mediante un decreto: “Es una de las probabilidades, pero es la última que estamos manejando (...) queremos seguir esperando la decisión, que esto sea parte de la Asamblea Legislativa”.
Si los comicios se convocasen de manera unilateral por el Gobierno de los contrarios a Morales se darían sin llegar a acuerdos fundamentales como una elección consensuada de los órganos electorales.
El Tribunal Supremo Electoral es considerado como el cuarto poder del país y en los siguientes procesos estará vigilado con lupa después de las acusaciones de la Organización de Estados Americanos de fraude de las pasadas elecciones de octubre. Según la Constitución, de los siete miembros que integran este órgano electoral, seis son elegidos por la Asamblea Legislativa en la que los partidarios de Evo Morales tienen mayoría, por lo que son indispensables para llegar a un acuerdo.
Escasas horas antes de la decisión del MAS, Evo Morales, asilado en México, había denunciando que la Plaza Murillo de La Paz, donde se encuentra la sede parlamentaria, “se encuentra cercada de tanquetas militares”. “El gobierno golpista de Mesa, Camacho y Áñez tiene un plan para cerrar la Asamblea Legislativa Plurinacional”, dice en un mensaje en Twitter.
Bolivia atraviesa una de las peores crisis políticas y sociales de su historia reciente, desde que el día siguiente de las elecciones comenzaron las denuncias de fraude en los comicios tras los que Morales fue proclamado vencedor para un cuarto mandato consecutivo con margen suficiente para evitar una segunda vuelta. El que fuera presidente del país durante casi 14 años anunció el pasado 10 de noviembre su renuncia tras un golpe de Estado y tres semanas de protestas, a pesar de que escasas horas antes había anunciado una nueva repetición electoral.