Si los líderes mundiales deciden fallarnos, mi generación nunca les perdonará
Mi mensaje de hoy es que os estaremos vigilando.
Todo esto está mal. Yo no debería estar aquí. Debería estar en clase, en una escuela situada en el otro lado del océano [Atlántico]. Y, sin embargo, todos ustedes acuden a los jóvenes en busca de esperanza. ¿Cómo se atreven? Con sus palabras vacías, ustedes me han robado mis sueños y mi infancia. Y, pese a todo, me encuentro entre las afortunadas.
Muchas personas están sufriendo. Muchas están muriendo. Ecosistemas enteros están desapareciendo. Estamos en el comienzo de una extinción masiva. Y, sin embargo, ustedes solo son capaces de hablar de dinero y de contar cuentos de hadas sobre un supuesto eterno crecimiento económico ¿Cómo se atreven?
En los últimos treinta años, los científicos han descrito la situación con absoluta nitidez. ¿Cómo se atreven a mirar hacia otro lado y presentarse [a la sede de las Naciones Unidas de Nueva York] para afirmar que están haciendo lo suficiente, cuando en realidad las medidas políticas y las soluciones que se necesitan brillan por su ausencia? Con el actual ritmo de emisiones de CO2, agotaremos el límite máximo que nos habíamos fijado en menos de 8,5 años.
Ustedes afirman que “nos escuchan” y que comprenden que se trata de una emergencia. Sin embargo, lo cierto es que, aunque esto me entristezca y enfurezca, me niego a creerles, porque si realmente comprendieran la situación y siguieran de brazos cruzados, ustedes serían malvados. Y me niego a creer eso.
El plan de reducir las emisiones a la mitad en el plazo de diez años solo nos da el 50% de posibilidades de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados y así esquivar el riesgo de que se desencadene una cadena de daños irreversibles que escaparían a nuestro control.
Tal vez este 50% sea aceptable para ustedes. Sin embargo, estas cifras no incluyen los puntos de inflexión, la mayor parte de los circuitos de retroalimentación, el calentamiento adicional oculto por la contaminación tóxica del aire o las nociones de justicia y equidad. También dan por sentado que mi generación y la de mis hijos seremos capaces de limpiar miles de millones de toneladas de CO2 en el aire con tecnología que, hoy por hoy, no existe. Así que un 50% no es aceptable para los que tendremos que vivir con las consecuencias.
Hoy, en esta cumbre sobre acción climática, no se presentarán soluciones o planes que puedan dar respuesta a la situación actual. Les generaría una gran incomodidad. Ustedes aún no tienen la suficiente madurez para llamar a las cosas por su nombre.
Nos están fallando. Lo cierto es que los jóvenes están empezando a percatarse de su traición. Las futuras generaciones están pendientes de sus decisiones. Si eligen fallarnos, nunca los perdonaremos. No dejaremos que se salgan con la suya. Aquí y ahora es donde trazamos la línea. El mundo se está despertando. El cambio está llegando, les guste o no.
Traducido por Emma Reverter