Donald Trump y Joe Biden se ven las caras de nuevo. Su primer debate fue una batalla campal llena de interrupciones y el segundo se canceló porque el presidente se contagió de coronavirus y se negó a participar de forma virtual. El de este jueves por la noche es el último antes de las elecciones: para Trump es la gran oportunidad de darle la vuelta a las encuestas y para Biden es la noche más importante en casi medio siglo de carrera política.
Arranca a las 3 a.m. hora peninsular española, en la madrugada del jueves al viernes. Estas son algunas de las claves a las que hay que estar atentos.
Se apaga el micrófono para evitar interrupciones
Después del espectáculo del primer debate, en el que a ratos no se entendía ni al moderador ni a ninguno de los candidatos, la comisión independiente que los organiza decidió que había que cambiar algunas normas. Lo que han hecho es asegurar un mínimo de tiempo en el que tanto Trump como Biden puedan hablar sin interrumpirse: al principio de cada bloque temático de 15 minutos habrá una intervención inicial de dos minutos en las que al candidato que no esté en su turno le cortarán el micrófono.
Durante el primer debate, Trump interrumpió 129 veces en 90 minutos. La campaña del presidente no está nada contenta con el cambio de reglas, que considera “el último intento por darle ventaja a su candidato favorito”. Uno de los asesores había dicho que Trump pensaba interrumpir menos y dejar a Biden explicarse durante este último debate, pero parece que el presidente ha cambiado de idea debido a la irrupción de noticias dudosas sobre el hijo de Joe Biden, Hunter Biden, en la recta final de la campaña.
¿Se hablará del hijo de Joe Biden?
Hunter Biden ya fue mencionado en el primer debate cuando Donald Trump lo acusó de ser un drogadicto. Sin embargo, el debate se debe ahora a que el tabloide New York Post ha publicado que, como consejero de una empresa energética ucraniana, Hunter presentó a un hombre de negocios de ese país a su padre cuando era vicepresidente de Estados Unidos. La campaña de Biden niega que se produjera ninguna reunión y el FBI investiga si la filtración de los correos electrónicos del hijo no es una operación rusa para influir en las elecciones.
Las dudas del FBI vienen por el modo en que se obtiene esa información. El contenido del disco duro de un portátil de Hunter Biden acaba en manos del abogado de Trump, Rudy Giuliani, que es quien se lo da al periódico. El propio autor original de la noticia decidió no firmarla porque tenía dudas de su veracidad y muchos medios se han tomado la historia con escepticismo, pero la campaña de Trump ya ha anunciado que le da igual si la moderadora pregunta o no por ello durante el debate: “El presidente lo hará y Biden no tendrá escapatoria”.
Los negocios de Hunter Biden en Ucrania y el daño para la imagen de su padre ya se han publicado antes en medios como el New York Times y el New Yorker, pero una investigación de los republicanos concluyó que Joe Biden no había hecho nada reprobable.
El dinero chino de Trump
Trump también acusa a Biden de haber recibido dinero del Gobierno chino a través de su hijo, pero él mismo puede tener que hacer frente a preguntas sobre China.
Recientemente se ha publicado que el presidente mantiene una cuenta bancaria en ese país y que ha pagado allí más de 160.000 euros en impuestos entre 2013 y 2015. Eso son 250 veces más de lo que pagó en el impuesto sobre la renta en Estados Unidos el año en que ganó las elecciones y además contrasta bastante con su postura pública de “ordenar” a las empresas estadounidenses que abandonen China y produzcan en su país.
El “aburrimiento” del coronavirus
El presidente está probando un nuevo mensaje sobre la pandemia. Trump dice que los estadounidenses “están cansados” de tanto oír hablar del coronavirus. A lo mejor tiene razón, pero en el debate de esta noche hay un bloque entero dedicado al tema y no parece un tema fácil de evitar: Estados Unidos está declarando más de 60.000 casos nuevos al día y las hospitalizaciones están creciendo en 40 de los 50 estados. Más de 220.000 personas han muerto en el país.
Trump cree que los votantes están hartos de los científicos, “de escuchar a Fauci y a todos esos idiotas”. Ya ha tenido varios enfrentamientos públicos con el que todavía es su principal asesor médico para la pandemia, pero ahora casi parece que va a por los científicos en general. Hace unos días se burló de Biden y le atacó con el peregrino argumento de que su rival “escucharía a los científicos si le eligen”. Biden respondió que eso para él no era un ataque, sino una medalla.
En su único debate hasta ahora los dos candidatos han dado sobradas muestras de no soportarse. Puede ser la última vez que se enfrenten en toda su vida así que veremos si esta noche, al menos, nos dan un cara a cara algo más civilizado que el anterior.