Tras el abrumador apoyo que hace cuatro años dio a Hillary Clinton, la población latina de estados disputados como Texas y Florida ha mostrado en esta ocasión poco entusiasmo por el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, en estas elecciones.
Antes del día de los comicios hubo advertencias de activistas, legisladores y agentes políticos, preocupados porque el equipo de campaña de Biden no estaba haciendo lo suficiente para atraer al voto latino, un grupo heterogéneo y fundamental para el Partido Demócrata.
Algunas de las principales figuras del partido criticaban en la misma noche electoral esa aparente falta de acercamiento. “No voy a hacer muchos comentarios sobre los resultados de esta noche, que aún están evolucionando y no han terminado, pero sí diré que llevamos mucho mucho tiempo haciendo sonar la alarma sobre las vulnerabilidades de los demócratas con los latinos”, tuiteaba la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez. “Hay una estrategia y un camino, pero sencillamente no se hizo el esfuerzo necesario”.
Según la edición de 2020 de la American Election Eve Poll, una encuesta que recoge las opiniones en los últimos días de campaña, los latinos tenían tres prioridades claras para decidir su voto este martes: la pandemia del coronavirus; el coste de la atención médica; y el empleo y la economía.
En la noche del martes, las noticias no eran del todo malas para los demócratas, con Biden ganando en Arizona, un estado en el que los latinos representan un grupo de votantes clave. De acuerdo con las encuestas, alrededor del 70% de los latinos votó por el exvicepresidente.
Según Clarissa Martínez, vicepresidenta adjunta de UnidosUS, una organización de derechos civiles en defensa de los latinos, “de alguna manera, con los latinos, la historia de la noche ha sido que marcaron la diferencia para los dos candidatos”.
En Florida las encuestas pronosticaban una batalla reñida entre los dos candidatos presidenciales. Pero cuando el margen de casi 30 puntos que en 2016 Hillary Clinton obtuvo en el condado de Miami-Dade se redujo a poco más de 7 puntos para Biden, los 29 votos del Colegio Electoral que corresponden al indeciso y codiciado estado de Florida se fueron todos para Trump. Según la encuesta a pie de urna de la cadena NBC News, Trump ganó la mayoría del importante voto cubano-estadounidense de Florida tras una campaña concentrada en pintar a Biden como socialista.
Biden también ha perdido en Texas, un sólido bastión republicano que los demócratas confiaban en pintar de azul ayudándose de la alta participación electoral. En el condado de Nueces, al sur del estado, Trump ha ganado con un margen aún más amplio que el de hace cuatro años, a pesar de que en 2018 el candidato demócrata a senador Beto O'Rourke había logrado darle la vuelta a Corpus Christi y sus alrededores. Según Juan Carlos Huerta, profesor de Ciencias Políticas de la Texas A&M University en Corpus Christi, “no se sabe aún si los republicanos recuperaron el sur de Texas por un voto latino a Trump o porque aumentó la participación de otros grupos demográficos”.
Biden también ha perdido terreno demócrata en el cercano valle de Río Grande, donde en 2016 se impuso Clinton. En el condado de Starr, con un 96,4% de población hispana o latina, Biden lidera con un margen de sólo 5 puntos, cuando Clinton lo ganó con una apabullante ventaja de 60 puntos.
En el vecino condado de Hidalgo, también latino en su mayoría, Biden saca a Trump 17 puntos. Es un margen generoso, pero no se puede comparar con la ventaja de 40 puntos que Clinton sacó en 2016.
Victoria M. DeFrancesco Soto, decana adjunta de la Escuela de Asuntos Públicos LBJ, en la Universidad de Texas, señala que el peor desempeño de Biden en la frontera sur frente al de Clinton en 2016 puede atribuirse a dos factores: la popularidad de los Clinton entre los latinos de Texas y el hecho de que la pandemia ha impedido hacer una campaña de bases, al viejo estilo. Como explica Manuel Grajeda, estratega de UnidosUS en Texas, ha quedado claro que en el valle “el entusiasmo por Biden no es el mismo que por Clinton”.
Según Grajeda, ni los republicanos ni los demócratas se han centrado en los latinos de la zona como sí lo hicieron en otros condados importantes. “Una oportunidad perdida” con consecuencias que ahora se ven en los resultados electorales, señala.
Los demócratas están obteniendo márgenes relativamente escasos en la frontera a pesar de que en Texas los votantes latinos han registrado un alto porcentaje de participación. Durante el periodo de votación anticipada hubo niveles increíbles de participación. Según Grajeda, se estima que 1,9 millones de latinos votaron por adelantado. Entre ellos, unos 500.000 ciudadanos que ejercían por primera vez su derecho al sufragio.
“La clave para tener éxito con la comunidad hispana de Texas es comprometernos y muy pronto”, explicó el congresista demócrata Joaquín Castro, que en la noche del martes renovó su escaño. “Y asegurarnos de llegar a las personas que no habían participado antes en el proceso político. Ese sigue siendo un reto que debemos asegurarnos de cumplir”.
Traducido por Francisco de Zárate.