Nueva York ya celebra la derrota de Trump en las calles: “Adiós, Don. Nadie te echará de menos”

“We are the champions, my friends”, cantan cientos de jóvenes neoyorquinos a los pies del arco del Washington Square Park para celebrar la posible victoria del candidato demócrata, Joe Biden.

“Estoy muy orgullosa de que todo el mundo haya ido a votar en estas elecciones, creo que la Gen Z marcó una gran diferencia en los comicios de este año”, dice Lacey Eihardt con un cartel entre sus manos en el que se puede leer “Bye. Don no one will miss you” (“Adiós. Don nadie te va a echar de menos”).

Esta joven de 19 años confiesa que tuvo “miedo” cuando los primeros datos del recuento mostraban que Donald Trump estaba en cabeza en algunos estados, pero que en el fondo nunca perdió la esperanza porque sabía que en estados como en el suyo, Pensilvania, el voto por correo iba a favorecer a Biden.

El cartel que Ryan mueve al ritmo de la música está compuesto por una foto de la cantante Lizzo y el mensaje: “Bye Bitch” (Adiós, perra). “Han sido cuatro años muy largos y frustrantes y creo que ahora podemos estar muy seguros de que Trump no va a ganar estas elecciones y al fin podemos decir adiós a Trump de la manera que queremos. Y quién otra que mi reina Lizzo para rendir los honores”. 

Este hawaiano asentado en Nueva York describe los últimos tres días de recuentos de votos como muy estresantes. “Hice el cartel tras ver esta mañana que Biden tomaba el liderazgo en Pensilvania. Estaba tan emocionado que cuando la idea me vino a la cabeza corrí a una tienda para comprar los materiales”.

“He salido a celebrar, esto se termina”

La pancarta de la artista Athena Soules está rodeada de fotógrafos, no por el mensaje en sí, “Dump Trump” (“Deshazte de Trump”), sino porque cada letra está escrita con luces LED. Soules detalla que se especializa en crear con luces distintos mensajes políticos y que esta obra la hizo en 2016. “Esta noche salí para celebrar porque pienso que esto se termina”.

Pese al jolgorio, que va desde un hombre metido en el medio de la fuente de la plaza a una chica haciendo un Instagram Live en el que le pregunta a todo el mundo que se encuentra si ha votado por Biden, el miedo a la COVID-19 está presente en esta icónica plaza con mascarillas en las caras de los asistentes. “Separaros, seguimos en medio de una pandemia”, grita desde un megáfono un activista del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) que organiza esta fiesta bautizada “Donald Trump se acabó”.

“Estoy súper alegre, estoy contento de que los estadounidenses se hayan empezado a dar cuenta de que no debemos elegir a ningún gilipollas (sic) para ser presidente”, recalca Marcelo Fernández, que ondea una bandera socialista. Este chileno estadounidense asentado en Nueva Jersey explica que en las primarias democráticas apoyaba la candidatura de Bernie Sanders, pero que en las presidenciales votó por Biden porque “era mejor opción que Trump”.

“Lo que más me importa es el medioambiente y no puedo creer a un tipo que no cree en el cambio climático, la mitad del país está ardiendo, es un hecho, no importa si eres azul o rojo”, añade Fernández.

La fiesta está compuesta también de una pequeña marcha pacífica por las calles de Greenwich Village. “Esto es una celebración, voy a marchar con la gente y sentir la comunidad”, anota Arifa Abrahami.

El cartel de esta neoyorquina dice: “Democracy is sexy” (La democracia es sexy). “Todos los votos están siendo contados, siento que las voces están siendo oídas y estoy muy orgullosa de ser parte de un país en el que podemos decir: tenemos un líder autoritario ahora y la mayoría de la gente lo quiere fuera”, apunta la veinteañera, que confesó que, tras ver que los primeros resultados le daban la victoria a Trump, se fue a la cama con los ojos llenos de lágrimas.

Pese a que las proyecciones indican que Biden va a superar los 270 votos electorales que necesita para ser presidente cuando se terminen de contar los votos en Alaska, Arizona, Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Nevada, Joe Biden está esperando a tener el recuento oficial para proclamarse presidente.