El aura de invencibilidad que acompañaba a Giorgia Meloni desde que hace un año y medio se convirtió en la primera ministra de Italia se esfumó ayer en Cerdeña. La coalición formada por el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático ganó por la mínima las elecciones regionales en la primera derrota de las derechas desde las generales de septiembre de 2022. Un golpe para Meloni quien había impuesto su candidato al propuesto por la Liga, tensando las relaciones con sus aliados de Gobierno, sobre todo con su socio-rival Matteo Salvini.
Aunque es difícil proyectar el resultado de una elección regional a nivel nacional, los votos obtenidos por los dos bloques en la isla dejan varias señales de cara a la gran cita electoral del año, las elecciones europeas de junio. Al neto de todas las especificidades locales, para el centro-izquierda es la prueba de que la apuesta por un alianza entre el M5S y el PD liderado por Elly Schlein puede ser ganadora. Esa misma alianza –el llamado “campo ancho”– no se logró hace un año y medio, y hubiera podido contener la victoria del centro-derecha liderado por Hermanos de Italia.
La ganadora, Alessandra Todde, que se impuso por tan solo cuatro décimas a Paolo Truzzu, alcalde de Cagliari, la capital de la región, y hombre de confianza de Meloni, pertenece al M5S y fue secretaria de Estado en el segundo Gobierno de Antonio Conte y viceministra en el Ejecutivo de Mario Draghi. “Soy la primera mujer presidenta de Cerdeña”, dijo triunfante ya de madrugada tras un extenuante recuento de los votos.
“Cambia el viento. Algunos ni siquiera apostaron a que llegaríamos hasta aquí. Lo que se perfila es una victoria de los sardos ante todo”, dijo la secretaria del PD Elly Schlein. “Es la primera presidenta regional del M5S, la primera mujer en liderar Cerdeña. Es un día inolvidable”, comentó el exprimer ministro Antonio Conte, celebrando la que es también la primera victoria destacable del M5S tras dos años convulsos.
Tensión en la coalición de Gobierno
“La responsabilidad de la derrota es sólo mía”, se apresuró a decir Truzzu, quien recibió un duro varapalo precisamente en la ciudad de la que sigue siendo alcalde. “Se ha votado más contra mí que a favor de Todde”, dijo. Una asunción de responsabilidad que es también un intento de acallar las críticas y calmar las aguas agitadas de la coalición de Gobierno.
Meloni impuso el nombre de Truzzu por encima del candidato de la Liga, el presidente regional saliente Christian Solinas, generando un malestar que –según los primeros análisis de los resultados– ha contribuido a la derrota del domingo: el candidato obtuvo menos votos que el conjunto de partidos de la coalición, lo cual levanta la sospecha de “fuego amigo”. Por otra parte, el resultado pésimo de la Liga, con Forza Italia que obtiene el doble de votos, no deja muchas alegrías para un Salvini que lleva ya meses en campaña electoral con la vista puesta en las europeas.
Los retroscena, los análisis del día después llenos de off de records que abundan en la prensa italiana, hablan también del banco de prueba de Cerdeña como el primer golpe a la estrategia de Meloni de centralizar el poder y centrar en su figura la campaña como garantía de victoria. “Elije una región fuerte y orgullosa”, se leía en algunos grandes carteles electorales en los que aparecía la primera ministra sin ni siquiera nombrar al candidato.