EEUU iba hacia su tercer año de guerra civil entre los estados secesionistas del sur, que defendían la expansión de la esclavitud en los nuevos territorios del oeste, y los estados de la Unión. La guerra no iba bien para el Gobierno y el presidente Abraham Lincoln tuvo que tomar medidas drásticas para derrotar a los rebeldes.
Así, el 1 de enero de 1863 entró en vigor la Proclamación de Emancipación de esclavos, que afectaba únicamente a los estados de la Confederación que habían anunciado su separación de EEUU (otros estados esclavistas habían declarado lealtad a la Unión). Con esta medida, Lincoln debilitaba la mano de obra y la fuerza económica y política de los estados rebeldes
Washington acabó ganando la guerra, Lincoln salvó la unión, acabó definitivamente con la esclavitud y pasó a la historia como el mejor presidente de EEUU. Hoy, una inmensa estatua de mármol de 175 toneladas dentro de un majestuoso templo al estilo griego inspirado en el Partenón de Atenas mira de frente y vigila permanentemente a los congresistas en el Capitolio. Sin embargo, Lincoln, aunque rechazaba la esclavitud, no era abolicionista.
Antes de publicar la Proclamación de Emancipación de esclavos, Lincoln invitó a la Casa Blanca a cinco afroamericanos libres. El presidente les comunicó que una vez liberados, quería mandar a los afroamericanos a otro país, mencionando Liberia o Centroamérica como posibilidades.
“Vosotros y nosotros somos razas diferentes. Tenemos entre nosotros la mayor diferencia que existe entre prácticamente cualquier raza. No necesito discutir si es correcto o incorrecto, pero esta diferencia física es una gran desventaja para ambos. Creo que vuestra raza sufre mucho, en parte por vivir entre nosotros, mientras que la nuestra sufre con vuestra presencia”, dijo Lincoln.
“Vuestra raza está sufriendo, a mi juicio, el peor mal infligido a cualquier pueblo. Pero incluso cuando ya no seáis esclavos, todavía estaréis lejos de ser puestos en igualdad con la raza blanca. En este gran continente, ni un solo hombre de vuestra raza es considerado igual a un solo hombre de los nuestros. Id al lugar donde mejor se os trate”, añadió.
Años antes, en 1854, Lincoln había abordado en un discurso el futuro de los negros en EEUU. “Mi primer impulso sería liberar a todos los esclavos y enviarlos a Liberia”, dijo. Poco después añadió que esto no era factible ¿Cuál era la alternativa? “¿Liberarlos y hacerlos política y socialmente iguales?”, planteó. “Mis propios sentimientos no lo permitirían y, si lo hiciesen, sabemos de sobra que la inmensa mayoría blanca no lo aceptaría”.
“Era un supremacista blanco”, afirma Guy Emerson Mount, profesor de historia afroamericana en la Universidad de Auburn, Alabama. “Aunque pensaba que los negros eran humanos, pensaba que eran menos humanos que los blancos. Nunca apoyó la igualdad social y solo apoyó una igualdad política limitada cuando se dio cuenta de que no podía sacar a todos los negros de EEUU”, añade.
“Como político antes de la Guerra Civil, su posición era que la esclavitud debería seguir estando protegida por ley donde estaba instaurada, pero no debería permitirse su expansión a los nuevos territorios y estados de EEUU”, sostiene Mount. “Su razonamiento no era moral, sino político y económico. Su principal preocupación era proteger las grandes tierras del oeste y hacerlas disponibles para hacendados blancos que no tuvieran que competir con trabajo esclavo y que no tuvieran que vivir cerca de personas negras. También quería evitar que los sureños blancos comprasen las mejores tierras”, añade.
Ashleigh Lawrence-Sanders, profesora asistente de Historia en la Universidad de Dayton y experta en historia afroamericana y Guerra Civil, señala: “Lincoln estaba política y moralmente en contra de la esclavitud, pero no era un abolicionista”. “No buscaba abolir la esclavitud donde ya existía. Esto no cambió realmente hasta la guerra y el mérito se debe a los abolicionistas afroamericanos y a los soldados negros que sin duda cambiaron la mentalidad de Lincoln y de otros norteños blancos sobre el significado de la guerra y el papel que la emancipación debía jugar en la misma”, añade.
Mount explica que como en la mayoría del norte, la visión política de Lincoln sobre la esclavitud cambió rápidamente “cuando quedó claro que acabar con la esclavitud era la única forma de acabar con la guerra”. El profesor indica que los abolicionistas en el norte apenas llegaban al 10% de la población. Sin embargo, muchos más sí que estaban en contra de la expansión de la esclavitud hacia los nuevos territorios del oeste. “Antes de la Guerra Civil, la mayoría de estadounidenses no tenía ningún problema con que la esclavitud permaneciese en el sur siempre y cuando el poder de los dueños de esclavos no se expandiese gracias a la creación de nuevos estados esclavistas”.
Una estrategia de guerra
Mount considera que la Proclamación de Emancipación fue “principalmente una estrategia de guerra”. Lawrence-Sanders, por su parte, sostiene que no se puede resumir únicamente como tal. “Fue una estrategia militar en muchos sentidos porque empezó a solucionar algunos problemas del ejército de la Unión. Permitió el alistamiento de soldados negros y proporcionó un aumento de tropas muy necesitado. Aunque se consideró una medida pragmática de Lincoln para mejorar la fortaleza militar, fue más que eso. La Proclamación convirtió oficialmente la guerra en una guerra para acabar con la esclavitud”, indica la profesora.
“Aunque hubo presiones políticas del ala abolicionista del Partido Republicano para convertir la guerra en una guerra contra la esclavitud, realmente fue la 'huelga general' masiva de los esclavos que huyeron de los estados del sur a lo que pensaban que sería la libertad en el norte lo que forzó esta situación y lo que hizo de la emancipación una estrategia militar viable”, opina Mount. Lawrence-Sanders coincide: “Los esclavos forzaron el asunto liberándose a sí mismos”.
La Proclamación de Emancipación, sin embargo, no liberó a todos los esclavos del país, sino solo a los de los estados rebeldes. “Esto refuerza la idea de que principalmente fue una estrategia militar cuyo objetivo era alterar y debilitar a los estados rebeldes sin amenazar los intereses de los propietarios de esclavos en el resto”, señala Mount. La esclavitud desapareció definitivamente con la 13 enmienda a la Constitución aprobada en 1865, ya terminada la guerra.
El texto de la proclamación afirmaba que la decisión era “una medida de guerra necesaria para suprimir la rebelión”. Finalmente, los afroamericanos jugaron un papel fundamental en la victoria de la Unión. Más de 200.000 personas negras combatieron en la guerra. Aun así, EEUU mantuvo unidades militares segregadas entre blancos y negros hasta 1954.