Fox News ha logrado evitar el mayor juicio de la historia reciente de Estados Unidos a un medio de comunicación, después del acuerdo de última hora alcanzado con la compañía Dominion Voting Systems, propietaria de máquinas de recuento electoral. La empresa la había denunciado por difamación, y reclamaba 1.600 millones de dólares por daños y perjuicios, por haber difundido mentiras sobre la validez de las presidenciales de 2020, que dieron la presidencia a Joe Biden. Después del acuerdo, tan solo tendrá que pagar la mitad, 787,5 millones.
Justo cuando los 12 miembros del jurado de Wilmington (Delaware) estaban sentados en sus sillas para dar inicio al juicio, el juez Eric Davis ha anunciado que las dos compañías habían llegado a un acuerdo, del cual todavía no se conocen los detalles, más allá del monto económico. “Las partes han resuelto el caso”, ha dicho Davis, acabando con toda la expectación que se había formado alrededor del juicio. Minutos después, Fox ha emitido un comunicado celebrando la resolución amistosa y reconociendo sus mentiras: “Nos complace haber llegado a un acuerdo en nuestro litigio con Dominion. Reconocemos las sentencias del tribunal que declaran falsas ciertas afirmaciones. Este acuerdo refleja el continuo compromiso de Fox con los más altos estándares periodísticos”.
Fox News fue en 2020 una pata esencial para la construcción de una mentira que persiste en la descreída democracia estadounidense: que Joe Biden amañó las elecciones presidenciales para evitar la reelección de Donald Trump. Eso no estaba en discusión en el multimillonario juicio previsto para este martes. Lo que iba a dirimir el jurado, de una circunscripción marcadamente demócrata, es si las mentiras vertidas en la cadena ultraconservadora constituyeron un delito de difamación, es decir, si sus periodistas difundieron la teoría del fraude electoral a sabiendas de que no era cierta.
El juicio, que ya no tendrá lugar, tenía previsto versar sobre la demanda interpuesta hace dos años por Dominion, que denunció a Fox por difamación por haber transmitido “de manera intencional” una serie de “mentiras demostrablemente falsas pero devastadoras”, que dañaron su reputación, amenazando “la seguridad personal de empleados y clientes” y causando a la compañía un “daño económico irreparable”.
El mismo juez que lleva el caso ya afirmó en diligencias previas que está “claro como el agua” que Fox mintió al asegurar que Dominion había manipulado los resultados de las presidenciales. Y una serie de pruebas presentadas en las fases previas del caso -declaraciones juradas, correos, o mensajes telefónicos- indican que los presentadores eran conscientes de que estaban mintiendo al informar sobre la alteración de los resultados electorales.
Ante tales acusaciones, Fox sostenía que sus acciones están protegidas por la Primera enmienda de la Constitución de EEUU, que protege la libertad de expresión. Su defensa argumenta que las afirmaciones de Trump y sus seguidores sembrando dudas sobre el fraude electoral eran informaciones de interés público. Lo cierto es que la cadena ha seguido promoviendo el infundio del fraude, a pesar de las auditorías, recuentos de votos y pruebas presentadas en otros casos judiciales, que demuestran que las elecciones no fueron alteradas y siguieron el procedimiento legal establecido.
Quizás con vistas a perder el juicio, finalmente Fox ha cedido ante Dominion y ha llegado a un acuerdo para evitar el juicio, aunque todavía no han trascendido los detalles de dicho acuerdo.
Personalidades de Fox reconocieron en privado la legitimidad de las elecciones
Para ganar un juicio por difamación es necesario que la parte demandante demuestre la intencionalidad a la hora de engañar a la audiencia. Así lo establece el precedente de la sentencia de The New York Times contra Sullivan, de 1965, cuando el Tribunal Supremo interpretó que se requiere dolo (mentir a sabiendas) para que prospere el juicio. Desde entonces, la mayoría de litigios por difamación se han arreglado con un acuerdo previo entre las partes, y este parecía ser una excepción, hasta que ha llegado el acuerdo de última hora.
Varios documentos de las diligencias previas sugieren que sí habría existido dicho dolo en las afirmaciones vertidas en la cadena. Entre esas evidencias, está la del magnate Rupert Murdoch, el mismo presidente de la empresa matriz, Fox Corporation. Durante su testimonio jurado en enero, fue preguntado si sabía que algunos tertulianos y periodistas de su cadena habían respaldado afirmaciones falsas sobre fraude electoral. Y respondió “Sí. Las respaldaron”. Preguntado también por si creía que las presidenciales habían sido “libres y justas”, respondió: “Sí. Las elecciones no fueron robadas”.
También entre las pruebas del juicio se encontraban mensajes de texto de conocidos periodistas de la cadena, que en privado tenían una opinión muy distinta sobre la legitimidad del proceso electoral de la que mostraban en sus informaciones.
Entre estos mensajes, en el juicio se iban a mostrar pruebas del presentador Tucker Carlson. En una comunicación con su productor, se lo vio notablemente enfadado días después de las elecciones. Fox News había reconocido la victoria de Biden en estados que terminaron siendo claves para su victoria, como Arizona, lo que enfadó a muchos votantes trumpistas. La cadena comenzó a perder espectadores, que optaron por otras alternativas derechistas como la recién nacida Newsmax.
“Trabajamos muy duro para construir lo que tenemos... ¡Me enfurece!”, dijo Carlson el 4 de noviembre de 2020, un día después de las elecciones. Acto seguido, reconoció que aquellos que defendían teorías de fraude electoral eran “demagogos temerarios” y aseguró que su programa no contribuiría a ello. Sin embargo, al día siguiente dijo en antena: “No todas las afirmaciones son creíbles, aunque algunas lo son”, sembrando las primeras dudas sobre el fraude electoral. “Quedaron sin respuesta preguntas serias sobre la legitimidad de las elecciones”.
También Murdoch dejó pruebas del cambio de estrategia para volver a seducir a los trumpistas enfadados con Fox News. “¡Odio a nuestra gente del Decision Desk (el programa que dio el recuento electoral)!” escribió el día 7 de noviembre, cuando la mayoría de medios dieron la victoria definitiva a Biden en las elecciones. “No queremos enemistarnos más con Trump”, dijo pocos días después. A partir de ese momento, Fox abrazó por completo las teorías que llevaron al asalto al Capitolio el 6 de enero: el fraude electoral se convirtió en uno de los principales asuntos en la agenda, tratado por sus presentadores, periodistas, tertulianos y expertos.
Un fallido juicio mediático
Tras el acuerdo, los presentadores estrella de Fox News, Tucker Carlson y Sean Hannity, así como el fundador Rupert Murdoch, se han librado de testificar en un juicio que prometía acaparar portadas y horas de televisión. Este hecho, junto con la demanda de 10 cifras presentada por Dominion por daños y perjuicios, contribuyó a generar todavía más expectación para un juicio que podría haber sentado un nuevo precedente sobre la interpretación de la Primera Enmienda.
Se trataba de un litigio bastante inusual, puesto que la mayoría de los casos de difamación se resuelven extrajudicialmente. Su inicio estaba previsto para este lunes, pero el juez decidió posponerlo un día sin dar ningún motivo, por lo que muchos en EEUU especularon con que las dos partes estaban tratando de llegar a un acuerdo. Este martes, cuando los 12 miembros del jurado ya estaban sentados en sus sillas, el juez ha explicado que las dos partes han llegado a un acuerdo, sin dar más detalles.
No es la única demanda por difamación que ha puesto Dominion, pero sí la más mediática. También denunció hace dos años a Rudy Giuliani, el antiguo abogado de Trump, así como a Sidney Powell, que fue abogado de campaña del expresidente, y a otros personajes públicos y compañías que contribuyeron a la construcción de la gran mentira. Y no es la única empresa que lo ha hecho: Smartmatic, otra firma tecnológica con presencia en las elecciones, también ha iniciado demandas similares, pidiendo miles de millones de dólares en daños.