El secretario general de la ONU, António Guterres, ha viajado a Moscú para tratar de reactivar la vía diplomática que ponga fin a la guerra en Ucrania, para lo que ha afirmado que hará “todo lo posible”. Tras reunirse con el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, hablará con Putin en el que es su primer encuentro bilateral desde que comenzara la invasión.
“Mi objetivo y mi agenda están estrictamente ligados a salvar vidas y reducir el sufrimiento” ha asegurado Guterres ante la prensa y ha explicado que ha mantenido una conversación “muy franca” con Lavrov. “Está claro que hay dos posiciones diferentes sobre lo que está ocurriendo en Ucrania”. La ONU, ha indicado, según las resoluciones aprobadas por la Asamblea General, considera que la invasión rusa de Ucrania es una violación de su integridad territorial y va en contra de la Carta de las Naciones Unidas. “Tengo la profunda convicción de que cuanto antes terminemos esta guerra, mejor”.
Guterres ha recalcado que Naciones Unidas ya ha pedido varias veces un alto el fuego para proteger a los civiles y facilitar un diálogo político para alcanzar una solución. “Hasta ahora, eso no ha sido posible. Hoy, en todo el Donbás, se está librando una violenta batalla con una gran cantidad muerte y destrucción. Muchos civiles están siendo asesinados, y cientos de miles de personas se encuentran en condiciones que amenazan su vida, atrapadas por el conflicto”, ha dicho el secretario general, quien también ha expresado su preocupación las reiteradas denuncias de violaciones del derecho internacional humanitario y y de posibles crímenes de guerra. “Requieren una investigación independiente para una efectiva rendición de cuentas”.
La máxima representación diplomática de las Naciones Unidas ha dicho que es necesario abrir con urgencia corredores humanitarios “realmente seguros y eficaces y que sean respetados por todos” para evacuar a los civiles. En este sentido, Guterres ha informado de que ha propuesto la creación de un Grupo de Contacto Humanitario, que aglutine a Rusa, Ucrania y las Naciones Unidas, “con el fin de buscar oportunidades para la apertura de corredores seguros, con cese local de las hostilidades, y garantizar que sean realmente efectivos”.
También se ha referido a la situación de la sitiada ciudad de Mariúpol, que ha definido como “una crisis dentro de otra crisis” y donde miles de civiles “necesitan urgentemente asistencia humanitaria para salvar sus vidas, y muchos de ellos, ser evacuados”.
Guterres ha asegurado que la ONU está dispuesta “a movilizar plenamente sus recursos humanos y logísticos para ayudar a salvar vidas en Mariúpol”. Ha propuesto que Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y las fuerzas ucranianas y rusas “trabajen de forma coordinada para permitir la evacuación segura de los civiles que quieran salir, tanto del interior de la planta de Azovstal como de la ciudad, en la dirección que elijan, y para entregar la ayuda humanitaria necesaria”. Las autoridades ucranianas dicen que más de 1.000 civiles están refugiados en la planta siderúrgica que se ha convertido en el último reducto de las fuerzas ucranianas en Mariúpol.
Guterres ha afirmado que la ONU está “muy interesada en encontrar vías para crear condiciones para un diálogo efectivo, para un cese al fuego lo antes posible, crear condiciones para una solución pacífica”.
Lavrov rechaza hablar de mediadores
Por su parte, en la rueda de prensa, Serguéi Lavrov ha dicho que Rusia está “interesada” en “colaborar” con la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para proteger a la población civil en Ucrania. El titular de Exteriores ruso ha señalado que Rusia y la ONU han creado un grupo de trabajo “con sede en Moscú”. “Los representantes de la ONU acuerdan medidas concretas que ayudan a preparar el envío seguro de ayuda humanitaria”.
Asimismo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso ha rechazado la propuesta de Kiev de celebrar conversaciones de paz en la ciudad portuaria ucraniana de Mariúpol y ha dicho que es “demasiado pronto” para hablar de mediadores en las negociaciones con Ucrania. “Hablar sobre mediadores en la fase actual, bajo mi punto de vista, es prematuro”, ha dicho Lavrov durante la rueda de prensa conjunta, tras lo que ha subrayado que la delegación ucraniana “no habló sobre la mediación como tal en las etapas anteriores de las conversaciones”.
Lavrov ha vuelto a acusar a la parte ucraniana de no estar interesada en las conversaciones de paz. Según ha indicado Moscú este martes, ambas partes continúan las negociaciones de manera telemática a nivel de grupos de expertos.
Primero Putin y luego Zelenski
Ante el enquistamiento de las negociaciones, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha decidido dar un paso al frente y tomar un papel más activo en busca de un alto el fuego. Tras reunirse el lunes en Ankara con Erdogan para agradecerle su papel mediador, se verá hoy en Moscú con Vladímir Putin. Tras esta visita a Rusia, Guterres viajará a Kiev para reunirse el jueves con Zelenski y su ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba.
Este es el primer viaje que realiza Guterres a los dos países desde que comenzara la invasión. Hasta el momento, la ONU ha fracasado en su intento de lograr aunque sea una tregua temporal o un acuerdo para que funcionen de forma segura los corredores humanitarios. La pasada semana, Guterres propuso a Putin y a Zelenski una “tregua de pascua” con ocasión de la pascua ortodoxa. Kiev aceptó, pero Rusia rechazó la propuesta.
El maratón diplomático de Guterres llega después de semanas de presión para que el máximo representante de Naciones Unidas esté más presente en los intentos de mediación en el conflicto. Hace unos días, un grupo de más de 200 personas que ocuparon cargos de relevancia en Naciones Unidas enviaron una carta a Guterres pidiéndole un mayor compromiso.
“Esperamos una mayor implicación política de la ONU en esta crisis”, señalaban en la carta. “Queremos ver una estrategia clara para restablecer la paz, empezando por un alto el fuego provisional, así como un despliegue del buen hacer de la ONU en la mediación y la resolución de conflictos”, escribían los autores que pedían “visitas a las zonas afectadas” y “un diálogo con las partes enfrentadas”.