Una investigación realizada por la agencia de noticias Associated Press (AP), y el programa 'Frontline' de la cadena PBS ha descubierto que el buque de carga Laodicea, propiedad de Siria, forma parte de una operación de contrabando controlada por Rusia que ha utilizado registros falsificados y subterfugios para robar grano ucraniano valorado en 530 millones de dólares (más de 534 millones de euros) y ayudar a financiar la maquinaria de guerra de Putin.
Los hechos se remontan al verano pasado, cuando el Laodicea atracó en el Líbano y varios diplomáticos ucranianos pidieron la incautación del barco a los funcionarios libaneses tras informar que este transportaba grano ucraniano robado por Rusia. Sin embargo, Moscú calificó las acusaciones de falsas, y el fiscal general del Líbano dio la razón al Kremlin y permitió la descarga de 10.000 toneladas de cebada y harina.
Para desvelar la operación, la agencia de noticias AP ha utilizado “imágenes satelitales y datos de transpondedores marinos para rastrear tres decenas de barcos que realizaban más de 50 viajes transportando grano desde las áreas ucranianas ocupadas por Rusia a puertos de Turquía, Siria, Líbano y otros países”. Los reporteros también han revisado las listas de embarque, publicaciones en redes y han entrevistado a varias personas involucradas en la operación.
La agencia señala que “el robo está siendo realizado por empresarios ricos y empresas estatales de Rusia y Siria, algunas de las cuales ya se enfrentan a sanciones en Estados Unidos y en la Unión Europea”. Expertos consultados por AP han informado que el hecho podría clasificarse como un “posible crimen de guerra” debido a que el ejército ruso ha atacado y destruido alimentos de varias instalaciones, granjas y silos controlados por Ucrania.
Según David Crane, un fiscal veterano preguntado por la agencia de noticias estadounidense, Rusia tiene “la obligación” de cuidar de los ciudadanos y de no privarlos “de su capacidad de sustento y de alimentarse a sí mismos”, y califica el robo como “puro pillaje y saqueo, y eso también es un delito perseguible según el derecho militar internacional”.
La agencia sospecha que el Laodicea comenzó su viaje en Melitopol, una ciudad situada al sur de Ucrania y que fue tomada por los rusos en los primeros días de la guerra. El alcalde de Melitopol, Ivan Fedorov, ha declarado a AP que “los rusos están moviendo grandes cantidades de grano de la región en tren y camión a los puertos de Rusia y Crimea”.
Sin embargo, el Kremlin ha negado estas declaraciones. A pesar de que la agencia de noticias rusa Tass informara en junio de que el grano ucraniano estaba siendo transportado a Crimea y que se esperaba enviarlo a clientes de Oriente Medio y África.
Más buques involucrados
Según AP, el buque Laodicea es uno de los tres barcos de carga a granel operados por Syriamar Shipping Ltd., una empresa coordinada por el gobierno sirio y sancionada por EEUU desde 2015 por sus vínculos con Bashar al Assad. La agencia de noticias ha realizado un seguimiento de 10 viajes realizados por los buques desde la costa ucraniana hasta los puertos de Turquía, Siria y Líbano.
Otra empresa relacionada con el contrabando es United Shipbuilding Corp., una contratista de defensa estatal rusa que construye buques de guerra, quien compró tres buques de carga, a través de Crane Marine Contractor, poco después de que Putin comenzara la guerra de Ucrania. Según AP, estos barcos “han realizado al menos 17 viajes entre Crimea y los puertos de Turquía y Siria”.
La agencia también obtuvo imágenes satelitales de otro barco llamado Mikhail Nenashev, donde se podía ver como cargaba grano en la terminal de Avlita en Crimea, para después descargar en un muelle turco propiedad de MMK Metalurji, un productor de acero.
Al ponerse en contacto con ellos, la compañía ha informado a la agencia que “según la declaración de aduanas y la declaración escrita que nos hizo la agencia de envío, el grano había sido cargado en el puerto ruso Kavkaz”. Sin embargo, AP informa que “el calado de Nenashev es demasiado profundo para atracar en el puerto de Kavkaz”.
Ami Daniel, CEO de la empresa de análisis de datos marinos Windward, dice que “la falsificación ilegal de la documentación es una táctica utilizada por los malos actores para disfrazar el origen de los bienes que están transportando, ya sea con el propósito de evadir sanciones, tráfico de bienes ilícitos u otros delitos”
El caso de Turquía
Antes de la invasión rusa, Ucrania era una de los principales exportadores de grano del mundo. Pero tras la guerra, debido a los altos precios, los agricultores ucranianos que residen en las zonas ocupadas se han visto obligados a vender sus cosechas a empresas controladas por Rusia por la mitad de lo que se habría pagado antes de la guerra, según informa a la agencia estadounidense Fedorov, el alcalde de Melitopol. También dice que los rusos tomaban igualmente el grano si el granjero se negaba a venderlo.
La sociedad ucraniana HarvEast sostiene que los rusos habían tomado alrededor de 200.000 toneladas métricas de grano ucraniano. El CEO, Dmitry Skornyakov, dice que para robar el grano lo llevan a “Rostov y Taganrog, pequeños puertos rusos, y lo mezclan con el grano ruso para decir que eso es grano ruso”.
Según la agencia de noticias, lo mismo ocurre en el mar. Daniel explica que las transferencias barco a barco son raras y que generalmente están vinculadas con el contrabando. “Cuando eres un país sancionado, tienes un mercado mucho más limitado”, dice a AP. “Así que si no mezclas tus cargas o si no ocultas tu origen, probablemente tengas un mercado mucho más pequeño y, por lo tanto, un precio mucho más bajo”.
La alta demanda de grano hace que sea fácil encontrar compradores, según informa a la agencia de noticias el profesor asistente y vicepresidente de educación económica de la Escuela de Economía de Kiev, Oleg Nivievskyi.
La situación de Turquía es delicada, pues el país ha tratado de desempeñar el papel de mediador entre los dos países desde el inicio de la guerra y ayudó a negociar un acuerdo entre Rusia y Ucrania para permitir la exportación de grano y fertilizantes a través de corredores seguros por el Mar Negro.
Sin embargo, la agencia de noticias AP y Frontline han encontrado indicios de que el propio Gobierno turco puede ser uno de los receptores de grano ucraniano. Ambos medios han rastreado viajes desde Crimea a Turquía realizados por buques de contrabando.
Las autoridades turcas se comprometieron a detener el contrabando ilegal, pero el ministro de asuntos exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, dijo en una conferencia de prensa de junio que su país no había encontrado ninguna evidencia de robo.
Sin embargo, no paran de aparecer evidencias de que la apodada “operación contrabando” sigue en activo. La semana pasada, la agencia de noticias y Frontline volvieron a analizar imágenes de un barco ruso atracando en la terminal de grano en el puerto ucraniano ocupado de Sebastopol.