Islandia estalla social y políticamente tras la implicación de su primer ministro en los papeles de Panamá
Los papeles de Panamá han provocado un nuevo estallido social y político en Islandia. La sociedad opaca que el primer ministro del país, Sigmundur David Gunnlaugsson, mantuvo en un paraíso fiscal ha motivado protestas multitudinarias frente al Parlamento de Reikiavik y el impulso de un voto de censura al máximo gobernante por parte de los cuatro partidos de la oposición: los socialdemócratas, el Partido Pirata, Izquierda Verdes y Futuro Brillante.
Esta medida política está avalada por las miles de personas que han pasado varias horas frente a la cámara legislativa islandesa. Al menos 10.000 personas, según cálculos de The Guardian, de una población de 330.000, han formado parte de las manifestaciones. Según medios locales, durante éstas se lanzaron yogures y huevos contra la sede parlamentaria.
El primer ministro y las Islas Vírgenes
La investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) sobre las sociedades offshore diseñadas por el bufete panameño Mossack Fonseca, y que en España publican El Confidencial y laSexta, muestran que Gunnlaugsson y su esposa, Sigurlaug Pálsdóttir, eran dueños de una sociedad de Islas Vírgenes Británicas llamada Wintris. En ésta tenían depositados casi cuatro millones de dólares en bonos en los tres principales bancos islandeses, que se hundieron en la crisis de 2008.
El primer ministro fue preguntado por primera vez por su sociedad opaca en las Islas Vírgenes durante una entrevista en televisión. La pregunta le descolocó tanto que se levantó de la silla y dejó a medias la charla con el periodista. Gunnlaugsson se disculpó por esta reacción e insistió posteriormente en que en ningún momento él o su mujer hicieron uso de esa firma para evitar pagar impuestos en Islandia.
Gunnlaugsson, líder del Partido Progresista, entró en el Parlamento islandés en 2009 y a finales de ese año vendió su 50% de participación en Wintris a su esposa por un dólar.
El Partido Pirata, el temor del Gobierno
Ante las protestas, Sigmundur David Gunnlaugsson, aseguró ante la televisión islandesa que no piensa dimitir y apostó por agotar la legislatura hasta la primavera de 2017.
Entre los motivos que llevarían a Gunnlaugsson a no adelantar las elecciones estaría la fuerza en las urnas que tendría el Partido Pirata. Según una encuesta de enero, la formación liderada por Birgitta Jónsdóttir lograría un 37,8% de los votos en unos hipotéticos comicios.
Un porcentaje que superaría a su principal rival, el Partido de la Independencia (centro derecha), que de acuerdo a los sondeos obtendría un 19,5% de respaldo. Incluso estaría por encima de una coalición entre estos últimos y la actual formación de gobierno, el Partido Progresista, que entre ambos obtendrían un 30,1%.
El voto de censura que pide la oposición
Poco después de aparecer el nombre del primer ministro y el de su esposa en los medios de todo el mundo, empezaron a arreciar las demandas de dimisión desde las filas opositoras.
El líder de la Alianza Socialdemócrata Árni Páll Árnason avanzó ya en ese momento el propósito de la oposición de plantear una moción de censura.
A través de su cuenta en la red social Facebook, la ex primera ministra islandesa Johanna Sigurdardóttir reclamó la dimisión de Gunnlaugsson al considerar que está en juego la credibilidad del país y que ha roto la confianza de la sociedad en el Gobierno.
Tras subrayar que los islandeses no tienen por qué avergonzarse de su gobernantes, la política socialdemócrata acusó al primer ministro de haber actuado de forma deshonesta al recurrir a un paraíso fiscal, decisión que desvela su falta de confianza en la economía y la moneda nacional.
También la líder del Partido Pirata, Birgitta Jónsdóttir, pidió su dimisión por haber arruinado la credibilidad del país.
Tras una legislatura de Gobierno socialdemócrata después del colapso económico del país en octubre de 2008, Gunnlaugsson llegó al cargo de primer ministro en 2013 con el apoyo del Partido de la Independencia, cuyo líder, Bjarni Benediktsson, actual ministro de Finanzas, también aparece en los papeles de Panamá.