Poco más de un año después de su creación, los líderes de la coalición progresista francesa Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) tratan de darle un segundo aire. Un “segundo acto de la Nupes”, de acuerdo con la expresión formulada por la ecologista Sandrine Rousseau durante los debates sobre la reforma de las pensiones en la Asamblea Nacional. Desde entonces, los cuatro partidos de la alianza (Francia Insumisa, Partido Socialista, Europa Ecología-Los Verdes y Partido Comunista) han repetido esta misma fórmula, cada uno aplicando su propia visión sobre el futuro de la coalición.
Aunque todas las formaciones de la Nupes se han opuesto en bloque a la impopular reforma de las pensiones de Emmanuel Macron, la coalición no siempre ha mostrado un frente unido. La estrategia de bloqueo parlamentario que Francia Insumisa (LFI) puso en marcha a base de enmiendas durante la primera lectura de la ley no gustó al resto de partidos –tampoco a los sindicatos–, que hubiesen preferido un mínimo debate sobre los primeros artículos y la organización de una estrategia común.
Por otro lado, los dos intentos de impulsar un referéndum sobre la ley presentados por los diputados progresistas fueron rechazados por el Consejo Constitucional. Y si la Nupes ha apoyado la movilización sindical, los líderes de las organizaciones de trabajadores han preferido mantener las distancias con los partidos políticos durante las movilizaciones masivas, la última el pasado 1 de mayo. El mismo escenario se prevé para el 6 de junio, en una nueva movilización contra la reforma de las pensiones.
Alianza para las legislativas
El acuerdo de fuerzas progresistas, forjado para las elecciones legislativas de 2022, permitió reforzar la presencia de todos los partidos de izquierda en la Asamblea Nacional: consiguieron 151 diputados. Su principal impulsor, Jean-Luc Mélenchon –que se quedó a las puertas de la segunda vuelta de la elección presidencial–, ha abogado desde entonces por la constitución de un grupo unitario en la Asamblea Nacional y la creación de una lista unificada para las próximas elecciones europeas de 2024, con su partido Francia Insumisa en el centro de la coalición.
Pero el resto de los partidos insiste en mantener su independencia, reticentes a una posición hegemónica de Mélenchon y su partido. En cuanto a futuros pactos electorales, empezando por las europeas, las perspectivas de una lista unificada son escasas. Desde Europa Ecología Los Verdes (EELV), la secretaria nacional, Marine Tondelier, se ha pronunciado repetidamente en contra, y prefiere que la alianza se quede en la Asamblea Nacional, abiertos a discutir un candidato común para 2027.
“En Francia, la unidad desde el principio es vital tanto para las elecciones legislativas como para las presidenciales”, dice a elDiario.es el historiador Gilles Candar, especialista en la izquierda francesa. “Para las elecciones europeas, por razones sociales (abstención popular) y políticas (representación proporcional), es menos necesaria. Sobre todo para los ecologistas, que suelen obtener excelentes resultados”, sostiene.
Algo más ambigua en sus declaraciones, la dirección del Partido Socialista (PS) consideraba recientemente que una lista común es “absolutamente imposible, de momento”, aunque no descartaba futuros pactos electorales. “Será una cita electoral complicada porque el PS podría querer aliarse con los ecologistas, pero para Europa Ecología-Los Verdes eso no tendría interés”, apunta Candar. “Y aunque socialistas y comunistas tengan ahora mismo una buena relación a nivel local, sus políticas europeas son muy diferentes, así que los militantes no entenderían una lista común de ambos”, opina.
Desde el Partido Comunista, su secretario nacional, Fabien Roussel, multiplica las declaraciones para distanciarse de la coalición, tanto en cuestiones concretas (como su apoyo a la energía nuclear) como al futuro de la Nupes. En una entrevista publicada en L'Express, Roussel calificaba a la Nupes de “obsoleta” y hacía un llamamiento a ampliar aún más las fuerzas de izquierda en la coalición, para incluir a los socialistas disidentes. Además, a diferencia de socialistas y ecologistas, Roussel descarta una candidatura común para la presidencial de 2027, cita electoral a la que aspira a acudir en solitario.
Los socialistas, divididos
En la Asamblea Nacional, la dinámica interna de algunos partidos de la coalición también complica los pactos y los objetivos comunes. El último congreso del Partido Socialista celebrado en Marsella en enero fue particularmente conflictivo, con una formación dividida en dos bloques: uno liderado por el secretario general Olivier Faure, muy favorable a la Nupes, y otro opuesto a la unión, en el que se encuentran el expresidente François Hollande, la alcaldesa de París Anne Hidalgo y la presidenta de la región de Occitania, Carole Delga. Aún más hostil, el exprimer ministro Bernard Cazeneuve, reacio a cualquier pacto con Mélenchon, ha abandonado el partido y creado una formación alternativa.
“Pasar, en pocos años, de ser un partido dominante a una formación política envejecida, debilitada y amenazada de desaparición en muchos órganos parlamentarios es necesariamente traumático y no ayuda al diálogo sereno”, dice el historiador Gilles Candar. “Además, las vacilaciones del Partido Socialista (y de la izquierda en general) sobre diversos temas vienen de lejos: cuestiones como el lugar de lo público, la política fiscal o la política educativa ya no son tan claras como en otras épocas, y son cuestiones que merecen un debate”, explica.
Una elección especial para decidir el escaño de la Asamblea Nacional correspondiente al departamento de Ariège ha trasladado las diferencias internas del PS a toda la coalición. Una candidata disidente apoyada por Hollande, Hidalgo y Delga eliminó en la primera vuelta a la candidata común de la Nupes, un resultado criticado duramente por Mélenchon. “Ahora sabemos, con pruebas electorales, que la ‘izquierda’ de Delga, Cazeneuve y compañía no es la verdadera izquierda. El precio que se ha pagado es alto”, escribió en su blog.
Tensiones dentro de Francia Insumisa
Francia Insumisa también ha atravesado tensiones en los últimos meses. La noche de las elecciones legislativas, Mélenchon pronunció un discurso con tono de despedida, pero casi un año después mantiene el control del partido. De hecho, la dirección se ha reestructurado en los recientes meses para que su círculo de colaboradores refuerce su poder, un movimiento muy criticado por otras figuras importantes del partido, incluyendo los diputados François Ruffin y Clémentine Autain, que podrían ser candidatos a la presidencial en 2027.
“Es complicado defender la democracia participativa y deliberativa cuando se observa el funcionamiento del partido, que es muy personalista y con un poder muy concentrado”, analiza Loïc Blondiaux, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne. Por otro lado, la reincorporación de Adrien Quatennens al grupo LFI en la Asamblea Nacional, del que fue excluido en diciembre por un caso de violencia machista, también ha creado un profundo malestar, tanto interno como en los socios de la Nupes.