La cuarentena de las personas expuestas al coronavirus se considera la piedra angular en la lucha contra la pandemia por su capacidad para romper las cadenas de transmisión. Para algunas voces expertas, su cumplimiento y las facilidades para poder seguirla son uno de los talones de Aquiles de la estrategia de pruebas y rastreo. Un análisis reciente examina las políticas de aislamiento de una veintena de países y territorios (incluye la ciudad de Nueva York), y concluye que en aquellos que han adoptado un paquete completo de medidas de apoyo a quienes se ponen en cuarentena –desde incentivos económicos a provisiones básicas, pasando por un control regular y estricto–, el nivel de cumplimiento del aislamiento es alto.
En concreto, destacan los ejemplos de países como Singapur y Corea del Sur, donde los contagios se han mantenido durante estos meses en niveles relativamente bajos si se comparan con otras partes del mundo, y también Nueva York, donde en estos momentos las infecciones parecen estabilizarse tras la explosión registrada desde finales de diciembre, pero vivió su segunda ola más tarde que Europa.
La comparativa, elaborada por un grupo de investigadores de la Universidad de Edimburgo (Escocia), se centra en el aislamiento de los casos sospechosos y confirmados de COVID-19, no en las medidas de cuarentena para los viajeros que llegan. La mayoría de los países analizados imponen en la actualidad la cuarentena obligatoria para estos casos. En Reino Unido y en la mayoría de los países europeos, entre ellos España, la duración es de 10 días, excepto en Dinamarca y Finlandia, donde es de 14 días, y en Francia, que la redujo a siete días. Todos los países asiáticos tienen aislamiento y cuarentena obligatorios durante 14 días.
“El aislamiento es un componente crucial del sistema de prueba y rastreo de cualquier país. No importa cuántas pruebas se efectúen, si la gente no se aísla o no es capaz de hacerlo, la transmisión continuará y no podremos contener el virus”, dice a elDiario.es Genevie Fernandes, investigadora experta en salud pública y una de las autoras del análisis. “En los países en los que la gente ha logrado cumplir la cuarentena, los gobiernos han proporcionado un paquete completo para apoyarla y permitirla”.
Bajas remuneradas y apoyo “práctico”
Los autores desgranan los diferentes tipos de medidas de fomento del aislamiento que se están adoptando en todo el mundo: financieras, prestaciones laborales, lo que denominan “apoyo práctico” y “apoyo integral”, y los controles del cumplimiento.
España se encuentra en el segundo grupo, por “dar una prestación distinta a la de la baja por enfermedad”. En nuestro país, las cuarentenas de trabajadores a causa de la pandemia son computadas como bajas asimiladas a accidente de trabajo, en lugar de bajas por enfermedad común, lo que aumenta la prestación que perciben los afectados (pasan a percibir el 75% de la base reguladora). En Francia, durante los 30 primeros días, los empleados perciben el 90% del salario bruto que habrían cobrado si hubieran continuado trabajando. En este mismo grupo entran un buen número de países que dan bajas por enfermedad remuneradas (Alemania, Austria, Italia, Noruega, Nueva Zelanda, Suecia, Reino Unido).
Sin embargo, matiza el informe, en este grupo de países solo pueden beneficiarse de estas prestaciones “quienes tienen estatus de empleados o cumplen un determinado nivel de ingresos”. Por ejemplo, dice, casi dos millones de trabajadores con salarios bajos en Reino Unido no tienen derecho a la baja por enfermedad reglamentaria de 95 libras semanales.
El informe recoge más ejemplos: Finlandia ofrece el 100% de la pérdida de ingresos sufrida durante el aislamiento. En Noruega, la cuarentena está cubierta por la baja por enfermedad, que asciende al 80% del salario. En Bélgica, se percibe el 70% de los ingresos medios más una asignación de 150 euros.
Hay varios países que brindan, además, apoyo “práctico”, según recoge el análisis. En Francia, las personas no están obligadas legalmente a aislarse, por lo que, el pasado diciembre, el Gobierno anunció que equipos sanitarios iban a hacer visitas a domicilio a quienes den positivo para aconsejarles que se aíslen, ofrecerles pruebas de antígenos a los convivientes, y proporcionarles ayuda extra, “como compras y comida si es necesario”. También está el caso de Países Bajos, donde los que se someten a aislamiento pueden ponerse en contacto con los ayuntamientos y la Cruz Roja para que les ayuden con comida, medicamentos y otras necesidades o con un alojamiento alternativo. En Dinamarca y Noruega, las autoridades locales pueden ofrecer alojamiento alternativo a quienes no puedan aislarse en casa.
Preguntada sobre la estrategia de España, Fernandes dice que el equipo no halló “ninguna muestra de incentivos económicos para el aislamiento, pero hay multas cuantiosas por violar estas normas”. “Las multas sin un apoyo adecuado y práctico pueden no ser efectivas para el cumplimiento. La falta de apoyo práctico, como un alojamiento alternativo o ayuda para la alimentación o incluso el cuidado de los niños, puede ser especialmente difícil para las familias con hijos, sobre todo las que tienen trabajos mal pagados y de la economía informal”.
Ayudas económicas
En el primer grupo, los que dan una ayuda económica puntual para las personas que se someten a aislamiento (tanto en casos sospechosos como confirmados), hay varios países. Entre ellos está Reino Unido, donde el Gobierno, presionado por la opinión pública, empezó a ofrecer a finales de septiembre ayudas de 500 libras para fomentar que las personas con bajos ingresos se aíslen. Sin embargo, solo podían optar a ellas trabajadores (también autónomos) que cumplían una serie de requisitos, entre ellos no poder trabajar desde casa y perder ingresos como resultado de la cuarentena, así como recibir ya prestaciones. Se calcula que tres cuartas partes de las solicitudes han sido rechazadas.
En Australia, los trabajadores del estado de Victoria pueden solicitar una prestación de 450 dólares, con el objetivo de proporcionar ayuda económica mientras se aíslan a la espera de los resultados de la prueba de COVID-19. Quienes reúnen los requisitos en Australia del Sur también pueden acceder a una ayuda de 300 dólares. Mientras, Taiwán y Singapur compensan por cada día de aislamiento: con 35 y 100 dólares, respectivamente.
Medidas integrales
Singapur brinda este apoyo financiero a todas las personas que necesiten aislarse, “independientemente de cualquier criterio de elegibilidad”, recoge el informe. Lo mismo ocurre en Corea del Sur, uno de los países más destacados en el análisis –y elogiado mundialmente por su respuesta eficaz a la pandemia–. Allí, las personas en cuarentena reciben una ayuda económica de 374 dólares, y a los viajeros internacionales se les da alojamiento y comidas pagados, explican los investigadores. Además, en Corea del Sur, las personas en cuarentena reciben artículos de primera necesidad y kits sanitarios (alimentos, bebida, suministros médicos...) por valor de unos 60 dólares, y se proporcionan instalaciones de cuarentena a quienes no pueden aislarse en casa.
Corea del Sur forma parte del grupo de territorios que han adoptado un enfoque “integral” para favorecer el aislamiento. También es el caso de Taiwán, donde, además de la ayuda, las autoridades locales también ofrecen servicios de transporte, atención médica y servicios domésticos, “incluyendo alojamiento para personas sin residencia, reparto de comida, recogida de basura”.
Por su parte, Nueva York cuenta con paquetes “Take Care” del Gobierno local, con el apoyo de las organizaciones vecinales, para ayudar a los casos positivos y a los contactos cercanos a aislarse. Se ofrecen estancias voluntarias en hoteles, de forma gratuita, y se proporciona transporte de ida y vuelta. También se proporciona alimentación, medicación, cuidado de mascotas o atención social.
Control y niveles de cumplimiento
Por otro lado, el informe recoge las estrategias de control de los países, como los controles telefónicos y físicos por parte de los organismos locales de salud pública, con el apoyo de la policía. A excepción de Francia, en la mayoría de los países se imponen multas por incumplimiento de las directrices y normas de aislamiento.
Corea del Sur, Singapur y Taiwán recurren a llamadas de control diarias por parte de los organismos sanitarios locales y a la tecnología digital, como los controles por videollamada, las aplicaciones de geolocalización basadas en teléfonos móviles y las imágenes de Circuito Cerrado de Televisión para controlar el cumplimiento de la cuarentena.
Los datos disponibles sobre el cumplimiento de la cuarentena son, sin embargo, “limitados”, según el análisis. En Reino Unido, por ejemplo, el 18% se sometió al aislamiento (los que no salieron de casa para nada), según un estudio de 42.127 respuestas de 31.787 participantes en el país del 2 de marzo al 5 de agosto de 2020. El menor cumplimiento estaba asociado con ser más joven y tener un grado socioeconómico más bajo. Entre los participantes sintomáticos que habían salido de casa, el 11% dijo que lo había hecho “para ir a trabajar”.
En Países Bajos, las últimas encuestas rutinarias informan de una adherencia al aislamiento del 44% (cuando los individuos con síntomas no salían de casa). En Noruega, se informa de unos niveles de cumplimiento del 65% y del 72% en hombres y mujeres con un diagnóstico confirmado o sospechoso de COVID-19, con datos de agosto a octubre de 2020.
“La adherencia a las recomendaciones para las pruebas y el uso de la cuarentena fueron menores de lo esperado en un país con alta confianza en el gobierno, y el nivel educativo, la edad, el género o el condado de residencia no influyeron en gran medida en la adherencia”, dicen los investigadores.
En Corea del Sur, la mediana del número de individuos en cuarentena al día fue de 36.561, con datos de marzo a junio de 2020. La tasa mediana de incumplimientos era de 1,6 por cada 10.000 personas en cuarentena, lo que equivale a un cumplimiento superior al 99%.
“Dado el estricto control de las personas en cuarentena en Corea del Sur, podríamos suponer un alto nivel de cumplimiento del aislamiento”, recoge el análisis. Los datos de la ciudad de Nueva York también apuntan a altas tasas de cumplimiento del aislamiento. Los equipos de rastreo de la ciudad localizan aproximadamente al 80% de las personas en su casa y el cumplimiento “está aumentando”.
Para los investigadores de la Universidad de Edimburgo, una de las conclusiones es que los países deben considerar un paquete completo de apoyo a la cuarentena, poniendo el ejemplo de Corea del Sur, Taiwán y Singapur, con incentivos financieros, apoyo práctico que incluye provisiones de comida entregadas por los gobiernos locales, y la aplicación legal y las sanciones. “El cumplimiento de la cuarentena es alto en estos países. La ciudad de Nueva York es otro ejemplo de alto cumplimiento del autoaislamiento”.
Según el informe, “es necesario mejorar el control del cumplimiento”. En varios países de la UE y en Reino Unido, el personal de salud pública hace controles telefónicos, mientras que la policía hace controles físicos. “Esto puede ir en contra de la carga de trabajo existente para la policía, especialmente en las áreas que tienen restricciones continuas y necesitan supervisión”. Las autoridades locales de salud pública y gubernamentales “deben estar autorizadas y recibir ayuda para llevar a cabo una supervisión” en la que “ofrezcan asesoramiento y apoyo práctico, se pongan en contacto a las personas con las organizaciones comunitarias locales y controlen el cumplimiento”. Esto, además, debe ser supervisado “de forma rutinaria junto con encuestas regulares e investigación para entender los incentivos y las barreras”.