La oposición bielorrusa congrega a miles de personas contra Lukashenko por tercer domingo consecutivo

Efe / Nasta Zajarévich

Moscú —
30 de agosto de 2020 19:25 h

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Miles de personas se han manifestado este domingo en Minsk “por la paz y la independencia”. Tras el apoyo explícito del Kremlin a Lukashenko, la oposición ha mantenido así el pulso que mantienen con el presidente tras las elecciones del pasado 9 de agosto, en las que fue declarado ganador, pero que consideran fraudulentas.

“Mire cuántos somos. No les quedará más remedio que admitir que han perdido. Y cuanto antes, mejor”, indica un joven en declaraciones a Efe, que sonríe al mirar la multitud interminable reunida en la Plaza de la Independencia, en el centro de la capital de Bielorrusia, por tercera semana consecutiva.

La manifestación se convirtió en una ofrenda especial para el mandatario en su aniversario 66: entre las pancartas se podía leer “¡Sal, Sahsa! (diminutivo de Alexandr) ¡Vinimos a felicitarte” y “¡Feliz cumpleaños! ¿Te gusta nuestro regalo?”

Horas antes, el mandatario bielorruso sostuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin -el número de estas se ha incrementado considerablemente durante las últimas semanas-, quien le felicitó por su cumpleaños.

Esta llamada se efectuó días después de que Putin admitiese tener una reserva de uniformados dispuestos a intervenir en Bielorrusia a solicitud de Lukashenko en caso de emergencia. Pero esta amenaza no amilanó a los opositores: en esta ocasión, según constató Efe, la convocatoria fue comparable a la del domingo anterior, cuando acudieron a la manifestación más de 100.000 personas, hecho que confirmó el canal de Telegram opositor Protesti v Mire (Protestas en Paz).

Marchar pese a cualquier obstáculo

Cuando los opositores comenzaron a reunirse en columnas para marchar en dirección de la sede del mandatario, los agentes del orden, que contaron con un gran despliegue de carros, coches y efectivos, no solo exigieron a la multitud que se marchase, sino que interrumpieron el paso de los opositores con vallas, vehículos y cadenas policiales, ante lo cual las columnas se vieron obligadas a dar rodeos por la ciudad.

Con todo, la marcha arrancó con miles de personas, a las cuales se fueron sumando gente de diversos barrios de la capital que demoraron en llegar debido al cierre de las cuatro estaciones de metro más cercanas al recorrido anunciado por la oposición.

“Estoy aquí para expresar mi posición política”, asegura a Efe Alexei, un joven uniformado de 25 años que ocho días después de las elecciones solicitó su baja de las fuerzas de Interior.

La policía, que ha sido acusada a lo largo de estas tres semanas de un uso arbitrario de la fuerza y de acosar a periodistas, no tardó en comenzar las detenciones: en algunos casos la multitud trató de evitar los arrestos e incluso se fue de las manos con los agentes del orden.

La portavoz del Ministerio del Interior, Olga Chemodánova, informó de que poco después del inicio de la marcha “una multitud se abalanzó contra un coche de la policía y lo dañó”, mientras que los agentes detuvieron a 125 manifestantes “por su participación en protestas masivas no autorizadas”.

Los uniformados formaron filas para bloquear a los manifestantes, algo que lograron en varias ocasiones, pero en otras fueron empujados por la multitud que los superaba en número entre gritos de “¡Cómo no les da pena! ¡Vergüenza! ¡Este es nuestro país! ¿Qué hacen?”

Pese a los esfuerzos de la policía, el grueso de los manifestantes lograron acceder a la Plaza de la Independencia, donde permanecieron pese a la lluvia que comenzó a arreciar y la llegada de siete blindados artillados con ametralladoras.

Cuando los opositores comenzaron a retirarse, calados hasta los huesos por la lluvia de agosto, lo hicieron con la satisfacción de haber obligado al mandatario a exhibir, una vez más, la fuerza militar bruta ante una multitud desarmada y pacífica que defiende sus derechos.