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Biden se aparta, y se abren posibilidades de frenar a Trump

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Hola, ¿qué tal estás? Este domingo ha terminado con una noticia agónica, pero esperada: la renuncia de Joe Biden a la carrera presidencial. El debate del mes pasado con Donald Trump fue demoledor. Evidenció todas las costuras que se intuían en los últimos años sobre las capacidades físicas del presidente de EEUU para afrontar una campaña electoral y para permanecer otros cuatro años en la Casa Blanca. 

Y no sólo eso: si los demócratas no presentan una candidatura consistente, el Despacho Oval pasará a ser ocupado de nuevo por Donald Trump, con las consecuencias para el resto del mundo que eso puede acarrear. 

Biden abre la puerta a frenar a Trump

Biden ya no podía con Trump. Hace cuatro años lo sacó de la Casa Blanca, y le sentó tan mal al republicano que alentó la toma del Capitolio y todo tipo de bulos sobre el recuento y el resultado electoral. 

Esto ya no va de más o menos liberalismo o más o menos multilateralismo. Esto va de valores democráticos o de asaltar el Capitolio y destrozar las dependencias de los congresistas. Esto va de aceptar las reglas del juego o esparcir sospechas sobre los procedimientos democráticos. Y el estado de Biden, puesto en evidencia tras el debate con Donald Trump, suponía una autopista para el ex presidente, propulsado tras la convención republicana celebrada dos días después del disparo recibido en su oreja derecha el fin de semana pasado mientras participaba en un acto electoral en Pensilvania. 

La decisión de Biden de renunciar a una carrera presidencial que se le estaba poniendo imposible no sólo tendrá consecuencias en EEUU en cuanto a la atención sanitaria de las personas desaparecidas, las ayudas públicas y la cohesión social. También tendrá consecuencias fundamentales en el resto del mundo: Netanyahu tendrá un aliado aún más fuerte en la Casa Blanca para su masacre en Gaza, del mismo modo que Zelenski puede ver reducido sus apoyos frente a Putin, así como la UE pasará de tener un aliado a tener un rival y la participación de EEUU se verá reducida en organismos multilaterales como la ONU, y está por ver qué pasará con la OTAN.

La decisión de Biden tendrá consecuencias para todo el mundo, porque es condición de posibilidad de que Donald Trump fracase en su intento de recuperar la Casa Blanca.

¿Será Kamala Harris la sucesora?

Ha sido señalada por Biden y ella quiere. Pero la decisión final no depende de ninguno de los dos. Biden no puede obligar a sus delegados a votar por ella. Los más de 3.800 delegados que había conseguido el presidente durante el proceso de primarias ahora quedan libres, pues solo tenían el compromiso con él. La cuestión ahora es si alguno de los nombres que se han barajado estos días como posibles sucesores saldrán a disputarle la candidatura a Harris, o bien lucharán para hacer tándem con ella.

La renuncia de Biden deja un escenario abierto donde, de momento, existen dos futuros posibles. El primero y el más sencillo sería que el partido cerrara filas en torno a Harris en un momento en que los demócratas están en crisis. Esto no sería descartable después de ver la demostración de fuerza que hizo Donald Trump durante la Convención Republicana. El Partido Republicano está más unido que nunca (porque el expresidente anula la crítica y los disidentes) mientras que parece que los demócratas se están deshaciendo como un terrón de azúcar.

La segunda opción sería un proceso abierto para elegir el candidato del Partido Demócrata para el próximo 5 de noviembre. La expresidenta de la Cámara de los Representantes Nancy Pelosi, quien se ha encargado de liderar las presiones para que Biden renunciara, es una de las voces que se ha mostrado favorable a este tipo de votación. Según publica Politico, el pasado 10 de julio Pelosi comentó con otros demócratas de California que creía que un proceso no competitivo alejaría a los votantes. Mientras que uno competitivo movilizaría a más gente, además de que transmitiría la imagen de un proceso más democrático. 

Aun así, para que se produzca un proceso abierto es necesario que otro candidato se postule a disputarle el ticket electoral a Harris. Esto dependerá de como se desarrollen los siguientes días, pero antes de que Biden se retirara, ya había un amplio abanico de nombres que podían sustituirlo aparte de la vicepresidenta. Entre ellos hay la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, el gobernador de California, Gavin Newsom, así como J.B Pritzker, gobernador de Illinois, y Andy Beshear, de Kentucky. 

¿Y quién es Kamala Harris?

La mayor parte de su carrera, Harris ha sido fiscal, primero de San Francisco y luego de todo el estado de California, explica María Ramírez en un completísimo perfil. Ella fue la primera mujer elegida como fiscal general. Los interrogatorios, frecuentes en el Senado de Estados Unidos, por las investigaciones y audiencias continuas, la han hecho famosa y han cincelado su imagen desde que fue elegida en 2016. Entonces fue la única senadora negra y la segunda en toda la historia del país. 

Harris llegó a la vicepresidencia con una imagen de mujer combativa todavía poco frecuente en la política de Estados Unidos, un país en que hace una década Michelle Obama era caricaturizada como “una mujer negra enfadada” y donde Hillary Clinton luchaba constantemente por suavizar su imagen (uno de los momentos que la ayudó en las primarias demócratas de 2008 que acabó perdiendo fue cuando se le saltaron las lágrimas en un acto electoral). 

A ella no le gusta la comparación, pero en algunos aspectos, Harris se parece a Barack Obama, con quien mantiene una relación estrecha desde que él se presentó al Senado en 2004. Uno de los puntos que tienen en común es una experiencia personal más multicultural e internacional que la mayoría de sus colegas en Washington. 

Harris nació en Oakland, en el norte de California, de padres inmigrantes, profesores universitarios. En los años 50, su padre emgró de Jamaica y su madre, del sur de la India, y se conocieron como estudiantes en Berkeley. Su madre, Shyamala Gopalan, fue la que educó casi en solitario a sus dos hijas, Kamala y Maya, tras divorciarse cuando ellas eran pequeñas, y llegó a ser una reputada investigadora del cáncer de mama. Las tres vivieron también en Montreal, en Canadá, por el trabajo de la doctora en un hospital allí. 

Como Obama, Harris tiene una identidad racial más compleja que la de otros afro-americanos: su madre era india, aunque en los años 60 había poca sutileza en California y la consideraban negra. Harris la define ahora como “brown” (“marrón”, el adjetivo que se utiliza a menudo en Estados Unidos para incluir a latinos, asiáticos y otras personas de distintos orígenes dentro de la compleja diversidad racial del país).

Más allá de su historia personal, lo que Harris también tiene en común con Obama es su moderación y su pragmatismo político. Como Biden, Harris se identifica más con el centro del partido. En algunos asuntos ha modificado sus posiciones hacia la izquierda por la influencia de políticos como Bernie Sanders y Elizabeth Warren, pero no aspira a la revolución. “No estoy intentando reestructurar la sociedad. Sólo estoy intentando atender a los asuntos que despiertan a la gente en mitad de la noche”, dijo en una entrevista en el New York Times durante su campaña en las primarias.

Todo pasa ya por la derecha en Europa

La derechización de Europa tendrá consecuencias en la agenda política. El aumento del poder de las fuerzas conservadoras en los gobiernos tiene una traslación directa en la composición de la Comisión Europea, que está formada a partir de las propuestas de las capitales, y del Consejo de la UE, que es donde están directamente representados. Y hasta ahora había una suerte de cortafuegos: el Parlamento Europeo. 

La institución es uno de los colegisladores de la UE y salvo excepciones, como la polémica ley de restauración de la naturaleza, ha defendido históricamente posiciones más ambiciosas y progresistas que la Comisión Europea y el Consejo de la UE. En su funcionamiento diario, además, en la anterior legislatura había una mayoría que podía sortear las posiciones más conservadoras del Partido Popular Europeo.

Socialistas, liberales, verdes y la izquierda sumaban en la anterior legislatura 343 eurodiputados, que si faltaban eurodiputados o se producían fugas de otros grupos –incluidos los No Inscritos, que en la pasada legislatura eran 63 diputados, con delegaciones grandes como el M5S, por ejemplo–, podían impulsar y sacar adelante algunas iniciativas al margen de la derecha. Eran los liberales los que tenían la llave y los que actuaban como partido bisagra: Renew Europe podía decantar la balanza hacia las fuerzas progresistas o hacia la derecha –con la que más habitualmente solía votar–. 

Esa posición ‘central’ se ha desplazado ahora hacia la derecha y es el Partido Popular Europeo el que aritméticamente podrá variar el equilibrio de fuerzas. La mayoría que forma la coalición estable (populares, socialistas y liberales) suma 401 votos, ampliables a 454 si Los Verdes, como han mostrado intencionalmente, se incorporan, como sucedió en la votación de la reelección de Ursula von der Leyen. Esa situación haría que el grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR) que integran partidos como el de la ultraderechista Giorgia Meloni pueda no tener la relevancia que inicialmente se pensó que tendría esta legislatura por la tentación de los populares de replicar a escala europea las alianzas que tiene con estas fuerzas a escala estatal, regional y local. 

No obstante, los 188 eurodiputados populares pueden armar una alternativa con las tres fuerzas de extrema derecha, con las que suman 375 de los 720 escaños de la Eurocámara, que seguramente se formará como mayoría de bloqueo de iniciativas progresistas –como la de hacer un debate sobre la masacre en Gaza, rechazado por las derechas y extremas derechas este miércoles–.

La semana por delante

LUNES

🇺🇸 ðŸ‡®ðŸ‡± El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, inicia una visita a Washington. Netanyahu se dirigirá el miércoles a una sesión conjunta del Congreso.

🇺🇸 La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, testifica en un comité del Congreso de EEUU en relación al intento de asesinato del expresidente Donald Trump.

MARTES

🇲🇦 El rey Mohamed VI de Marruecos cumple 25 años en el trono.

MIÉRCOLES

🇺🇸 l primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, interviene ante las dos cámaras del Congreso estadounidense.

🇬🇧 Primeras preguntas parlamentarias a Keir Starmer como primer ministro.

JUEVES

🇻🇪 Concluye la campaña de las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela.

🇪🇸 ðŸ‡ºðŸ‡¸ El Tribunal Europeo de Derechos Humanos hace pública su decisión sobre el recurso presentado por David Couso, hermano del cámara José Couso, contra la decisión de la Justicia española de archivar el caso por su asesinato en 2003 a causa de los disparos del Ejército de EEUU.

VIERNES

🇫🇷 Ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París (hasta el 11 de agosto).

DOMINGO

🇻🇪 Elecciones presidenciales en Venezuela.

Hasta la semana que viene ðŸ‘‹ðŸ»

Andrés

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Y no sólo eso: si los demócratas no presentan una candidatura consistente, el Despacho Oval pasará a ser ocupado de nuevo por Donald Trump, con las consecuencias para el resto del mundo que eso puede acarrear.