El cuerpo del duque de Edimburgo será desplazado en un Land Rover diseñado por él mismo para su funeral, que se celebra este sábado en Windsor con 30 invitados seleccionados por Isabel II, que estarán sujetos a las restricciones por la pandemia, según ha confirmado la Casa Real.
El palacio de Buckingham, residencia de la familia real, informó que Isabel II acudirá al servicio junto con una asistente en un vehículo (Bentley) oficial, aunque se sentará sola en la capilla de San Jorge (Windsor) durante la ceremonia para cumplir las medidas de distanciamiento social. En la capilla, todos los presentes llevarán mascarilla y se sentarán a dos metros de distancia de quien no sea conviviente o parte de su burbuja de apoyo. El esposo de la reina falleció el pasado día 9 a los 99 años.
También ha trascendido que los miembros de la realeza no vestirán, como es tradición, sus uniformes militares. Esa medida pretende evitar que el duque de Sussex sea el único familiar no uniformado, ya que perdió sus títulos militares –como el de capitán general de los Marines, heredado de su abuelo paterno en 2017– al abandonar sus funciones como miembro de la realeza en 2020.
Esta decisión también aplacaría una disputa interna en palacio sobre si el Duque de York debería poder llevar el uniforme de almirante, un rango al que Andrés, de 61 años, iba a ser ascendido cuando cumpliera 60 años, según informa The Guardian. El ascenso fue aplazado a raíz de su entrevista en Newsnight sobre su amistad con Jeffrey Epstein, el millonario condenado por tráfico de menores.
Entre los 30 invitados –un reducido número de los 800 que hubieran participado en un contexto sin coronavirus– figuran la duquesa de Cornualles, esposa del príncipe Carlos; los nietos del duque junto con sus esposos y esposas; los hijos de Margarita, la fallecida hermana de la reina; tres de los familiares alemanes del duque –Bernhard, príncipe heredero de Baden, el príncipe Donatus y el príncipe Felipe de Hohenlohe–Langenburg– y la condesa de Mountbatten, gran amiga del esposo de Isabel II.
“En el fondo se trata de un evento familiar. Seguimos las normas de la COVID-19 y, como hay un límite, su majestad quiso asegurar que quedaban cubiertas todas las ramas de la familia del duque y ha tenido que tomar algunas decisiones muy difíciles”, ha afirmado este jueves un portavoz del palacio de Buckingham.
No estará la duquesa de Sussex, Meghan Markle, embarazada de su segundo hijo con el príncipe Harry, que no ha volado desde Estados Unidos siguiendo consejos médicos. Tampoco estarán los 10 biznietos del duque.
Se ha corroborado también que el duque de Cambridge y su hermano, el duque de Sussex, no caminarán juntos durante el cortejo, sino que estarán separados por su primo Peter Phillips, el hijo de la princesa Ana, mientras avanzan en línea tras el coche fúnebre. Según informa The Guardian fue Isabel II quien tomó esta decisión. Dentro de la capilla, mientras un grupo de portadores de la Marina Real llevará el féretro al catafalco, Guillermo caminará junto a Peter Phillips, y por delante de Harry.
Un coche fúnebre diseñado por el propio duque
Este jueves se ha podido contemplar por primera vez el automóvil que transportará el cuerpo del duque, un Land Rover adaptado por él mismo, que se ha ido modificando a lo largo de casi dos décadas.
El vehículo de estructura angular, modelo Defender TD5 130, fue retocado por última vez en 2019, cuando el esposo de Isabel II cumplió 98 años, aunque lo empezó a idear en 2003, cuando cumplió 82.
Él mismo solicitó que se cambiara el color original de la carrocería –el llamado verde Belize– por un verde bronce oscuro, el tono empleado por muchos todoterrenos militares. El consorte de la monarca también diseñó la sección abierta en la que yacerá su ataúd y requirió bujes verdes, rejilla frontal negra y que no llevara matrícula.
El príncipe dispuso en vida cómo distribuir algunas de sus muchas insignias reales, que adornarán el altar. Entre ellas, medallas y condecoraciones que le fueron asignadas por el Reino Unido y países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), junto con la insignia alada de la Real Fuerza Aérea (RAF) o el bastón del mariscal de campo, posicionadas sobre nueve cojines en el altar.
Pidió expresamente que figurara una insignia de Dinamarca y Grecia –Orden del Elefante y Orden del Redentor, respectivamente–, en un guiño a su infancia como príncipe de Grecia y Dinamarca.
“Habrá nueve cojines con insignias colocados alrededor del altar en la capilla de San Jorge de Windsor”, ha confirmado este jueves Stephen Segrave, secretario del organismo llamado Central Chancery of the Orders of Knighthood, encargado de los honores reales.
En este caso, “representan órdenes y decoraciones británicas y de la Commonwealth y el cojín final con las órdenes de Grecia y Dinamarca, por razones obvias”, ha precisado Segrave, quien ha recordado que el duque recibió “61 condecoraciones y reconocimientos de 53 países diferentes, con lo que simplemente no ha habido espacio para exhibirlos todos en el funeral”.
Los planes para la ejecución del servicio, la denominada Operación “Forth Bridge”, llevan siendo supervisados desde hace años y han sido regularmente actualizados y revisados por personal del palacio de Buckingham en consulta con la reina y el propio duque.