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La liberación de un condenado por asesinato en el canje de prisioneros con Moscú desata la controversia en Alemania

El canciller alemán, Olaf Scholz, habla con la prensa sobre el intercambio de prisioneros en Colonia.

EFE / elDiario.es

2 de agosto de 2024 17:24 h

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Tras un histórico intercambio de prisioneros entre Rusia y varios países occidentales, diversas voces en Alemania han expresado la preocupación de que el acuerdo anime al Kremlin a realizar más detenciones de carácter político y critican la entrega por parte de Berlín a Moscú de un asesino condenado, Vadim Krásikov.

“A veces por motivos de humanidad hay que hacer un trato con el diablo”, ha defendido el intercambio el jefe de la Comisión de Exteriores del Bundestag (Cámara Baja), Michael Roth, del gobernante partido socialdemócrata, en la red social X.

El propio canciller, Olaf Scholz, admitió este jueves al recibir a un grupo de ciudadanos alemanes y rusos liberados que la decisión de soltar a Krásikov, condenado a cadena perpetua en Alemania por el asesinato de un opositor georgiano-checheno en el corazón de Berlín y considerado como una de las piezas clave del canje, fue “difícil”.

La antigua Alemania occidental cuenta con un largo historial de canjes de espías en el marco de la Guerra Fría, pero, según han destacado este viernes varios expertos, entre ellos el exjefe de los servicios secretos August Hanning, se trata de la primera vez que Berlín accede a liberar al autor condenado de un asesinato.

Los familiares de la víctima de Krásikov, el refugiado político Zelimjan Jangoschvili, han expresado su dolor ante su puesta en libertad a través de su abogada, Inga Schulz. “Ha sido una noticia demoledora para nosotros. Por una parte estamos contentos de que se salve la vida de alguien. Pero al mismo tiempo estamos muy decepcionados por el hecho de que en el mundo al parecer no haya justicia, ni siquiera en los países en los que la ley sea supuestamente la máxima instancia”, han trasladado a EFE a través de su representante.

“Regusto amargo”

Scholz ha dicho que la decisión de liberar a Krásikov fue tomada con la aquiescencia del jefe de la oposición democristiana. Sin embargo, la Unión Cristianodemócrata de Alemania (CDU) ha criticado duramente la liberación del agente ruso.

“No podía imaginarme que dejaríamos en libertad a un criminal tan grave tras haber cumplido tan pocos años”, ha dicho en la radio Jürgen Hardt, uno de los portavoces de Exteriores del partido, que ha dicho que teme que el Kremlin redoble a partir de ahora los “chantajes” con más “detenciones injustificadas”. Ha argumentado que se trata de un “éxito propagandístico” del presidente ruso, Vladímir Putin, con el que podrá inspirar confianza en sus acólitos en momentos de incertidumbre.

La rama alemana de la ONG Amnistía internacional (AI) ha hablado por su parte del “regusto amargo” de un trato que podría animar al Kremlin a hacerse con más fichas de canje. “Un asesino y otros criminales, condenados en un proceso justo, quedan en libertad a cambio de personas que solo han ejercido su derecho a la libre expresión. El intercambio de prisioneros se convierte así en un paso hacia una mayor impunidad”, ha declarado el vicesecretario general de AI Alemania, Christian Mihr.

El propio fiscal general del Estado alemán, Jens Rommel, se había negado según diversos medios a la decisión del Gobierno de poner en libertad a Krásikov, a la que no allanó el camino un indulto presidencial, sino un escrito del ministro de Justicia que instaba a renunciar a la ejecución de la pena.

“Alemania se ha dejado chantajear con éxito”

“El trato seguramente sea de celebrar desde el punto de vista humanitario. Pero Occidente y Alemania se han dejado chantajear con éxito”, explica a EFE Frank Umbach, del Centro de Seguridad Avanzada y Estudios Estratégicos y de Integración de la Universidad de Bonn.

Umbach apunta que la detención de algunos de los alemanes intercambiados como Rico Krieger –arrestado por espionaje en Bielorrusia el pasado otoño–, tuvo lugar después de que hubieran fracasado otros intentos por parte de Moscú de liberar a Krásikov. “La condena a muerte (de Krieger), que solo se conmutó un día antes del intercambio de prisioneros, fue una extorsión máxima al Gobierno alemán, que desde el punto de vista ruso ha funcionado”, señala.

Para el docente de Estudios de Europa Oriental de la Universidad de Bielefeld Alexéi Tijomirov, Putin tenía la “ambición” de liberar al agente Krásikov, ya que se guía por las “leyes de venganza y de lealtad” del Servicio Federal de Seguridad (FSB) del que procede. Tijomirov dice que el presidente ruso pretende mostrar al mundo su capacidad de imponerse por encima del derecho internacional, con la liberación de un sicario que encaja en su visión del mundo de amigos y enemigos de Rusia, en la que pasa a ser un “héroe y patriota”.

Rusia reconoce que era agente del FSB

El Kremlin ha admitido en rueda de prensa que Vadim Krásikov es un miembro del Servicio Federal de Seguridad (FSB). Krásikov, al que Putin abrazó al descender de la escalerilla del avión tras aterrizar en Moscú, fue compañero de varios guardaespaldas del presidente.

Fue “integrante del grupo de élite 'Alfa' del FSB, en el que sirvió con algunos miembros del cuerpo de seguridad del presidente. Desde luego, ellos le dieron la bienvenida anoche”, ha explicado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Moscú estaba muy interesado en su liberación Putin defendió el asesinato perpetrado por Krásikov al afirmar que había cumplido con su deber patriótico al eliminar a un criminal vinculado con la guerrilla separatista chechena. Krásikov debió haber sido intercambiado en febrero pasado por el fallecido líder opositor ruso, Alexéi Navalni, pero Putin torpedeó en el último momento el canje, según los colaboradores del político.

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