Crisis diplomática entre Irak y Suecia por autorizar la quema del Corán en una protesta en Estocolmo

elDiario.es

20 de julio de 2023 12:18 h

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El Gobierno iraquí ha decidido retirar a su encargado de negocios en Suecia y ha pedido a la embajadora de este país en Bagdad que abandone Irak, en protesta por la autorización de la quema de copias del Corán en Estocolmo, ha informado la Agencia EFE.

Bagdad ha enviado “una solicitud a la embajadora sueca en Bagdad para que abandone el territorio iraquí, en respuesta a la repetida autorización del Gobierno sueco para quemar el noble Corán, insultar las santidades islámicas y quemar la bandera iraquí”, según un comunicado oficial.

Asimismo, ha decidido suspender la licencia para que la empresa sueca Ericsson Telecom opere en territorio iraquí, tal y como ha anunciado el jefe de la Autoridad de Medios y Comunicaciones de Irak, Ali al Moayed, citado por EFE.

“La decisión es en respuesta a la autorización por el Estado de Suecia de la quema del sagrado Corán y de la bandera iraquí”, ha destacado en un comunicado oficial.

Las medidas fueron adoptadas por las autoridades, horas después de que cientos de manifestantes, simpatizantes del influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, asaltaron y prendieron fuero a las instalaciones de la Embajada sueca en la fortificada “Zona Verde” de Bagdad, también en protesta por la quema del Corán que estaba prevista este jueves en Estocolmo.

El ministro de Exteriores sueco, Tobias Billstrom, aseguró a primera hora de hoy que el personal de la Embajada está a salvo, pero responsabilizó a la autoridades iraquíes de no haber protegido la legación diplomática. “Los ataques contra la Embajada sueca en Irak son completamente inaceptables. Es la segunda vez en poco tiempo que esto sucede. Irak tiene la responsabilidad de proteger la Embajada de Suecia en Bagdad”, lamentó en un comunicado, citado por la Agencia EFE.

La de este jueves no era la primera vez que manifestantes iraquíes protestan por la quema del Corán y tratan de irrumpir en la Embajada de Suecia, y el clérigo Muqtada Al Sadr fue incluso más lejos, pidiendo la expulsión del representante sueco de Bagdad, después de que un hombre prendiera fuego a una copia del libro sagrado el pasado junio, por fuera de una mezquita de Estocolmo.

Ese primer incidente, había sido protagonizado por un refugiado iraquí en Suecia, que declaró a un periódico local que quería abolir el Corán y las leyes basadas en el texto religioso, que se aplican a rajatabla en la mayor parte de los países musulmanes, como su propio país.

Este jueves, las autoridades suecas autorizaron un acto en Estocolmo, en el que estaba prevista la quema del libro sagrado de los musulmanes. Según la agencia de noticias sueca TT, citada por Reuters, dos personas habían solicitado permiso a la Policía para quemar el Corán y la bandera iraquí, a las puertas de la Embajada de Irak en Estocolmo.

La manifestación en contra del islam tuvo lugar en ese lugar y duró aproximadamente una hora, pero los asistentes no quemaron una copia del Corán. Sí pisaron el libro y lo dañaron, sin prenderle fuego.TT ha detallado que las dos personas que convocaron el acto prendieron fuego al libro de espaldas a las cámaras de los medios que cubrían la protesta, pero no llegaron a quemar el libro.

El Gobierno iraquí había amenazado con romper las relaciones con Suecia “si se quema el Corán de nuevo en su territorio”. “Irak condena la insistencia por las autoridades suecas en posiciones tan provocativas a las creencias y santidades de los demás”, ha destacado en Ejecutivo en una nota tras una reunión de emergencia en la mañana del jueves.

La Policía sueca había denegado el permiso en febrero a dos peticiones de quema del Corán aludiendo a motivos de seguridad, pero la Justicia rechazó ese argumento en varias instancias en meses posteriores, en virtud de las amplias leyes que amparan la libertad de expresión en Suecia.

Según la agencia Reuters, el Gobierno sueco está considerando cambiar esa ley para que la Policía pueda prohibir las manifestaciones que incluyan la quema del Corán, si estas ponen en peligro la seguridad del país o, en este caso, de su personal diplomático.