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#OcupaEscola, la marea brasileña que lucha por la educación pública

Foto: Bernardo Gutiérrez

Bernardo Gutiérrez

São Paulo —

Suma y sigue. Ya son 64 las escuelas secundarias ocupadas en el Estado de São Paulo. Lo que empezó con la ocupación del colegio Fernão Dias Paes, en el barrio paulistano de Pinheiros, se ha convertido en una revuelta estudiantil en toda regla que se expande por diferentes ciudades del Estado de São Paulo. Las muestras de solidaridad llegan ya desde todo el territorio brasileño. En Caxias do Sul, en el lejano Rio Grande do Sul, algunos estudiantes se están sumando incluso al #OcupaEscola.

La chispa que encendió el fuego de las protestas estudiantiles fue el proyecto de “reorganización” del gobernador Geraldo Alckmin, del conservador Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), que prevé el cierre de 94 escuelas. Sin embargo, el Bloco de Lutas (una organización de diversos movimientos sociales), ha realizado un estudio que cifra en 477 el número de escuelas secundarias que cerrarán sus puertas en todo el Estado de São Paulo.

Las manifestaciones contra dicho plan estallaron el pasado mes de octubre, bajo el hashtag #NãoFecheMinhaEscola (no cierre mi escuela). Pero las protestas callejeras adoptaron un nuevo cariz el pasado martes 10 de noviembre, cuando los estudiantes de la escuela Fernão Dias Paes decidieron en una asamblea ocupar el colegio. Un cartel gigante (“Ocupamos lo que nos pertenece”), se enredó en el hashtag #NãoFecheMinhaEscola, evolucionó a #OcupaEscola en las redes sociales. Y explotó en una peculiarísima oleada de ocupaciones que ha descolocado tanto a los gobernantes como a las organizaciones clásicas que luchan por la educación pública. ¿Estamos ante un nuevo fenómeno de defensa de la educación pública que desborda los formatos de lucha tradicionales? ¿Alguna similitud con los movimientos estudiantiles de Chile o con la Marea Verde española, surgida después de la explosión inicial del 15M?

La radiografía rápida del #OcupaEscola sorprende: la asamblea es el epicentro de sus decisiones; comunican su idelogía libertaria y anti autoritaria en perfiles digitales como O mal educado o el Grupo Autônomo Secundarista; se organizan con herramientas colaborativas como el google fusion table (aquí las necesidades de todas las escuelas ocupadas) o el google maps (aquí el mapa actualizado de escuelas ocupadas); defienden lo público pero se distancian de organizaciones históricas de estudiantes, sindicatos y partidos de izquierda.

Y remezclan con espontaneidad los imaginarios y gritas surgidos en las revueltas que sacudieron Brasil en junio de 2013. El “Se a escola fechar, nós vamos ocupar” (Si la escuela cierra, vamos a ocuparla) tiene una nítida resonancia y la misma estructura gramatical del “Se a tarifa não cair, a cidade vai parar” (“si la tarifa no cae, la ciudad va a parar”), enarbolado por el Movimento Passe Livre (MPL) de São Paulo, que encendió las revueltas de junio de 2013. No es casualidad, que el respetado MPL, una referencia en las organizaciones autónomas, divulgase una nota de apoyo al incipiente movimiento secundarista: “Es el pueblo quien tiene que decidir sobre la educación pública, no el gobernador y los burócratas, que desprecian la educación pública”.

“Más educación, menos prisiones”

La entrada del colegio Fernão Dias, en la calle Pedroso de São Paulo, es el epicentro simbólico de la nueva marea por la educación pública en la que está desembocando el #OcupaEscola. Su entrada está sembrada de carteles: “Soy estudiante, no ladrón”, “+ Escuelas, - Prisiones”, “Juntos en esta lucha”. Un cordón policial protege la entrada, impidiendo el diálogo entre los estudiantes que ocupan el colegio y los manifestantes que los apoyan desde la puerta.

De vez en cuando, algún estudiante se asoma desde el muro y “comunica algún informe”. Usan el método People's voice, popularizado por Occupy Wall Street (una persona habla, el resto repite en coro la frase). Artur (17 años) y Francisco (16) han venido de otra escuela cercana para apoyar el #OcupaEscola de la Fernão Dias. “El plan de reorganización es un truco para recortar la educación pública y para beneficiar a la privada”, dice Francisco. “Esta revuelta es importante. Nuestra educación es muy autoritaria”, matiza Francisco. Alice (17 años), hermana de Francisco, coloca el acento en el “carácter opresor” del sistema educativo: “Tenemos una educación muy occidental, jerárquica, que fabrica líderes. Tenemos que cambiarla”.

Ninguno de los tres tiene vínculos con organizaciones políticas tradicionales. Salieron por primera vez a las calles en junio de 2013, “aunque fue muy confuso”, en palabras de Alice. Todos participan en el Grupo Autónomo Secundarista (G.A.S). Su gran referencia son los grupos autónomos, el Movimento Passe Livre (MPL) entre ellos. Incluso hablan vehementemente contra cualquier tipo de cooptación política. “Llegaron jóvenes del PSOL (Partido Socialismo e Liberdade), un partido que a mí me gusta, pero les dejamos muy claro que esta lucha es autónoma, que aquí no hay partidos”, matiza Francisco. Ana Beatriz Miranda (15 años), portavoz temporal y rotativa de la ocupación, habla con los medios con soltura. Rodeada de focos y cámaras de televisión, Ana Beatriz destaca la degradación de la calidad de la enseñanza pública: “En cada clase tenemos ya entre 40 y 60 alumnos, es simplemente inaceptable. El plan de reorganización empeorará más todavía la situación”.

El plan de reorganización de Geraldo Alckmin, gobernador de São Paulo, está en el punto de mira de todo el mundo. La versión oficial del gobierno afirma que quieren reorganizar los centros educativos, para que no todos los colegios ofrezcan todos los niveles de educación. En Brasil, el sistema de educación primaria y secundaria está dividido en tres niveles. La educación primaria tiene dos niveles, de primero a quinto grado y de sexto a noveno. El tercer nivel es la educación secundaria, que dura tres años. La reorganización quitaría niveles a algunos colegios, obligándolos a cerrar. La reforma afectaría a unos dos millones de estudiantes, según el Bloco de Lutas.

Aparte del cierre de 477 escuelas, el plan es un golpe contra la periferia de São Paulo, pues impediría la convivencia de los alumnos más pobres con alumnos del centro de la ciudad. El mayor número de escuelas amenazadas de cierre, a su vez, está en la periferia. La primera manifestación contra el plan ocurrió el pasado 9 de octubre, cuando unos 5.000 estudiantes ocuparon la avenida Paulista. Tras la represión policial con la que acabó la manifestación aquel día, el movimiento comenzó a recibir solidaridad de muchos sectores de la sociedad. Incluso de los profesores de la enseñanza pública.

Transversalidad

Natalia (nombre ficticio), una profesora del colegio ocupado Fernão Dias, asegura sentirse sorprendida por el comportamiento de sus alumnos. Se solidariza totalmente con ellos: “Realmente es fascinante cómo se han organizado y cómo están seduciendo a buena parte de la población. Ya somos muchos los profesores que nos hemos unido”. El #OcupaEscola se ha transformado en pocos días en una marea transversal que dialoga con múltiples actores.

Además del Movimento Passe Livre, que visitó la escuela Fernão Dias para explicar sus métodos asamblearios y de expansión territorial, el #OcupaEscola está teniendo contacto con otros movimientos y colectivos. El Movimento dos Trabalhadores Sem Teto (MTST), uno de los pocos movimientos de izquierda que mantiene cierta autonomía con respecto al degradado Partido dos Trabalhadores (PT), ha llegado incluso a ocupar algunas escuelas en solidaridad.

Território Livre, que trabajan alrededor del “derecho a la ciudad”, se ha sumado activamente, incentivando incluso un encuentro nacional de “escuelas en lucha”. Los partidos y organizaciones de izquierda intentan sumarse al fenómeno como pueden. La propia Luciana Genro, candidata a presidente del PSOL en las elecciones de 2014, acaba de lanzar un texto incentivando que las ocupaciones se expandan por todo Brasil. Sin embargo, el fuerte carácter independiente del #OcupaEscola no bebe de referencias e influencias de la izquierda tradicional brasileña.

Las jornadas de junio de 2013, durante las cuales se viralizó el formato “ocupación”, son citadas por muchos de los involucrados en el #OcupaEscola. “Junio fue muy importante”, afirma Ana Beatriz Miranda, la portavoz temporal de la ocupación en el Fernão Dias, porque en “esas calles” se politizaron muchos de los están ocupando colegios. Durante junio de 2013, hubo incluso una secuencia de Aulas Públicas en diferentes espacios abiertos, que desdibujaban las estructuras educativas: aulas inspiradas colateralmente por el 15M español y la oleada de Occupy. Y en octubre de 2013, Río de Janeiro vivió la mayor mutación del movimiento de junio: una huelga de profesores que desbordó todas las estructuras organizacionales.

Tras la violencia policial contra los profesores en huelga, surgió el peculiar movimiento Black Prof, configurado por miembros de los Black Bloc y profesores. Una fotografía de niños con escudos con el lema Tropa de Prof, que ridiculizaba la Tropa de Choque de la Policía Militar, produjo un importante impacto en las redes sociales y los medios. El Sindicato Estadual dos Profissionais de Educação do Rio (Sepe) llegó a agradecer públicamente el apoyo a los Black Bloc.

Por otro lado, la marea #OcupaEscola tiene claras influencias internacionales, especialmente de América Latina. Durante los primeros días de las ocupaciones, circuló un documento titulado ¿Cómo ocupar un colegio?, un manual escrito por estudiantes de secundaria de Chile y Argentina. El documento elogia especialmente la disruptiva Revuelta de los Pingüinos de Chile, que entre 2006 y 2011 “exigía una educación pública gratuita y de calidad”. Algunos colectivos citan también al #15M o incluso a la #PrimaveraValenciana.   

De momento, la pujante marea #OcupaEscola ha conseguido frenar el cierre de algunos colegios. Ha sensibilizado a la sociedad. Y ha roto el clima de pesimismo imperante en los movimientos sociales durante la crisis política que vive Brasil. El Hub Livre de São Paulo está organizando un documento para realizar Aulas Públicas en los diferentes colegios. Y el Bloco de Lutas, recién nacido en la periferia Sur de São Paulo, ilumina el #OcupaEscola con su formato abierto, su transversalidad y su vocación viral: “El Bloco está abierto a cualquier estudiante, profesoras/es, madres, padres, colectivos culturales y políticos, en fin, a toda la comunidad que se indigna”. El final de su manifiesto Por qué ocupamos no deja lugar a dudas: ¡Habrá más ocupaciones!

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