De poco han servido los llamamientos dentro del Parlamento Europeo a una mayor transparencia sobre las relaciones con terceros países, especialmente con Marruecos y Qatar, que son el epicentro de una trama corrupta que mantiene aún en prisión a la exvicepresidenta Eva Kaili y otros colaboradores, entre ellos el eurodiputado socialista Marc Tarabella. La Eurocámara mantiene en la opacidad las negociaciones sobre el acuerdo de pesca con el reino alauí. El asunto es, además, especialmente polémico porque se espera en los próximos meses un fallo de la Justicia europea por haber dejado fuera de la anterior negociación al Frente Polisario dado que los acuerdos afectan al Sáhara Occidental.
La Comisión de Pesca ha albergado este miércoles una reunión para abordar el asunto con representantes de la Comisión Europea. Sin embargo, el debate se ha producido a puerta cerrada, a pesar de la relevancia específica del tema por los intereses económicos que están en liza y del cuestionamiento al que está sometida la Eurocámara por el Qatargate. Fuentes parlamentarias explican que los coordinadores pueden acordar que las reuniones sean secretas cuando se abordan determinados asuntos relacionados con la política exterior, por ejemplo.
Esas mismas fuentes explican que precisamente la intención de este encuentro era dar a conocer la situación del acuerdo pesquero en un momento en el que hay un litigio abierto en la Justicia europea que condiciona las negociaciones para su renovación. El actual pacto, que ofrece licencias para 128 barcos (92 de ellos españoles) a cambio de 52 millones de euros, caduca en unos meses. La duda que trasladan las fuentes consultadas es si debe prolongarse el que hay hasta que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) emita su sentencia, dejarlo morir o negociar uno nuevo, a pesar de que no se está involucrando a las autoridades del Sáhara Occidental.
Precisamente el Tribunal General de la Unión Europea consideró ilegales los acuerdos pesquero y agrícola entre la UE y Marruecos dando la razón al Frente Polisario dado que no se consultó de forma apropiada a la población saharaui. Un 91% de las capturas proceden de aguas saharauis. A pesar de su anulación, los acuerdos se mantienen vigentes mientras se resuelve el recurso “con el fin de preservar la acción exterior de la Unión y la seguridad jurídica de sus compromisos internacionales”, según esa sentencia. Los 27 recurrieron el fallo.
La Eurocámara decidió paralizar los expedientes abiertos con Qatar cuando estalló el escándalo de corrupción, pero no ha ocurrido lo mismo en el caso de Marruecos, que es un socio incómodo para muchos pero estratégico para la UE, especialmente por el control de las fronteras. A pesar de que los eurodiputados han aprobado por una amplia mayoría cerrar las puertas del Parlamento a las autoridades cataríes y marroquíes, siguen abiertas; y la mayoría de medidas para reforzar los controles que impidan nuevos casos como el Qatargate aún no han entrado en vigor. Mientras tanto, la información sobre las conversaciones para el acuerdo pesquero se sepulta en la opacidad.