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Quién es Rodolfo Hernández, el “Trump” colombiano que puede poner en apuros a Gustavo Petro

Rodolfo Hernández, candidato a presidente por la Liga de Gobernantes Anticorrupción, este domingo en el colegio electoral en Bucaramanga.

Camilo Sánchez

Bogotá —
30 de mayo de 2022 22:11 h

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Rodolfo Hernández es millonario, ingeniero civil de 77 años, exalcalde de una ciudad mediana y ahora puede llegar a ser presidente de Colombia. Su paso a la segunda ronda del próximo 19 de junio, tras obtener el 28% de sufragios escrutados frente al 40% de Gustavo Petro, constituye el timonazo más drástico en el ajedrez político del último medio siglo en el país. Se presenta por una plataforma llamada Liga de Gobernantes Anticorrupción que creó él en 2019, y una de las preguntas es cómo podría el candidato gobernar sin partido en el Congreso.

El electorado colombiano se enfrenta ahora a un panorama electoral inédito: la posibilidad de ser gobernado por primera vez por un líder de izquierda, como Petro, o por una versión local de lo que supondría el aterrizaje oficial de los proyectos ultraconservadores en el país sudamericano, como Hernández.

El aspirante de la derecha se hizo rico en los años 70 como un hábil negociante y especulador inmobiliario en Bucaramanga, una ciudad de 600.000 habitantes situada a unas cinco horas en coche de la frontera con Venezuela. Los activos de su empresa, conocida como Constructora HG, ascienden a los 100 millones de dólares, según aseguró el empresario en una entrevista con el diario El Tiempo.

Su temperamento colérico ha dejado un compendio de imágenes que sus detractores difunden estos días para ilustrar de qué está hecho el personaje. La más recordada data de 2018, cuando era alcalde de Bucaramanga y, entre gruñidos e insultos, golpeó a un concejal de la capital del departamento de Santander.

El núcleo de su propuesta enfatiza en la lucha sin cuartel contra la corrupción, que le cuesta unos 50 billones de pesos anuales a las arcas públicas colombianas (casi 11.000 millones de euros). El mismo Hernández, sin embargo, tiene abierta una investigación en la Fiscalía por presuntas irregularidades en un contrato de 2016 vinculado a la adjudicación y manejo de basuras con una empresa donde su hijo trabajaba como lobbista durante los años de su alcaldía. También suma varios procesos disciplinarios y sanciones ante órganos de control.

La catarata de señalamientos planteó en algún momento la posibilidad de que fuera inhabilitado para participar de la contienda presidencial. Pero, de manera discreta, el proyecto independiente siguió adelante hasta alcanzar los casi seis millones de votos del domingo. Una jornada que ha ampliado la participación electoral con respecto a los comicios pasados, congregando a 21 millones de votantes, de los 39 habilitados para votar.

El candidato de TikTok

Su estrategia ha sido, según diversos analistas, la más eficiente en comunicación digital. Un hecho que los observadores políticos ya venían anunciando, al tiempo que constataban que ha sido quien menos invierte en publicidad exterior. El candidato septuagenario ha sido quien ha sacado más partido de redes sociales como TikTok, y ha logrado así darse a conocer en todo el país.

Está casado desde hace 50 años y es padre de cuatro hijos. Su hija adoptiva, Juliana, desapareció en 2004 sin dejar rastro; en 2016, se conoció que se trató de un secuestro ejecutado por la guerrilla castrista del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se trataba de la segunda vez que la familia sufría algo así. El padre de Hernández fue secuestrado durante 135 días por las FARC.

La comparación con Trump

Las comparaciones entre Hernández y Trump resultan inevitables. Un millonario que se publicita como “anti-sistema”. Un político que manifiesta sin desenfado su admiración por un “gran intelectual alemán llamado Adolfo Hitler” (luego dijo que había sido un lapsus), sus comentarios machistas o su inclinación por la versión más agresiva del capitalismo. “Yo cojo las hipotecas, que esa es la vaca de leche, imagínese 15 años pagándome intereses. Una delicia”, dice en una grabación que se filtró a los medios en la que se refiere a los beneficios de un negocio inmobiliario que se ha apoyado en la construcción de viviendas de interés social.

En las últimas semanas, a medida que su popularidad iba en ascenso, ha evitado los debates televisivos. Su compañera de candidatura presidencial es Marelen Castillo, académica e investigadora de 53 años, católica ferviente, hasta hoy desconocida por el grueso de la opinión pública colombiana. A pesar de que las propuestas de la fórmula populista aún no son del todo claras, el candidato conservador Federico Gutiérrez, tercero en los resultados del domingo, ya manifestó su apoyo a la candidatura del ingeniero durante su discurso de aceptación de unos resultados que dejan tocada a la derecha tradicional, cercana al ex presidente Álvaro Uribe.

Se trata de un intento del conservadurismo colombiano de bloquear a su enemigo número uno: Gustavo Petro. Hasta las últimas semanas de la carrera, Hernández se disputaba un discreto tercer o cuarto lugar en las encuestas con el centrista por la Alianza Centro Esperanza, el matemático Sergio Fajardo. Pero diversas proyecciones también reflejaban que, en caso de pasar a la segunda vuelta, el candidato que mejor podía competir contra Petro era Hernández.

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