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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Veinte personas han muerto en las protestas contra el gobierno iraní

EFE

Teherán —

Las protestas contra el coste de la vida en Irán continúan por quinto día consecutivo y ya se han cobrado la vida de veinte personas mientras que otras 300 han sido detenidas a pesar de los llamamientos a la calma del presidente iraní, Hasán Rohaní, y de que se restringiera la actividad de las redes sociales.

Un policía iraní ha muerto este martes en un tiroteo durante las manifestaciones de protesta en la ciudad iraní de Nayaf Abad, en la provincia de Isfahán. Otros tres agentes han resultado heridos a causa de los disparos de uno de los manifestantes, según ha informado la agencia local de noticias Tasnim.

Rohaní ha culpado a los enemigos de Irán de las protestas y de las muertes, y ha asegurado han azuzado a ciertos grupos para promover incidentes porque no toleran los “éxitos” que el país ha obtenido con el acuerdo nuclear suscrito en julio de 2015 con el G5+1 y en sus medidas contra el terrorismo en la región.

Unas acusaciones a las que se ha sumado el Parlamento del país, que ha señalado a Israel, EEUU y Arabia Saudí como principales responsables de los disturbios generados en las manifestaciones que se han producido.

El presidente iraní ha reiterado el derecho del pueblo a criticar y protestar pero ha afirmado que “hay que elegir la manera y la vía legal para expresarse”.

Desde el sábado, tercer día de las protestas, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha publicado varios mensajes en su cuenta de Twitter en los que ha criticado a las autoridades iraníes.

El líder estadounidense ha apuntado que el “terrible acuerdo” al que llegó la administración del expresidente Obama con el gobierno iraní ha llevado a “la caída” de Irán. “El gran pueblo iraní ha sido reprimido durante muchos años. Están hambrientos de comida y libertad. Junto con los derechos humanos, la riqueza de Irán está siendo saqueada. ¡ES HORA DE UN CAMBIO!”, ha agregado Trump.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha negado las acusaciones de Rohani también secundadas por el legislativo iraní, de que Israel está detrás de los incidentes.

En un comunicado de su Oficina, Netanyahu ha calificado de “falsas” e “hilarantes” las acusaciones de Rohaní y ha apuntado que su respuesta pasa por “no insultar al pueblo iraní”, pues “se merece algo mejor que eso”.

En un pleno extraordinario, el Parlamento iraní ha evaluado la situación en el país a raíz de la ola de manifestaciones no autorizadas.

En el pleno se ha reconocido que se ha producido un deterioro de la confianza de la población por el aumento de coste de la vida, la política económica y los casos de corrupción que se han detectado.

El ministerio del Interior ha dejado claro que no se ha otorgado ningún permiso para convocar manifestaciones por lo que hasta ahora cualquiera de ellas es ilegal.

Los manifestantes durante sus protestas corearon fuertes lemas, en ocasiones contra el sistema de la República Islámica, el presidente Rohaní y el líder supremo del país, Alí Jameneí.

Asimismo incendiaron los contenedores de basura y rompieron los cristales de algunos bancos.

En la ciudad de Arak, situada en la provincia de Markazí, los manifestantes golpearon a once policías y acuchillaron a otro, que se encuentra hospitalizado en grave estado, dijo el gobernador provincial, Alí Aqazade, citado por la agencia de noticias iraní Tasnim.

Rusia, estrecho aliado del régimen iraní, ha advertido de que la injerencia foránea en los asuntos internos de Irán es “inadmisible” y ha expresado su esperanza en que la situación en ese país no se desarrolle por la vía de la violencia y el derramamiento de sangre.

Para las autoridades de Rusia la situación actual es “un asunto interno” iraní y ha expresado su esperanza de que no se emprenda una camino de más violencia y derramamiento de sangre.

El jefe del Poder Judicial de Irán, el ayatolá Sadeq Amolí Lariyaní, ha ordenado a los fiscales de todas las ciudades del país enfrentarse con “determinación y seriedad” a los perturbadores y agitadores de las manifestaciones.

Estas son las manifestaciones antigubernamentales más grandes convocadas en Irán desde 2009, cuando el opositor “movimiento verde” organizó varias jornadas de protesta contra la reelección del entonces presidente, Mahmud Ahmadineyad, que fueron duramente reprimidas.